Músico de amplio espectro, capaz de brillar tocando clásica, rock, jazz o funk, géneros todos en los que se ha lucido
Vía: www.malagahoy.es | Vía: ENRIQUE NOVI
Stanley Clarke (Filadelfia, 1951) lleva más de cuarenta años en el olimpo de los grandes instrumentistas, de los músicos más reconocidos del mundo incluso más allá del jazz.
Un prestigio que adquirió en los primeros años setenta, en los inicios del jazz-rock, cuando junto a Chick Corea convirtió al grupo Return to Forever en uno de los grandes referentes de la nueva fusión, cuyas bases propuso el Miles Davis más colorista, el de In a Silent Way y Bitches Brew. Los vientos dominantes entonces, que impulsaron hasta la máxima popularidad la música progresiva, hicieron que sus principales artífices se convirtieran en estrellas, además de en reputados músicos. Lejos de caer en las trampas y los excesos que la cara oscura de la fama trae consigo y que cegaron a muchos de sus compañeros de generación, Clarke supo aprovechar la cresta de la ola para ampliar sus miras, y desde entonces ha alternado inteligentemente proyectos audaces con otros más comerciales e incluso ha hecho carrera como compositor de bandas sonoras. A propósito de su actuación el próximo domingo 13 en el Teatro Cervantes como clausura del Festival de Jazz de Málaga, en el que presentará su último disco, Up, junto a su banda, Clarke relata aquí con su buen humor algunos de sus recuerdos de aquella época e incluso revela cómo era en los 70 su relación con Jaco Pastorius, el malogrado músico que compitió con él por el cetro de mejor bajista del mundo.
-Cuando tocaba en los años setenta estaba todo por descubrir. ¿Ahora está hecho todo?
-En cierta forma sí, por eso ahora cada descubrimiento permite al autor la satisfacción de crear al 100%. Ahora hay muchos más medios, pero también muchos más músicos y tenemos la facilidad de tener toda la música del mundo en la mesa de casa, algo imposible antes siquiera de imaginar.
-Precisamente en aquella década el jazz-rock se convirtió en best seller. ¿Cómo lo vivió?
-De pronto nuestros discos se vendieron como si fuéramos artistas de rock y se nos abrió un mundo nuevo. En ese momento la gente venía a ver los espectáculos y éramos récord de ventas. Fuimos muy afortunados con el movimiento de jazz-rock-fusión de la década de los 70, en la que nos adelantamos a nuestro tiempo. Experimentábamos con nuevos conceptos, con la fuerza del rock y con la técnica del jazz, y la unión de esos géneros me consta que sirvió para que un gran público se acercara al jazz.
-¿Qué prefiere, ser parte de una banda o solista estrella?
-(Risas) Por el momento estoy disfrutando de tocar con la banda de Stanley Clarke…
-Usted es de la generación de los músicos hipertécnicos. ¿Dónde dejamos la creatividad frente al virtuosismo?
-La técnica es muy importante para un músico instrumental, porque le permite moverse en cualquier dirección, eso es básico en la música clásica, pero la parte más importante del jazz está en la creatividad, y eso depende del talento del artista.
-Hace algunos años se editó su obra completa en solitario… ¿Es amigo de antologías totales de un artista o prefiere los discos sueltos?
-Me gustan más las ediciones en álbumes separados debido a que un disco hecho en 1972 tiene un significado muy diferente para mí que otro hecho en 1995. Este tipo de antologías son buenas para el mercado y los grandes seguidores de un artista, pero cuando te meten toda una vida en una caja una parte de ella se queda fuera (risas).
-Se lo digo porque, cuando se encuentra con sus trabajos antiguos, ¿qué piensa?
-Que las habilidades cambian con el tiempo, y la disposición del artista también cambia.
-Es bien conocida su admiración por Jaco Pastorius, pero también su rivalidad. Ustedes fueron muy amigos, ¿no?
-Lo conocí cuando él era todavía muy joven, porque venía a verme a las actuaciones. Fue un gran amigo y músico, tengo muchos buenos recuerdos de él, tenía muy buen sentido del humor, similar al mío. Alguna vez tocamos a dueto y teníamos el proyecto de hacer el primer tour de dos bajos, siempre hablamos de hacerlo, incluso nos juntamos e hicimos un par de ensayos al respecto. Habría sido tremendo…