Se trata de una obra coral, con textos de Federico García Lorca y Santos López
Por Ana María Hernández Guerra | ESPECIAL PARA VENEZUELA SINFÓNICA
La obra del compositor venezolano Adrián Suárez sigue cosechando éxitos: “Diamante Duende” obtuvo recientemente el Premio de Composición 2017, otorgado por la Casa de las Américas, en La Habana.
En palabras del jurado, se este galardón fue otorgado “debido a la singularidad de la escritura vocal, la inventiva en cuanto en las diversas texturas que se suceden a lo largo de la obra, la variedad en el empleo de técnicas vocales, así como una afortunada utilización de la microtonalidad y de la relación entre la música y los textos de Federico García Lorca y Santos López, (lo que) hacen que la obra premiada sea un valioso aporte al repertorio coral internacional”.
Este año, ese jurado estuvo conformado por Boris Alvarado (Chile), Manuel Ceide (Puerto Rico), Orlando Jacinto García (Cuba-EEUU), Mario Lavista (México) y Roberto Valera (Cuba).
Del mismo modo, fueron doce las obras para coro a capella (sin acompañamiento) que se presentaron por los diferentes compositores, provenientes de seis países latinoamericanos y del Caribe.
“El premio Casa de las Américas es uno de los más antiguos y prestigiosos del continente. Resulta para mi un honor poder obtenerlo, en mi nombre y en el de mi amado país, Venezuela”, expresó Suárez en La Habana.
Conservación ancestral del origen humano
Adrián Suárez no solamente es trombonista y compositor. Este músico se ha interesado por indagar e investigar profundamente en las concepciones místicas, e incluso iniciáticas y las relaciones con el arte que cultiva.
En este sentido, explica que “el Arte es de esencia divina y constituye, en el microcosmos, la conservación ancestral de un origen humano, de valor simbólico. La Música de las Esferas se infiltra en el mundo-materia. El compositor traduce en sonoridad, numen que desciende de lo Divino. La misión esotérica de la música forma parte de un conjunto iniciático”.
Sobre la obra “Diamante Duende”, reseña que fue culminada en el 2016, y atiende a una organización ceremonial.
“Su contenido anuncia el ciclo eternamente transformador del mundo en eterno retorno. La estructura de la pieza está basada en la trinidad: 1 (Padre), 2 (Hijo, desdoblamiento en la dualidad), 3 (Espíritu santo). El Universo viviente: aire, agua, fuego y tierra asume el sentido de la totalidad en movimiento y con ello la multiplicidad del universo material”, puntualiza.
Para los textos, Suárez escogió fragmentos del “Romancero Gitano” de Federico García Lorca, y versos del poemario “El cielo entre cenizas” del venezolano Santos López.
“La obra intenta explorar los contenidos del duende lorquiano junto con el refinado mundo iniciático del poeta venezolano Santos López. Toda la estructura es producto de esta singular conjunción”, explica Suárez, y aclara que en su obra está el resultado de lo aprendido por sus maestros, “fui formado como compositor con Helmut Lachenmann en Stuttgart y por los chamanes piaroas Bolívar y Rufino Pónare, de la selva amazónica venezolana. Aunque he estudiado música desde muy temprana edad, el resto de mi historia es absolutamente prescindible”.
Como artista, Suárez explora distintos timbres. Así, en su anterior obra premiada pero en México, “Aerofanía”, son los instrumentos de la banda sinfónica los que protagonizan los sonidos, en “Diamante Duende” son las voces unidas en la masa coral.
“Cada aspecto de la creación musical conlleva una manera específica de conjurar e invocar a través del sonido. La voz humana quizás sea la forma más penetrante de lograrlo. Las texturas instrumentales y orquestales plantean una posibilidad directa de invocar a los elementos de la naturaleza. Cada familia organológica conlleva una relación específica con dichos elementos, así como la relación de las alturas. Todo convoca, todo persigue religar a la fuente”, detalla.
La exploración del sonido y la relación con los elementos de la naturaleza –fuego, aire, tierra y agua–, así como la sabiduría contenida en los antiguos Vedas de la India, son la materia prima con la que trabaja este compositor.
“Tengo una especial relación con el agua. Las técnicas vocales e instrumentales se desprenden del imaginario escogido. En ‘Diamante Duende’ exploro las posibilidades de hundirse, de sumergirse, un canto de agua, profundo. Es un mensaje que me llegó desde el fondo del mar. Así mismo, hay voces que recuerdan a la Diosa Chejeru, dueña de la medicina espiritual Wohtuja o Piaroa. En esencia son cantos de curación con una nueva forma”, prosigue Suárez.
Finalmente, el autor adelanta lo que hará próximamente: “Como proyecto a futuro contemplo la escritura de una ópera, que conjugue la danza, el teatro y la música. Esta empresa dependerá de muchos factores. Estoy en la búsqueda de patrocinantes”.