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El músico Mario Parmisano habló de los vínculos entre el tango y el jazz y de cómo se activa la química al conocer nuevos músicos.
Vía: www.lacapitalmdp.com
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“Sin dudas Horacio Salgan fue un pianista y compositor de tangos con la mayor influencia jazzística”, dijo Mario Parmisano, ex pianista de Al Di Meola, quien estuvo recientemente en Mar del Plata para acompañar a los músicos Jorge Oss, Sebastián Peycere, el marplatense Ezequiel Valdez, Ricardo Pellican y Rafa Nasta. El seleccionado de artistas se presentó en el escenario de Dickens, durante los últimos días de febrero.
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Pianista de jazz y tango, Parmisano opinó que al jazz le “falta difundirlo para culturizar musicalmente”, aunque consideró que “no es necesario saber de jazz” para acercarse al género. “Hay que darle la oportunidad a que la gente decida, he tocado con mi trío hace unos años en Salta, en la plaza principal de la ciudad e hicimos tango fusionado con jazz y hubo quince mil personas que nos escucharon durante dos horas, fue una ovación tremenda y eso fue en la cuna del folclore, lo que falta es darle la posibilidad a la gente para que escuche música de mejor calidad”, resaltó el también compositor.
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En Mar del Plata, durante el show interpretó standards de jazz, temas de autores como Chick Corea, Herbie Hancock, obras de Piazzolla, del mismo Ezequiel Valdez y otros del nuevo disco de Parmisano.
– ¿Cada repertorio se construye de acuerdo a los músicos con los que vas tocando?
– Es lo mejor, todos los músicos tenemos influencias y estilos distintos, pero hay un punto de encuentro en donde “fusionamos” perfectamente.
– Tenés mucho recorrido con el tango, ¿encontrás algún vínculo entre tango y jazz?
– Por supuesto, son muy similares en sus orígenes, ambos vienen bien “de abajo” y se formaron en ambientes, si se quiere “marginales”, el arrabal y la cuenca del Mississippi tenían algo en común, era la música de la gente de esos lugares y hoy evolucionaron a tal punto que se puede tocar tango y jazz en los mejores teatros del mundo.
– ¿Te estimula conocer a nuevos músicos? ¿Supone un desafío mixturar tu experiencia con la de otros, incluso más jóvenes?
– Es como charlar con alguien que recién conocés, pero a su vez, puede suceder que en cuestión de minutos sientas que lo conoces de toda la vida. A veces sucede: en estos últimos veinte años tuve la posibilidad de compartir escenarios y grabaciones con los músicos más emblemáticos del jazz mundial, de hecho una de las últimas bandas que integré junto a Al Di Meola había un percusionista de Marruecos, un baterista húngaro, Al de Estados Unidos y yo de Argentina y esto sucedió muchas veces, con músicos de Armenia, Israel, Venezuela, Cuba, Puerto Rico, en fin, el grupo se llamaba World Sinfonía y ni la edad ni el idioma son una barrera, la música es universal.
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