Escrito por Prensa Fundamusical Bolívar
Tras ofrecer una conferencia y varios talleres en días recientes, como miembro fundador y representante del movimiento artístico fundado por el maestro José Antonio Abreu, en la XVI Convención Mundial del Método Suzuki, el violista, vilonista y trompetista visitó el programa en tierra nipona
Bajo el milagro de la música, la ciudad de Soma comienza a borrar las huellas de la devastación que dejó la furia de la naturaleza en 2011. La alternativa surge en medio de las heridas causadas por el terremoto y posterior tsumani que azotó a Japón hace dos años, con la creación de un primer núcleo de El Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
El portador de esta gran noticia es el maestro Frank Di Polo, músico fundador bajo la visión de José Antonio Abreu, de este movimiento artístico y social hace 38 años. Esta visita a la nación asiática tuvo como objetivo su participación como representante del movimiento musical venezolano y presidente de la Sociedad Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela, en la XVI Convención Mundial del Método Suzuki, celebrada en Matsumoto.
El violista y también violinista y trompetista, estuvo acompañado del Embajador de Venezuela en Japón, Seiko Ishikawa, con quien pudo conocer a los beneficiarios del programa en tierra nipona. Durante su visita al primer núcleo de El Sistema en Soma, Frank Di Polo tuvo la oportunidad de ofrecer un recital de música venezolana, acompañado en el cuatro por el agregado cultural venezolano en Japón, Maurice Reyna. Una vez más, el lenguaje sonoro hizo posible la unión de las naciones, mientras que los acordes de nuestra tierra despertaron la admiración del público japonés.
Lazos con Suzuki
Cabe recordar que la relación de amistad entre el insigne doctor y maestro, ya fallecido, Shinichi Suzuki y el reconocido músico venezolano, Frank Di Polo, quien además es hijo de una de las leyendas líricas de este país, Fedora Alemán, data de 1964, cuando el venezolano se formaba en la Eastman School of Music de la ciudad de Rochester en el estado de Nueva York, y también pertenecía a la Orquesta Filarmónica de Rochester.
“Ese año el maestro Suzuki hizo su primera gira a Estados Unidos, empezando por Rochester. Durante ese encuentro, seis niños prodigio, formados bajo su método, tocaron como solistas con nosotros. A partir de ese momento me interesó basarme en él para la formación musical de los niños, y cuando volví a Venezuela apliqué el método en el colegio Emil Friedman. Por supuesto, cambié las melodías japonesas a melodías venezolanas, porque era más fácil para los niños reconocerlas”, recordó Di Polo.
Las aventuras con el creador japonés continuaron en 1979, cuando el músico venezolano viajó nuevamente a la ciudad de Matsumoto a entrevistarse con el maestro Suzuki y a pedirle que le recomendara un profesor para enseñar a través de su método, a un grupo de niños pemones.
“La idea era lograr su incorporación a la familia de la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela que estábamos sembrando por todo el país desde 1975. El experimento fue sumamente exitoso y los niños pemones lograron aprender a tocar el violín y la melodía de la Novena Sinfonía de Beethoven en una semana”, relató el maestro. Ahora Japón amplia sus métodos de enseñanza musical y en lugar de buscar grandes solistas, como exclusivamente propone el método Suzuki, se encamina también a la multiplicación y el rescate social, fundamentados en la filosofía de El Sistema venezolano, que ya sin duda es un valioso producto de exportación.
Son las nuevas generaciones japonesas las que florecen en medio del caos natural, al asumir la enseñanza musical con la filosofía de El Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, institución pilar de la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio de la del Poder Popular para el despacho de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. En sus 38 años de fundación sigue posible el lema: “los niños y jóvenes venezolanos triunfan con la música”.