Los músicos somos propensos a sufrir sobrecargas musculares y tensiones. El origen de ellos es evidente: sobreesfuerzos, misma postura durante largas horas, poco calentamiento previo, tensiones innecesarias… Muchos músicos se niegan a ver más allá y a comprender que el cuerpo también es nuestro instrumento de trabajo, y que debemos cuidarlo.
Estas sobrecargas musculares nos provocan cierto dolor que en ocasiones puede llegar a ser muy molesto e incluso incapacitante. Es importante descubrir cuáles son sus posibles causas y ponerles remedio antes de que el problema se agrave y nos impida trabajar con normalidad.
Cuando notamos este dolor muscular, suele ser porque el músculo está tenso. La tensión es el primer paso para la formación de contracturas. Una contractura muscular, como su nombre indica, es la contracción involuntaria de un músculo de manera continuada.
Cuando tenemos una contractura en un músculo, tenemos este músculo en constante tensión, lo cual nos provoca dolor e inflamación. Esto significa que nuestro músculo se acorta y se endurece de manera contraproducente.
Pero, ¿qué ocurre cuando una contractura por sobrecarga muscular no se cuida correctamente? Pues que podemos activar uno o varios puntos gatillo.
¿Qué es un punto gatillo?
Un punto gatillo es una zona hiperirritable que se encuentra en un músculo esquelético (músculo estriado unido al esqueleto, como por ejemplo, el trapecio.) El punto gatillo se reconoce como un nudo palpable e hipersensible que produce dolor cuando se presiona. Producen el acortamiento del músculo, lo debilitan y provocan falta de movilidad.
Estos puntos pueden clasificarse en dos grandes grupos: activos o latentes. Los puntos gatillo activos implican un dolor continuado. Los puntos latentes no duelen en todo momento, sólo cuando se les aplica presión.
Una de los datos más importantes sobre los puntos gatillo es que no solo provocan dolor en el músculo afectado. Normalmente, los puntos gatillo conllevan un dolor referido: afectan a otras zonas del cuerpo. Es por ello que tener el cuello tenso y dolorido nos provoca dolores de cabeza, por ejemplo.
¿Qué hacemos mal?
Hay una serie de factores que favorecen la aparición de los puntos gatillo y que, a pesar de seguir un tratamiento de fisioterapia, pueden provocar que no mejoremos de nuestro dolor:
Mala alimentación: Una mala nutrición provoca falta de vitaminas y minerales, necesarios para un funcionamiento correcto de nuestros músculos.
La ansiedad: El estrés continuado es un factor clave para que los músculos se tensen y los puntos gatillo se activen.
No usar el material adecuado: no usar sillas ergonómicas, o no colocar el atril correctamente, lo cual nos puede provocar posturas forzadas durante horas.
Tener malos hábitos posturales.
Hacer demasiado esfuerzo, sin descansar.
Realizar durante horas movimientos repetitivos.
Tratamiento
Los dolores musculares siempre deben ser tratados por un fisioterapeuta o un médico especializado. El mejor tratamiento que puedes aplicar tú mismo es la prevención y el cuidado del cuerpo.
Uno de los factores más importantes, que perpetúan el dolor y la activación de los puntos gatillo, es la higiene postural. Por ello es muy importante que vigiles continuamente tu postura, no sólo cuando practicas, sino también en tu vida diaria.
También los sobreesfuerzos y las repeticiones pueden significar lesiones de este tipo. Es importante que nuestras sesiones de estudio sean variadas, que pasemos de unas actividades a otras para mantener la cabeza despejada y el cuerpo libre de tensión. Además de esto, por supuesto es muy importante realizar los descansos que sean necesarios y para de vez en cuando para movilizar las articulaciones y estirar.
Por último, el calentamiento previo y los estiramientos después de tocar son esenciales para conseguir que nuestros músculos se mantengan elásticos y evitar así tensiones innecesarias. El calentamiento favorece la circulación sanguínea y nos prepara para tocar. Sin embargo, realizar estiramientos al terminar es casi más importante, ya que gracias a ellos facilitamos que nuestros músculos absorban los minerales y vitaminas necesarias después de realizar ejercicio físico (como es tocar un instrumento o cantar).