Con una estruendosa ovación el público saludó en Berlín el concierto a dos pianos que los argentinos Daniel Barenboim y Martha Argerich ofrecieron en la sala de la Filarmónica de la capital alemana.
“Los continuos gestos de cariño y complicidad entre ambos dejaron claro que el concierto no fue sólo una de las citas musicales del año, sino también un motivo de alegría personal para dos artistas amigos desde hace más de 50 años”, destacó el cronista de la agencia DPA presente en la sala.
Argerich, considerada una de las mejores pianistas de la historia, y Barenboim, director de la Ópera Estatal de Berlín y uno de los grandes orgullos musicales de la ciudad, ya habían actuado juntos el año pasado también en la “Philharmonie”, aunque entonces con Barenboim en su rol de director.
El concierto de hoy, sin embargo, fue el primero desde los años 80 que volvió a sentar a ambos al mismo piano.
Nacidos en Buenos Aires con sólo un año de diferencia, Argerich (1941) y Barenboim (1942) mantienen desde la infancia una amistad que nació cuando ambos se encontraron debajo de un piano.
Barenboim y Argerich enlazaron sus pianos en la ambiciosa “Sonata en Re mayor para dos pianos”, de Wolfang Amadeus Mozart, hasta sonar con una misma voz y una misma respiración. Luego se sentaron codo a codo para desgranar con virtuosismo pasmoso las “Variaciones sobre un tema original para piano a cuatro manos”, de DPA.
El programa cerró con una exquisitez: la versión para piano a cuatro manos de “La consagración de la primavera” que Igor Stravinski ensayó con Claude Debussy en 1912.
El concierto de algo más de dos horas terminó con una estruendosa ovación del público en una Filarmónica sin butacas libres.