Vía: El Impulso.com / Lorena Quintanilla Muñoz Fotos: Edickson Durán
En ocasión del 8º Festival Internacional de Jazz de Barquisimeto, se realizó el pasado jueves en la Sala Alternativa de EL IMPULSO, una conferencia con la profesora Alba Pérez Matos, quien abordó El jazz desde lo académico a lo popular.
La exdirectora de Cultura de la Universidad de Carabobo, recordó que el jazz nació hace más de 200 años y actualmente es un género universal, una música de fusión, globalizada. El jazz está presente en cualquier parte del mundo, cruzó fronteras, culturas, niveles etarios y más.
No obstante, dijo la investigadora, fue en la década de los 60 que el jazz dio un salto cuántico, cuando Mile Davis, representante del cool jazz, produjo un trabajo discográfico que marcó un hito en dicha época.
“El jazz, como una oruga, salió de su capullo para convertirse en una mariposa multicolor”.
En Venezuela, añadió, el maestro Aldemaro Romero ha inspirado a todos los músicos y agrupaciones venezolanas.
“Cuando Romero estudió en los Estados Unidos se contagió con el jazz, luego regresó a Venezuela y se trajo el jazz en las venas y en el corazón, comenzó a hacer cosas diferentes pero siempre con un profundo amor por la música venezolana, dando lugar a la onda nueva”. La promotora cultural resaltó que su investigación parte de las observaciones que ha realizado y de lo que comentan los propios músicos. Asimismo, explicó las diferencias entre lo académico, clásico, popular y folclórico.
“Nuestro jazz tiene personalidad propia gracias a los músicos académicos, quienes han bebido de esa fuente de la música popular”. Destacó que en esos años 60, con el free jazz, los intelectuales comienzan a abordar el género para nutrirse de ese misterio y ritmo avasallante que es el jazz.
“Aldemaro Romero fue testigo de esa vorágine y llegó a Venezuela con todas esas ideas. Nuestro movimiento musical venezolano parte del trabajo de nuestros músicos académicos, llegando después a lo que es la música popular”.
Pérez Matos explicó que el músico popular que empieza a estudiar la música formal apreciará el crecimiento de su trabajo. Por su parte, el músico de conservatorio que empieza a hacer música popular e improvisaciones, observará cómo su música fluye.
Luego de entrar en materia, la docente paseó a los asistentes por el trabajo, la trayectoria y los aportes de valiosos virtuosos del jazz, haciendo énfasis en la obra de grandes barquisimetanos.
Valiéndose de videos, escuchamos el trabajo de Gonzalo Grau, Aquiles Báez, Gonzalo Teppa, Prisca Dávila, Gustavo Dudamel, Jorge Glem, Alexis Cárdenas, entre otros, enalteciendo los aportes de Aldemaro Romero y Gerry Weil.
“El jazz aunque es improvisación, no quiere decir libertad total ya que existen una suprareglas que todos los músicos comparten y es a partir de allí que hay una estructura para la improvisación, de lo contrario, serían saltos al vacío”.
Aseguró que el jazz es una música orgánica, que procura en los músicos una comunión muy particular, una comunicación y conexión en la que todos estan sintonizados y saben lo que están haciendo y para donde van aunque estén improvisando. Eso es mágico y único del jazz”.