Vía: El País.com
El Concierto Nocturno de Verano se ha convertido en una de las citas estrella de la filarmónica de Viena
Referirnos a la música del clasicismo es hablar de Viena y de su filarmónica. Todos los grandes compositores del periodo exclusivamente clasicista (música culta europea de 1750 a 1820) trabajaron en algún momento de su vida en la capital del entonces Imperio Austriaco. Además, muchos de los grandes compositores eran austriacos, como por ejemplo Wolfgang Amadeus Mozart, Joseph Haydn o Franz Schubert. Y hablamos en concreto de la filarmónica vienesa porque a raíz de la presencia en Viena de estos grandes compositores surgió en la ciudad una larga tradición y amor por la música clásica, esta vez en el sentido más popular de la expresión. La filarmónica de Viena, que tiene fama de ser la mejor orquesta del mundo, es la representante más conocida del amor y tradición vieneses por la música.
En sus 171 años de existencia, la orquesta ha pasado por momentos muy oscuros que aún hoy en día tienen su eco. No obstante, y dejando de lado los hechos históricos, pocos de aquellos que han tenido el privilegio de escuchar a la filarmónica de Viena podrán negar la excelencia y brillantez de sus virtuosos. La orquesta tiene su sede en el Musikverein (nombre que se refiere tanto al histórico edificio de 201 años –sito en Musikvereinsplatz, 1–, como a la Sociedad Vienesa de Amigos de la Música), cuya Großer Saal (Gran Sala) es considerada como una de las salas de conciertos con mejor acústica del mundo.
Es en la Großer Saal donde tiene lugar anualmente el Neujahrskonzert, el Concierto de Año Nuevo. Sin embargo, escuchar a la filarmónica en este concierto puede resultar un tanto complicado, ya que las entradas se venden de un año para otro, su compra sólo es posible mediante sorteo y además no son precisamente económicas. Por lo menos si a uno no le convence mucho la idea de estar de pie varias horas (20 o 30 euros por entrada) y prefiere disfrutrlo sentado (en cuyo caso los precios varían entre cien y casi mil euros).
Ahora bien, la filarmónica de Viena ofrece un amplio programa a lo largo de año en el Musikverein, tanto en la Großer Saal como en otras salas del edificio, con precios y oportunidades muchísimo más razonables que harán las delicias tanto de melómanos como de simples curiosos. Por ejemplo, el vals ofrecido por la filarmónica es algo sin duda a tener en cuenta en una visita en invierno.
También existen otras posibilidades para disfrutar de la filarmónica vienesa en un entorno no menos privilegiado. Conviene siempre echar un ojo a los conciertos ofrecidos en la Wiener Konzerthaus, la Casa de Conciertos de Viena (Lothringerstraße, 20), o explorar las posibilidades en Salzburgo, donde la filarmónica de Viena tiene su segunda casa. Asimismo, debido a su gran fama y prestigio, la filarmónica de Viena ofrece muchos conciertos internacionales, visitando España de vez en cuando.
Con todo, existe un concierto que rivaliza con el de Año Nuevo, y aunque tenga menos de diez años de tradición se ha convertido es un auténtico clásico. En el Sommernachtskonzert, el Concierto Nocturno de Verano (normalmente el 30 de mayo), la filarmónica de Viena toca en los jardines del Palacio de Schönbrunn, ante 100.000 personas, y de forma completamente gratuita. Este concierto es realmente mágico, ya que además de la exquisita interpretación de la filarmónica vienesa, los jardines del palacio, con sus estatuas y fuentes, son objeto de un magnífico trabajo de iluminación. Lo único que puede arruinar esta velada al aire libre es la lluvia.
Para cualquier viajero, una visita a Viena donde un concierto (o una ópera, un vals o un ballet) no esté incluido no es una visita completa. Y si el concierto lo ofrece la filarmónica de Viena, la experiencia será redonda.