Vía: abc.es
El profesor Mark O’Connor tras investigar durante años el pasado de Shinichi Suzuki, creador del revolucionario método de enseñanza musical, desmonta su biografía
El paso del tiempo puede revalorizar algunas cosas, pero también puede relativizar y cuestionar otras muchas. Ese parece ser el caso del padre del método Suzuki, que hace cindo décadas implantó una forma revolucionaria de aprender a tocar el violín -a una temprana edad, a ser posible ante de los cinco años, memorizando las obras y repitiéndolas después-. Así logró que miles de niños en todo el mundo tocaran el instrumento, y también que su nombre se hiciera universal y entrara a formar parte de la Historia de la música.
Ahora, cuando cuando han pasado ya 16 años de su muerte (falleció en Matsumoto en 1998), un profesor de violín, Mark O’Connor, quiere desmitificar su figura y aclarar algunos puntos de la biografía de Shinichi Suzuki, que no fue como él narró a lo largo de su vida, según las pruebas que ha ido recabando en los últimos años y que ha colgado en su blog.
«Creo que es uno de los mayores fraudes de la Historia de la música», asegura Mark O’Connor. «No creo que nadie haya estudiado en profundidad la biografía de Suzuki», argumenta este profesor de violín que entre los aspectos que ha desenmascarado, se refiere a su formación en el Conservatorio de Berlín, donde habría estudiado con Karl Klingler, un reputado violinista, del que llegó a recibir clases particulares, según Suzuki, y que O’Connor desmiente.
Autodidacta
En su blog, O’Connor argumenta que esto no es verdad mostrando la página del Conservatorio de Berlín donde se puede ver que Suzuki, cuando contaba 24 años, fue rechazado en la audición celebrada en 1923. «Shinichi Suzuki no tuvo formación con ningún profesor de violín serio, que nosotros hayamos podido encontrar. Él, básicamente, fue autodidacta, empezó a estudiar violín a los 18 años. Nunca pudo ocupar un atril en ninguna orquesta», señala.
Tampoco da veracidad a la supuesta relación de Suzuki con Albert Einstein, un apasionado del violín. «Lo único que hizo él es entregarle de manera gratuita un violín de la fábrica Suzuki, y pedirle un autógrafo. Después conocería en Alemania a Alfred Einstein, que no tenía ningúna relación con el científico», indica.
También cuestiona la supuesta admiración que manifestó por él el chelista Pablo Casals en un viaje a Japón,en 1961, en que asistió a un concierto con alumnos del método Suzuki. Una admiración que dejó impresa en la cubierta de su autobiografía «Nurtured by love». «Tanto Casals como su mujer vieron el espectáculo con horror».
Para O’Connor, que parece inmerso en una cruzada para desenmascarar la vida de Suzuki, este hizo realidad el lema de «si repites una mentira lo suficiente, esta se convertirá en verdad».
Entre los escritos del fundador del revolucionario método para aprender a tocar el violín, que sigue en vigor en todo el mundo, se encuentra una frase en la que Suzuki expresa cuál era su principal objetivo: «La enseñanza de música no es mi propósito principal. Deseo formar a buenos ciudadanos, seres humanos nobles. Si un niño oye buena música desde el día de su nacimiento y aprende a tocarla él mismo, desarrolla su sensibilidad, disciplina y paciencia. Adquiere un corazón hermoso».