Vía: Radio. La Voz de Rusia | Por Elena Andrusenko
El 5 de septiembre, en la ciudad holandesa de Rotterdam, el famoso director ruso Valeri Guérguiev inauguró su festival personal. Es su décima octava actuación en esta ciudad. El proyecto se inscribe lógicamente en el saturado programa cultural del Año Dual Rusia-Países Bajos hoy en curso. Guérguiev dirigirá la Orquesta Filarmónica de Rotterdam que interpretará música clásica rusa.
La historia de las relaciones de Valeri Guérguiev con la Orquesta Filarmónica de Rotterdam cuenta ya con un cuarto de siglo. De 1995 a 2007 el maestro ejerció oficialmente el puesto de principal director invitado. “Guérguiev elevó la maestría de la colectividad a un altísimo nivel, afirma el director de la orquesta Jan Raes, y su salida marcó “el fin de toda una época”. Por lo demás, el festival anual prosiguió en cierta medida “la época de Guérguiev”, a la que está acostumbrado el público de Rotterdam. Hasta la fecha los melómanos recuerdan las sensaciones de años precedentes: el estreno holandés de la ópera cuento “Sadkó” de Rimski-Kírsakov, una interpretación original de la obra primorosa de Wagner “Tristán e Isolda” acompañada de cuadros gigantes y arrolladores de uno de los vídeo-pintores más célebres del mundo Bill Viola. A propósito, los programas del Festival de Rotterdam siempre cuentan con sus nombres: por ejemplo, “La ciudad y el mar”, “La juventud eterna”, etc. Había asimismo temas más tristes: la dedicación a un aniversario del bombardeo de Rotterdam por la aviación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. En el centro del presente foro está la música clásica rusa. Para Valeri Guérguiev es la misión más importante.
Nosotros somos una gran potencia musical. Estamos abiertos al mundo que aprecia a Rusia y a los grandes rusos. Me refiero a Glinka, Chaikovski, Prokófiev, Rajmáninov. Justo porque pasaron orgánicamente a la cultura mundial y devinieron su parte inalienable, su joya.
Serguéi Prokófiev, Ígor Stravinski y Modest Músorgski: a cada uno de estos genios se dedica un día del actual festival. Además, el maestro Guérguiev, como siempre, presenta al mundo a intérpretes rusos jóvenes. Ya por tercer año consecutivo, en sus conciertos toma parte el pianista Daniíl Trífonov, ganador del Concurso Internacional Chaikovski en Moscú. Guérguiev está convencido de que así ayuda no solo a un eminente talento sino que eleva la reputación del Concurso Chaikovski:
–Lo fundamental consiste hoy en mostrar toda la paleta rica. Los excelentes artistas jóvenes han de alegrar al público, sin competir entre sí. Debemos ayudar a los intérpretes jóvenes a convencer al mundo que se ha recuperado plenamente la fama de este gran certamen.
Por cierto que Valerí Guérguiev es la figura Nº 1 en los actuales vínculos musicales neerlandeses-ruso. No en vano en 2005, por decisión de la reina Beatriz, se le confirió el título de Caballero de la Orden del León Holandés. Pero existe toda una fila más de nombres rusos inscritos en la historia cultural de los Países Bajos. Por ejemplo, el compositor Ígor Stravinski y el director Kiril Kondrashin que dirigieron en su tiempo la orquesta Real de Amsterdam Konzertgebau. El maestro ruso Evgueni Svetlánov dirigió otra orquesta reputada holandesa Residency de La Haya. Es posible que el presente Año Dual complete esta lista…
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