Recomendamos revisar el contenido del blog granpausa.com/
Este post no va sobre un tipo de músico que exista como tal y que siempre se comporte de determinada manera. Va de ese músico dañino que a veces todos llevamos dentro. El de la mala actitud con los demás y consigo mismo. El que nos impide avanzar, nos daña y daña los demás.
El mundo de la música clásica es altamente competitivo. Además, esta competencia es directa y a menudo personal. Los músicos solemos conocernos entre nosotros, y tan a menudo podemos compartir escenario como enfrentarnos en una prueba de acceso, una audición, unas oposiciones, un concurso…etc. Esta relación personal-laboral es complicada de llevar. A veces surgen en nosotros actitudes negativas y dañinas, fruto de esta complicada relación.
La música inunda nuestro día a día. Es más que una ocupación o una profesión. Es un modo de vida. Por ello es normal que de esta forma tan personal de tomarnos la música surjan todo tipo de actitudes, positivas y negativas. Uno no hace más que luchar por sus logros personales, por su triunfo y por su carrera.
¿Cuáles son las actitudes del músico dañino? Como ya hemos dicho, un músico dañino puede serlo consigo mismo o con los demás.
Consigo mismo:
Excesiva autocrítica: Para el músico dañino nada de lo que hace está a la altura. Nunca alcanza el nivel de los demás y se martiriza por ello. “No valgo” “Toco mal” “No tengo talento”
Ningún logro es suficiente: Por más que consiga pequeñas-grandes metas, siempre las achacará a la suerte o al contexto, nunca a su trabajo o al talento.
Falta de valentía: A la hora de enfrentarse a hitos en su carrera (concursos, pruebas…), siempre escogerá el camino fácil, excusándose en que no tiene tiempo para prepararse, no da el nivel…etc.
Con los demás:
Todos son unos privilegiados menos él: Lejos de alegrarse de los logros de sus compañeros, siempre lo achacará a amiguismo, contactos… Además, alimenta este tipo de rumores.
Crítica destructiva: Observar y criticar es un buen ejercicio de aprendizaje. Sacar faltas por sacar es una mala práctica que sólo nos daña.
Incomoda a sus compañeros: En vez de apoyar a los que le rodean cuando tiene que tocar o cantar en conjunto, incomoda al compañero cuando comete algún error.
Esconde siempre las noticias de convocatorias para conseguir trabajo, con la esperanza de quitarse competencia, sin pensar que si sus compañeros están buscando trabajo, lo encontrarán del mismo modo que él lo hizo.
Se alegra del fracaso ajeno. Siempre que un compañero tiene una mala nota, un mal día de actuación… Se alegra interna o incluso externamente.
Seguro que te habrás reconocido en algunas de estas actitudes e incluso has recordado otras que también son igual de dañinas. A veces a los músicos nos sale este músico dañino de dentro. Todo esto está muy relacionado con nuestra autoestima. Cuida tu interior igual que cuidas tu técnica.