EUROPA PRESS
Alexander Pereira, director de la Scala de Milán, ha viajado a Madrid para participar en la Conferencia Internacional de Ópera Europa, en la que se congregarán hasta este viernes más de 40 países, así como representantes de cerca de 150 teatros y festivales de ópera de todo el mundo.
A su llegada este jueves, ha dedicado unos minutos a atender a los medios de comunicación durante un encuentro en el que ha señalado que en Europa se comete el “error” de confiar demasiado en el dinero público”.
Uno de los problemas o asuntos capitales a los que se enfrentan los grandes teatros es la financiación y, en este sentido, cree que se puede conseguir más dinero del estado siempre que se haya comprobado que se ha hecho bien el trabajo.
En cuanto a la financiación privada, ha admitido que durante mucho tiempo se pensaba que se estaba vendiendo “el trabajo sagrado a las personas primitivas que trabajan en las empresas”. “En realidad estábamos destruyendo nuestra buena voluntad que teníamos en la sociedad, y sin ella no vamos a tener ni público ni dinero privado”, ha señalado.
“Para mí pagar mis impuesto es pagar por todo lo q no me preocupa ni me gusta. Pero si no hubiera más música yo moriría. Me deprimiría y estaría aterrado. Por ello tengo que decirme a mí mismo que si quiero que el teatro exista en el futuro he de hacer mi contribución”, ha dicho y ha añadido: “Todos los días enciendo una vela por el sistema de los teatros europeos. No trabajaría ni un segundo con los sistemas de Estados Unidos”.
En este sentido, ha alabado a quien “después de pagar impuestos, paga por las cosas que realmente le importan”.
La Conferencia Internacional, que este año coincide con los Días Europeos de la Ópera, tendrá como tema central la utilización de las nuevas tecnologías como instrumento para la difusión y promoción de la ópera.
Precisamente, la promoción y atraer nuevos públicos son dos asignaturas pendientes que tienen los teatros hoy en día, según ha señalado, al tiempo que ha puesto de relieve la importancia de la enseñanza en edades tempranas, tanto para captar la atención de los más pequeños como para recuperar el interés de sus progenitores.
RECURRIR AL “BUEN SENTIDO”
La Scala no escapa al espectáculo y al interés mediático que habitualmente rodea al mundo de la ópera. Su actitud ante posibles conflictos consiste simplemente en dominar con el “buen sentido” y saber que hay “exageraciones” y momentos en los que se “individualiza el problema”. Sin embargo, ha señalado, hay que saber que es como “mirar una reacción humana en un escenario, donde las cosas se magnifican”. “Tienes que lidiar con ello como sentimientos humanos que son”, ha dicho .
En cuanto a los retos de la Scala y sus objetivos, cree que el repertorio internacional ha alcanzado un buen nivel, mientras que la tradición local se ha olvidado. “La tradición de la Scala ha de ser renovada”, ha asegurado.
Preguntado por Gerard Mortier, quien fue director del Teatro Real y que falleció en marzo del pasado año, ha señalado que era alguien que tenía “bonitas invenciones” a primera hora del día y pasaba el resto de la jornada intentando saber cómo llevarlas a cabo. “Tenía esta nervio creativo que le hacía especial para nosotros”, ha dicho.