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Las leyendas que han marcado a los 10 mejores cantantes de ópera

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Por José María Ramírez | Vía: ecodiario.eleconomista.es/

Triunfos, gloria, espantadas, gallos y hasta tenias… las carreras artísticas de los cantantes de ópera no sólo han contado con las ovaciones del público, también han estado rodeadas por multitud de polémicas y leyendas, las cuales les han ayudado a encumbrarles en el olimpo de los ‘dioses del canto’. Aquí les presentamos a los 10 cantantes de ópera más relevantes de los últimos tiempos.

¡Voy a la ópera por primera vez!… Generalmente quien acude a su primera representación operística espera que nada más subirse el telón aparezca en escena una ‘oronda’ soprano, al estilo de ‘Bianca Castafiore’ en los cuentos de Tintín, o bien, que el tenor de turno convierta su esperado ‘do de pecho’ en un tremendo gallo.

Pues bien, hoy en día el glamour ha encontrado su hueco en otras sopranos que, al margen de dotes vocales, desfilan por el escenario encandilando al espectador con unos diseños y unas tallas propias de las pasarelas de moda. Véase el caso de Angela Gheorghiu y Anna Netrebko, grandes talentos musicales que se han sumergido en el mundo del marketing con la aprobación de unos y la crítica feroz de los más puristas.

El siglo XX dio al mundo la mejor hornada de voces líricas que han ido triunfando en todo el mundo. Artistas e intérpretes, que fieles a la música y protectores de voz, han hecho historia con su arte, y en muchos casos con más de una anécdota que también pasará a los anales del mundo la ópera.

Hagamos pues un repaso por sus magníficas carreras… y las vivencias más curiosas de los cantantes de ópera más relevantes de los últimos tiempos.

Enrico Caruso

Nacido en Nápoles en 1873, para muchos el mejor tenor y de los mejor pagados de la historia, llegó a cobrar hasta 25.000 dólares en su tiempo por una presentación. Además de poseer una voz de tenor perfecta, fue el primer cantante en realizar grabaciones con fonógrafo. Su grabación de 1902 de Pagliacci de Leoncavallo, su primer disco, logró vender más de un millón de ejemplares.

Tras varios años de grandes triunfos, el reconocimiento mundial llegó en 1902 después de sus actuaciones en Londres con Rigoletto de Verdi. Poco después realizó su debut en el Metropolitan Ópera House de Nueva York, centro con el que estableció una relación de más de 20 años.

Mantuvo con su público una estrecha relación. Una noche en Bruselas, después de cantarLa Traviata y por la protesta de varias decenas de personas que no habían conseguido entrada para verle cantar, abrió la ventana de su camerino y comenzó a cantar las principales piezas de la ópera. Murió en 1927 y fue enterrado su ciudad natal, donde varios años atrás, juró no volver a actuar después de una acogida negativa entre el público, en el estreno deL’elisir d’amore de Donizetti. Juramento que mantuvo toda su vida.

María Callas

Un genio absoluto. La carrera de la soprano griega se caracterizó por combinar una impecable técnica del bel canto con un magnífico talento dramático, cualidades que le hicieron la actriz-cantante más famosa de su época. Su modo de hacer, creó un antes y un después en el mundo de la ópera. Un talento prodigioso y una vida llena de obstáculos hicieron de este fenómeno la cantante ideal para Norma, Taviata, Lucía, Elvira, Aida, Ana Bolena y Turandot, entre otros. Su amplia discografía es el mejor legado de una cantante prodigiosa, en la que cabe destacar La Gioconda, grabada por la casa EMI.

Reinó durante décadas en el mundo de la ópera hasta que se produjo su retiro durante un breve tiempo, mientras duró su relación con el armador griego Aristóteles Onassis. A su regreso, se hizo evidente que su voz había perdido fuerza y agilidad. Aun así su público incondicional nunca la dejó sola.

Callas murió en 1977 en París. Las razones de su muerte quedan poco claras: oficialmente se trató de un infarto, pero nunca se descartó una dosis masiva de tranquilizantes.

Mario Del Mónaco

Mario del Monaco fue el tenor italiano más importante a lo largo de las décadas de los 40 y 50. Un tenor dramático cuyas interpretaciones estaban basadas en la exhibición de una potencia vocal que, en su caso, resultaba ser realmente extraordinaria, particularmente en los papeles de las óperas veristas italianas.

Nacido en Florencia, construyó una carrera plagada de éxitos abarcando casi todos los grandes roles desde Carmen hasta el mismísimo Lohengrin. Su impresionante presencia física encima del escenario hizo que legiones de fans le siguieran a lo largo del mundo.

Su personaje más relevante: el Otello de Giuseppe Verdi, el cual interpretó en más de 400 ocasiones. Falleció en 1982 e incluso enterrado con el traje de Otello que utilizó en su debut del mismo rol en la Scala de Milán.

Renata Tebaldi

Conocida como la gran rival de la Callas, pero habiendo cosechado éxitos tan importantes como los de María, la Tebaldi cantó en unas 1.262 ocasiones, de las cuales 1.084 fueron en óperas completas y 214 en recitales, siendo la mejor soprano en roles tan importantes comoManon Lescaut, Tosca, Traviata o Don Carlo.

Tebaldi cantó más en el Metropolitan que en ningún otro lugar, por la estrecha relación que estableció con su público, que la apodó ‘La Señorita No Hay Billetes‘.

Tras su retirada en 1976 pasó la mayor parte de su vida en Milán donde murió a la edad de 82, víctima de un cáncer. Su cuerpo descansa en la capilla familiar del cementerio de Mattaleto, en Langhirano, provincia de Parma.

Luciano Pavarotti

Su éxito fue atronador. Ópera, canción ligera, pop e incluso rock, Pavarotti logró lo que muy pocos cantantes líricos consiguieron, meterse en el bolsillo a todo tipo de públicos, tanto por su extraordinaria voz como por su carisma y simpatía. Nacido en Módena en 1935, desde niño sus padres percibieron el talento musical que inevitablemente debía de salir a la luz.Debutó profesionalmente a la edad de 24 años cantando La Boheme y a partir de entonces fue acumulando éxitos y arrastrando masas.

Con un repertorio lírico que abarcaba desde el barroco hasta Verdi y Puccini, triunfó con personajes tan relevantes como Edgardo, Arturo, Idomeneo, Caravadossi o Tonio. Sin embargo, el éxito rotundo le llegó tanto por sus actuación en ‘Los tres tenores’ (junto a Plácido Domingo y José Carreras), como por su amplio registro discográfico y su acercamiento a la música popular.

Comprometido con la organización ‘War child‘, organizó durante años los conciertos ‘Pavarotti & friends’ actuando con artistas como Bon Jovi, Queen, U2, Celine Dion o Natalie Cole. Su muerte en 2007 conmocionó a Italia entera y sus funerales reunieron a las personalidades más importantes del país.

Joan Sutherland

Conocida como ‘La Estupenda’ esta cantante australiana fue considerada la mejor soprano de coloratura de la historia, y poseedora de una de la técnicas vocales más perfectas. Retirada en 1990 aun hoy a la edad de 83 años,sigue en activo ofreciendo clases magistrales en varias escuelas oficiales de música.

Su repertorio se centró casi en su totalidad en personajes del bel canto, tales como Anna Bolena o I Puritani, combinando también la ópera francesa y alemana. De toda su amplísima discografía, la grabación de Lucía di Lammermoor de Donizetti junto con Pavarotti, es considerada como la mejor de cuantas existen.

Sutherland tiene en su haber premios tan importantes como la Orden Australiana al Mérito o el premio del Kennedy Center por su sobresaliente labor como cantante.

Plácido Domingo

Un todo terreno. Tenor, director de orquesta, compositor, responsable de los óperas de Washington y Los Ángeles, fundador del concurso Operalia para jóvenes cantantes… el madrileño Placido Domingo pasará a la historia como el tenor más relevante nacido en el siglo XX por su versatilidad y por haber conseguido logros y premios tan importantes como récords de minutos de aplausos en Viena y Milán, el Premio Príncipe de Asturias y hasta conseguir reunir a más de 400.000 personas en un concierto en el Central Park de Nueva York.

Con más de 100 grabaciones de estudio, entre ópera, zarzuela y otros géneros y más de 150 personajes en su haber, Domingo será siempre considerado el mejor Otello Verdiano, un cantante Wagneriano de primera fila y el mejor protector de la Zarzuela española. Sus padres fueron grandes intérpretes del género chico tanto en España como en Latinoamérica.

Precisamente en México, donde se crió junto a su familia, en el terremoto ocurrido en 1985 Domingo perdió a varios familiares y amigos. Él mismo intervino en las labores de rescate y al año siguiente ofreció conciertos benéficos para las víctimas y publicó un disco de uno de ellos.

Monserrat Caballé

La soprano catalana logró su éxito internacional como tantos otros cantantes al ser llamados a última hora para sustituir a un colega enfermo. Fue en 1965 en Nueva York cuando en lugar de la mezzo Marilyn Horne cantóLucrecia Borgia. Un periódico neoyorquino titularía al día siguiente: “Callas + Tebaldi = Caballé“. A partir de entonces construyó una meteórica carrera actuando en los teatros más importantes y como los mejores directores de orquesta.

Trovador, Semiramide, Traviata, Aida, Turandot, Salomé, Adriana… ha interpretado infinidad de roles desbancado incluso a otras sopranos que dominaban alguno de los mismos, tales como la Norma de Callas.

Tras haber superado varios problemas de salud pero con un gran sentido del humor, los despistes y las anécdotas de la Caballé han cruzado fronteras. La mezzo Elena Obratzsova cuenta entre risas que durante unos ensayos en Mérida y debido a las altas temperaturas, Caballé fingió un desmayo para poder interrumpir el mismo.

Ruggero Raimondi

Originario de Bolonia además de ser uno de los más reconocidos bajos-barítonos es a su vez una estrella del cine y la televisión en Italia. Considerado como uno de los cantantes más respetados en último cuarto del siglo XX, es el cantante de su cuerda que más representaciones y grabaciones discográficas tiene en su haber. Su papel fetiche, el Don Giovanni de Mozart, a parte de Felipe II, Procida, Don Quijote, Escamillo o Jago.

Poseedor de un gran carisma, cuenta que en los ensayos de su primera Tosca en Salzburgo, preocupado por el hecho de no poder con el personaje de Scarpia se acercó Karajan, quien dirigía la producción, y le transmitió su miedo a no estar a la altura. En ese mismo instante el director austriaco le miró fijamente, cogió la partitura completa de la ópera y se la tiró a la cabeza exclamando…. “Deja de lloriquear. ¡Tú eres Scarpia!“.

Edita Gruberova

“¡Tiene los agudos y sobre-agudos más impresionantes del mundo!”. Este fue el titular que un periódico escribió tras su debut en Estados Unidos con La Reina de la Noche de la Faluta Mágica de Mozart. Y así es, posee una gran claridad tonal, agilidad y habilidad para cantar notas altas con mucha fuerza.

Nacida en Bratislava desde muy joven comenzó a despuntar en los escenarios abordando desde sus inicios como cantante los roles más difíciles del repertorio italiano, alemán y francés. En su repertorio encontramos a Zerbinetta, Gilda, Violetta, Lucia, Konstanze, Manon e incluso música de Bernstein.

Admirada por un público fiel y mujer de gran carácter, muchos de los teatros en los cuales ha actuado recuerdan aun la seriedad y el rigor de esta cantante que en una ocasión increpó a un director de escena diciéndole: “Maestro, si usted piensa que voy a cantar al aria principalcolgada de una cuerda a 10 metros de altura del escenario, espero que en el caso en que caiga al vacío su cabeza amortigüe la misma“.

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