Por: Javier Blánquez, jueves 19 de diciembre de 2013
La cosecha de libros centrados en música ha sido excelente en 2013, y con esta lista de los 20 mejores libros centrados en una amplia variedad de temas queremos dejar constancia de ello. Indie-rock, post-punk, tecno-pop, pero también ópera, jazz, la monumental historia del piano y Sideral. Casi nada.
Dentro del marasmo de listas que se publican estos días, Playground Magazine realizó la de 20 libros sobre la materia que se han publicado en español –que no en España; la editorial Caja Negra está haciendo una tarea valiosísima desde sus cuarteles en Buenos Aires– y que aportan interesantes volúmenes a cualquier biblioteca bien surtida. Una de las cosas que nos hemos propuesto en esta selección y comentario de libros es la de no centrarnos únicamente en el pop y el rock (o la música popular en toda su extensión) para ampliarla a libros de divulgación sobre jazz, música clásica y otros géneros, porque la música no debe ser compartimentada como si fueran jaulas con animales exóticos. Así que de la historia del post-punk según Simon Reynolds podemos pasar a la crónica sangrienta del black metal noruego, a los recuerdos de Ígor Stravinksi y la gestación del primer disco de Mecano, o incluso a la historia social de la ópera. 20 libros de calidad: las editoriales –shout outs especiales para Contra, Acantilado y Turner– han hecho muy bien su trabajo en 2013.
20. Varios: “Memorias Sónicas” (Contra)
Normalmente, los músicos no escriben de música –como los críticos no suelen componer canciones, aunque algunos pinchen en bares–, y en caso de producirse esta anomalía siempre es traspasando al otro lado: músicos que ejercen la crítica y que firman con su nombre, pero no aireando su currículum amasado en la barricada contraria, así como particulares que, un día, deciden hacer algo de música, a ver que le sale. Lo raro es que un músico escriba de música desde su posición de celebridad indie, que es a lo que aspira este “Memorias Sónicas”: a lanzar el guante a diferentes artistas de nuestra escena para que se atrevan a recogerlo y expliquen cuál era aquel disco que les influyó cuando todavía eran unos renacuajos en formación, cómo les modeló el criterio y el gusto, qué rastros invisibles se perciben todavía en su trabajo y en su vida. La selección de invitados es atractiva –Santi Balmes habla sobre The Smashing Pumpkins, Nacho Vegas sobre The Housemartins, Eric Fuentes sobre Iron Maiden y Francisco Nixon sobre Juan y Júnior, así hasta un total de 23 invitados–, y la lectura amena: sin demasiados alardes literarios ni tampoco impostación de crítico, “Memorias Sónicas” no deja de ser lo que indica el título: diferentes trozos de autobiografía con mucha carga sentimental bien canalizada.
19. Bryan Magee: “Aspectos de Wagner” (Acantilado)
En el año del bicentenario del nacimiento de Richard Wagner, Acantilado ha decidido aportar una pieza importante en la bibliografía sobre el compositor alemán, todavía inexistente en castellano a pesar de contar con un extenso prestigio internacional como lectura necesaria para comprender la figura humana e histórica del autor de la inmensa “Parsifal”. “Aspectos de Wagner” no es tanto un estudio sobre las óperas de Wagner, ni una biografía –sobre esos temas hay estudios numerosos y completísimos–, sino sobre la controversia que todavía despierta su figura titánica. ¿Dónde está el antisemitismo en su música y sus textos? ¿Por qué a alguna gente todavía le provoca miedo, rechazo furibundo o asco? ¿Cuáles son los argumentos para considerarle como uno de los mayores genios de la historia de la humanidad? ¿Por qué nunca podrá repetirse una figura como Wagner, que cuenta con el récord de la obra más extensa y monumental jamás realizada en solitario por un artista (la “Tetralogía”)? Un ensayo que penetra como un bisturí en el alma wagneriana, a la espera de que Alex Ross publique el suyo antes de 2020.
18. Ignacio Julià: “Estragos de una Juventud Sónica” (Alternia)
Ignacio Julià es la voz más autorizada en España para hablar de dos artistas: de Lou Reed –de quien esperamos en el futuro un libro similar a este, ahora que la historia está lamentablemente cerrada– y de Sonic Youth. La proximidad que ha mantenido el co-director de Ruta 66 con Thurston Moore y el resto de la banda neoyorquina, que le ha servido para obtener siempre las mejores entrevistas y escribir los artículos más profundos sobre la formación capital del noise-rock, vuelve a ser una vez más el tema de “Estragos de una Juventud Sónica”, pero ahora en versión expandida: era el libro de Julià estaba llamado a escribir. El volumen es una mezcla de anecdotario y de recorrido histórico, de comentario musical y de retrato de una época que ya parece perdida, pero que con textos tan intensos como éste revive durante las horas que uno emplea perdiéndose entre sus páginas.
17. Ramón Andrés: “El Luthier de Delft. Música, Pintura y Ciencia en tiempos de Vermeer y Spinoza” (Acantilado)
Ramón Andrés, que ha escrito sobre todo de la dimensión mística de la música –en Acantilado han aparecido volúmenes sensacionales al respecto, coronados el año pasado por su inmenso diccionario de música, magia y religión–, es uno de los críticos más singulares del país. Estudioso del pasado desde una óptica distinta, su enfoque ayuda a comprender la música más allá de los acontecimientos históricos puntuales y la catalogación de obras. Este libro magnífico ahonda en un periodo poco estudiado por los historiadores de a pie –la música neerlandesa en el siglo XVII, un rincón olvidado de Europa, eclipsado por las luces de Italia y Francia–, y en conexión con los asombrosos avances en materia de arte y filosofía que se estaban dando en los Países Bajos tras los años de guerra con España. A través de tres figuras esenciales –el pensador Spinoza, el pintor Vermeer y el compositor Sweelink–, Ramón Andrés añade nuevos ángulos de exploración de nuestro pasado.
16. Diego A. Manrique: “Jinetes en la Tormenta” (Espasa)
Manrique es de esa clase de personas que hacen fácil la tarea de hablar bien del otro: se le conocen pocos enemigos y legión de simpatizantes. Su condición de primer (y mejor) crítico musical en España se la ha ganado a base de buenos gestos y trabajo duro: no sólo sabe de todo, sino que sabe comunicarlo sin necesidad de pedantería, alarde pirotécnico o forzando las costuras. En la radio era un comunicador afable que cada día disponía un menú distinto (y siempre sabroso) cuando conducía El Ambigú, y en las páginas de El País ha ido comentando desde hace años diversos aspectos de la actualidad con grandes dosis de sabiduría, sentido común y humor. Este volumen, que en principio parece un libro de memorias, es en realidad un recuento de diferentes artículos publicados en el periódico, y fiel a su estilo contiene de todo: música latina, pop, soul y funk, análisis incisivos sobre discos, sobre la cultura y sobre la escena. Para integristas de Manrique, pero sobre todo para quien quiera aprender un poco sobre música sin que parezca que te estén haciendo una llave de judo.
15. David Toop: “Resonancia Siniestra. El Oyente Como Médium” (Caja Negra)
Aunque parezca mentira, nunca antes se había traducido un libro de David Toop al español, y para mayor escarnio de nuestras editoriales –y de nuestro público–, ni siquiera en España. La editorial argentina Caja Negra ha tomado por fin cartas en el asunto y el último título escrito por el crítico y músico inglés se puede encontrar en diversas librerías especializadas, y a fe que la caza merece la pena. Especializado en arte sonoro, música de la naturaleza, acusmática, field recordings y toda esa dimensión del sonido, tanto artificial como espontánea, que va más allá de la música convencional hasta fundirse con los límites de la definición de ambient, Toop habla en “Resonancia Siniestra” sobre diferentes cualidades casi espectrales del sonido: cómo fue en el pasado, qué sonidos se han extinguido como si fueran especies animales aniquiladas por el hombre, cuál es la dimensión espiritual del mismo, todo ello a partir de experiencias y percepciones más allá de los sentidos y ejemplos tomados de la literatura y las artes plásticas.
14. Alfred Brendel: “De la A a la Z de un Pianista. Un Libro de Lectura para Amantes del Piano” (Acantilado)
El austriaco Alfred Brendel es, de los pianistas del último siglo, el que más ha entendido el instrumento como un canal de comunicación con la misma esencia de la música. Mientras otros intérpretes tocan, él utiliza el piano como una linterna o un acelerador de partículas para comprender dónde está el corazón y el alma de la música que escribieron Beethoven, Schubert o Mozart. Ahora retirado de los conciertos –la edad, la artritis y la sordera no perdonan–, Brendel se dedica casi en exclusiva a la escritura, y este pequeño libro organizado como diccionario es una delicia no tanto para amantes del piano, como indica su título, sino sobre todo para quienes comprenden, como él, que la música tiene cualidades más allá del puro sonido: humor, misterio, espiritualidad y mecanismos de mejora personal. A veces técnico, a veces ameno, riguroso y severo con los cachorrillos del piano cuando debe, y tan breve que obliga a volverlo a leer, este manual de Brendel no ayuda a tocar mejor, pero sí a escuchar con nuevos oídos.
13. Ted Gioia: “El Canon del Jazz. Los 250 Temas Imprescindibles” (Turner)
A menos que se sea una enciclopedia andante del jazz con una cantidad ingente de datos almacenados en un cerebro a punto de explotar en cualquier momento, la mayoría de información interesante sobre la larga historia de esta forma musical se nos suele escapar. Y una de las parcelas que más se nos escurre es la de la autoría de las piezas clave. Sabemos que “Kind of Blue” es de Miles Davis y “A Love Supreme” de John Coltrane, pero el jazz es también una sucesión infinita y alterada de standards y temas cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Este libro del historiador Ted Gioia se pone manos a la obra identificando las piezas esenciales del jazz, hasta un total de 250 clásicos, y las documenta históricamente desde su origen hasta su maduración en un viaje a veces de décadas, yendo de intérprete en intérprete. Y todo esto amenizado con una catarata de golosas anécdotas.
12. Stuart Isacoff: “Una Historia Natural del Piano. De Mozart al Jazz Modern” (Turner)
El piano es el rey de los instrumentos, y como tal su historia pertenece a diferentes tradiciones musicales, tres continentes distintos y hasta tres siglos de evoluciones. Una de las virtudes del recuento histórico de Stuart Isacoff es la de no concederle la posesión exclusiva del piano a titanes como Beethoven o Mozart. De Mozart apunta que fue el compositor que empezó a sentar las bases de exploración del sonido del piano (unos límites que, todavía hoy, no se han descubierto), y a Beethoven le atribuye las mayores obras jamás compuestas para él, pero entre los genios del piano también cita a Oscar Peterson, Duke Ellington y Jerry Lee Lewis. Al ser un recorrido histórico (y temático: los místicos, los melódicos, los rítmicos; diferentes maneras de hacer sonar un piano), el viaje nos lleva desde el taller de Cristofori hasta John Lennon, pero no de manera lineal, permitiendo que de manera armoniosa se crucen por el camino Schubert y Bill Evans, Glenn Gould y Terry Riley, Rachmaninov y Lang Lang. Además, el estilo es encantador. Dan ganas de comprarse un Bösendorfer 290 Imperial.
11. Héctor Castells: “Sideral. Estrella Fugada” (Contra)
La enorme extensión del texto, con cerca de 560 páginas, y el estilo lírico de Héctor Castells son las dos barreras que debe volcar el lector que quiera adentrarse en la primera biografía sobre Aleix Vergés, el DJ (el artista) que estuvo en el epicentro del cambio de la primera generación indie en Barcelona hacia la música electrónica. Pero para comprender la dimensión de Sideral como mito, Héctor Castells ha considerado preciso contar también su historia personal desde el día del nacimiento (incluso antes; el día de la gestación) hasta el de su muerte en mayo de 2006. Para Castells está la persona antes que la leyenda, y toda la vida está contada aquí: los años de colegio, las primeras bandas en las que tocó, la primera noche que pinchó en Nitsa, la de su muerte, la de su huida a Irlanda, la de su accidente y la última noche que pinchó en la sala Apolo. “Sideral. Estrella Fugada” es un libro caprichoso, excesivo por momentos, tierno casi siempre, que sobre todo está pensado para que los fans de Sideral se reencuentren con su héroe. Un reencuentro aplazado siete años.
10. Ígor Stravinski con Robert Craft: “Memorias y Comentarios” (Acantilado)
Stravinski fue un músico polémico en sus primeros años (sobre todo a raíz de los estrenos de “La Consagración de la Primavera”, de la que se han cumplido 100 años, y de “Pulcinella”, ballet en el mismo origen del concepto ‘neoclasicismo’) y un pensador musical no menos conflictivo. Sin embargo, su figura y su música siguen provocando una admiración desmedida un siglo después por su energía, su misterio y su voluntad de ruptura, siempre inesperada. En este libro se reúnen diferentes tomos de conversaciones que Stravinski mantuvo con su amanuense, secretario y biógrafo Robert Craft, y que completan de viva voz un recorrido por su vida –desde el nacimiento en San Petersburgo en 1882 hasta casi su muerte– y de su trabajo, obra a obra. Stravinski defiende con serenidad toda su producción y se permite comentarios elogiosos (o también directamente despectivos) para con todos sus coetáneos, de Diáguilev a Nijinski y de Schönberg a Bartok. El problema de esta edición es que contiene censura –las versiones previas eran aún más crueles, Stravinski rajaba más–, pero por lo demás es un retrato sin atenuantes de un genio tumultuoso.
9. LeRoi Jones: “Black Music. Free Jazz y Conciencia Negra. 1959-1967” (Caja Negra)
Para diversos historiadores del jazz, sobre todo los más veteranos, el free jazz es una especie de agujero negro que les asusta y les repele. En algunas escuelas de pensamiento, el free jazz (y el jazz fusión) son el final del ‘verdadero jazz’, y de ahí que esta versión extrema del género se haya visto rodeada siempre de polémica y leyendas complejas. Pero el free jazz y los movimientos sísmicos que le precedieron son uno de los capítulos más apasionantes de la historia de la música en el siglo XX, algo de lo que LeRoi Jones, beatnik negro que reclamaba que el jazz debía ser comentado sobre todo por los de su raza, fue un insistente compilador en la época en la que John Coltrane, Sun Ra y Ornette Coleman estaban dando forma a una revolución. Este libro recoge entrevistas, artículos y piezas en y sobre aquellos años en los que la música cambió para siempre la manera de pensar y sentir de la comunidad afroamericana.
8. Grace Morales: “Mecano 82. La Construcción del Mayor Fenómeno del Pop Español” (Lengua de Trapo)
El primer disco de Mecano, ‘el del reloj’, es uno de los mayores ovnis de la historia del pop español. Contiene algunas de las mejores canciones del trío –que ayudaron a darle la dimensión que tiene todavía como el mayor fenómeno comercial del pop español–, pero también un poso de polémica que la firma estrella de Mondo Brutto, Grace Morales, sabe administrar muy bien en esta crónica de los antecedentes, gestación e influencia de un disco que muchas veces se ha menospreciado y salvado de la quema casi a la vez. Pero no lo hace con el tono condescendiente de fan, sino como alguien que sabe que detrás de Mecano había cosas raras: quién era Ana Torroja, cómo los humos de José María Cano ya empezaban a atisbarse por entonces, la compleja personalidad de Nacho Cano, su aterrizaje extraño en plena Movida, el asombroso fenómeno de masas que vino después… No sólo un libro sobre música, sino un libro sobre la España de la Transición. Mucha densidad.
7. Matt Thorne: “Prince” (Alba Editorial)
Matt Thorne es un escritor con una amplia carrera en la novela, ha merecido premios y goza de un merecido prestigio en el ámbito literario anglosajón, y la música no es particularmente su tema de interés. Pero tiene una afición oculta: le gusta Prince hasta el extremo de la obsesión. Thorne es ese tipo de fan de Prince que no sólo tiene todos los discos del genio púrpura de Minneapolis, sino que además está subscrito al club de fans, persigue cualquier filtración que surja de ‘The Vault’, conoce todos los proyectos paralelos de Prince o sus colaboradores, le ve en directo siempre que puede y se conoce al dedillo todos los intríngulis, misterios y contradicciones de su figura y su obra. Por tanto, a la hora de abordar una biografía de Prince, nadie mejor que él, sobre todo porque sabe transmitirle a la narración un estilo de escritura ágil, cuidado y divertido que no interfiere con la exhaustiva catarata de datos que dispara en cada capítulo. Es difícil que sepas más que Thorne de Prince, así que la lectura es obligada para quien tenga interés en su carrera. Y si estás familiarizado vagamente con Prince, el efecto es inmediato: rápidamente correrás a ponerte “Purple Rain” y amenizar la lectura con sus mayores hits. Todo para que coagulen letras y música y resuciten una certeza que de tanto en tanto tenemos que poner sobre la mesa: Prince es uno de los grandes músicos de nuestro tiempo, a pesar de su tendencia a la diarrea creativa y la opacidad en su vida pública y privada.
6. Daniel Snowman: “La Ópera. Una Historia Social” (Siruela)
La ópera fue el primer acontecimiento musical realmente popular en la historia, y en ella está la raíz de parte del negocio que hoy todavía sigue vigente, sobre todo el del espectáculo en un recinto previo pago de la entrada. La ópera, que nació a principios del siglo XVII, ha seguido viviendo porque el público la eligió como una fenomenal manifestación artística pero también social –en los primeros siglos, hasta que Wagner ordenó apagar las luces del teatro, era un lugar de encuentro para hacer negocios, seducir a las damas o jugar al ajedrez–, y es esta dimensión social la que toma Snowman como eje articulador de su relato. Apenas aparecen compositores en este volumen mastodóntico, pero sí muchos empresarios que se enriquecieron (o se arruinaron), cantantes de éxito, público entusiasta y managers codiciosos, lo que es una manera muy clarificadora de explicarnos que el mundo en el que vivimos hoy no es tan distinto al que se vivía en aquellos teatros de Nápoles, Londres o Praga donde la gente se desmayaba escuchando a los castrados, jaleaba a las sopranos lanzándoles flores o tres tenores podían ingresar más dinero que Madonna en una gira mundial.
5. Charles L. Granata: “Wouldn’t It Be Nice. Brian Wilson y la Creación del Pet Sounds” (Libros de Ruido)
En todas las biografías de los Beach Boys aparece el eterno conflicto con The Beatles: ¿por qué no se les ha reconocido una importancia y una influencia al menos tan grande como a los de Liverpool? El principal argumento de los fans de Beach Boys es siempre “Pet Sounds”, el álbum que influenció decisivamente al “Sgt. Pepper’s”, y sobre esa obra magna gira este libro ameno y honesto de Charles L. Granata, historiador tenaz de la historia de Brian Wilson y sus compañeros de grupo en diferentes etapas de la historia. Aunque es un libro sobre la creación de “Pet Sounds”, ese disco que tuvo poco éxito en su momento y que se vengó coronándose como clásico indiscutible años después, a la altura del primero de la Velvet y el “Blonde On Blonde”, Granata tiene la obligación de ir hacia atrás en el tiempo y explicarnos la historia previa de Beach Boys y cómo Brian Wilson se aficionó al ácido, y cómo posteriormente el revival de “Pet Sounds” cambió de manera retroactiva la historia del rock. Y, entre medias, como la mortadela del bocadillo, la asombrosa historia de unas letras y una grabación sorprendente como pocas.
4. Michael Azerrad: “Nuestro Grupo Podría Ser Tu Vida. Escenas del Indie Norteamericano 1981-1991” (Contra)
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La literatura sobre indie-rock tiene un título clásico en este de Michael Azerrad, de un calado comparable al “England’s Dreaming” de Jon Savage, pero aplicado al caso norteamericano y el nacimiento del hardcore más intenso y autosuficiente a partir de los primeros intentos de fijación de una genuina escuela punk en Estados Unidos. En el caso de Azerrad, el foco está puesto en lo que muy pronto comenzó a conocerse como escena independiente: sellos, fanzines, bandas que funcionaban al margen del mainstream y de las multinacionales, de las grandes cadenas de venta y de los conciertos multitudinarios. Para explicar su historia, las protagonistas son las bandas más representativas del movimiento: Black Flag, Hüsker Du, Fugazi, Sonic Youth, The Minutemen, Beat Happening, Dinosaur Jr., Minor Threat… Cada una es narrada con una prosa excelente y una documentación completa, y con una única regla: en el momento en el que la banda deja de ser ‘indie’ (o sea, ficha por una multinacional o se separa), se acaba el relato. Si hubiera un capítulo 14, éste debería ser para Nirvana (no es extraño que la cronología concluya en 1991, el año en el que murió el indie para tomar el relevo del otro rock en las listas de ventas y la industria, ahora transformado en ‘alternativo’), aunque lo mejor del libro sigue siendo la introducción: antes de hablar de indie, habría que leérsela y luego lavarse la boca.
3. Michael Moyinhan y Didrik Søderlin: “Señores del Caos” (Es Pop Ediciones)
Este es otro libro que hacía tiempo que merecía existir en castellano y que aparece más tarde de lo debido. “Señores del Caos” es un auténtico clásico de la divulgación sobre heavy metal, y en concreto el texto fundamental de la escena del black metal noruego: crónica de su nacimiento y, sobre todo, de sus grandes escándalos de muerte, profanación y cárcel, sus páginas contienen más morbo por centímetro cuadrado que cualquier otro libro de música que se haya escrito nunca (en otros géneros quizá habría que irse al Marqués de Sade). Sus protagonistas son bandas como Mayhem, Burzum o Emperor, y las historias que aquí se cuentan, más allá de maquetas y álbumes, son las de incendios rituales de iglesias cristianas, suicidios, profanación de cadáveres y venganzas. A raíz de la detención el pasado verano en Francia de Varg Vikernes (Burzum) tras haber violado la condicional y acusado de intentar perpetrar una masacre con explosivos, la leyenda negra del black metal noruega volvió a salir a la luz. Justo en ese momento, Javier Calvo traducía este texto tan aterrador como hilarante: nunca es tarde si la dicha es buena.
2. Simon Reynolds: “Post-punk. Romper Todo y Empezar de Nuevo” (Caja Negra)
Hasta el año pasado, la obra fundamental de Simon Reynolds permanecía inédita en castellano. Pero Caja Negra decidió tomar el toro por los cuernos y servirnos el ensayo “Retromanía”, una de las cumbres del pensamiento musical en los últimos años, y acto seguido hincarle el diente a su libro anterior, “Rip It Up And Start Again”, una crónica del ascenso comercial y creativo del post-punk inglés justo tras la separación de Sex Pistols. Cuando Reynolds publicó su libro –madurado desde su más tierna juventud como seguidor de bandas como Joy Division, Scritti Politti, ABC o The Cure–, el revival post-punk estaba en marcha y su momento era ciertamente oportuno. Hoy, aquellos fastos de homenaje a bandas como Gang of Four ya parecen olvidados, y quizá eso hasta beneficie al libro, al contar un capítulo destellante de la historia del pop sin miedo a que una mala copia de una banda moderna nos estropee la lectura. Y como siempre, erudición máxima. El año que viene aterrizará en nuestras manos el otro gran libro de Reynolds, “Energy Flash”, y se saldarán todas las deudas pendientes.
1. Greil Marcus: “Mystery Train. Imágenes de América en la Música Rock & Roll” (Contra)
Los críticos americanos han hablado de “Mystery Train” (editado originalmente en 1975, ampliado en 2008) en términos superlativos. “Probablemente, el mejor libro jamás escrito sobre el rock”, dijeron en Rolling Stone. “Decir que este libro trata sobre el rock & roll es como decir que ‘Ciudadano Kane’ es una película sobre un tipo que dirige un periódico”, sugería John Wilde en Blitz. Select lo ha llamado “la Biblia”, y no es sólo la crítica americana la que se ha rendido ante la gran obra de Greil Marcus, sino también los artistas más importantes de la tradición rock. Bruce Springsteen, en una cita que ilustra la contraportada de la edición española, afirma que “Mystery Train” “se acerca tanto al corazón y al alma de América y la música americana como el mejor rock & roll”. Dentro de la literatura sobre música popular, está claro que estamos ante una obra clave. Una obra que, por el momento, no existía en su traducción al español, y que además ahora existe en su versión más completa, al haber incorporado Greil Marcus partes nuevas expresamente para esta ocasión.
Gracias a la editorial Contra, ese vacío ya se ha cubierto. Es un libro difícil de explicar, pero que se lee como un gran relato de las proporciones y el poder de sugestión de grandes clásicos de la narrativa en Estados Unidos como “Moby Dick” o las novelas de Faulkner: se trata de la conexión literaria de hombres, comunidades, sonidos y tecnologías que, a lo largo de medio siglo, dieron pie, no sólo a una música que ha cambiado el mundo, sino a una cultura autóctona repleta de mitos, fantasmas, héroes y lugares oscuros. Greil Marcus, como ya hiciera en su otra obra maestra, “Rastros de Carmín”, conecta anécdotas, hilos invisibles, cabos sueltos y discos para dar forma a una historia que va más allá de la Historia. “Mystery Train” se abre con sendos retratos de los ‘antepasados’ del rock –los bluesmen Harmonica Frank y Robert Johnson, el hombre que pactó con el diablo en una encrucijada–, y continúa con los herederos: Bob Dylan y The Band, Sly Stone y su familia funk, Randy Newman y Elvis Presley. A mitad del ensayo, la leyenda, el libro de teoría y el comentario musical, “Mystery Train” es una visión lúcida de un momento único de la cultura americana, que por extensión es nuestra cultura.
