Vía: www.24-horas.mx | Por Jorge Ávila
Sencillamente es de esas mujeres que se convierten en todo un ejemplo a seguir, ya sea por su tesón, su talento, su belleza y, sobre todo, por romper esquemas en una profesión que, aparentemente, estaba destinada sólo para hombres.
Con sólo 34 años, se ha dado a la gran tarea de poner en el oído de todo el mundo la obra de los grandes compositores latinos. como José Pablo Moncayo, Silvestre Revueltas, Joaquín Rodrigo, Heitor Villa-Lobos, Yamandu Costa o Arturo Márquez, entre muchos otros, y lo ha logrado con creces respaldada por su enorme talento, su innegable carisma y su llamativo estilo a la hora de tomar la batuta con varias de las mejores orquestas del mundo.
Es Alondra de la Parra, la joven directora de orquesta mexicana que este 1 de julio se presenta en el Auditorio Nacional con la agrupación que ella misma fundó en Nueva York hace 11 años (la Orquesta Filarmónica de las Américas), con un proyecto que le ha llevado más de un año poder concretar: dirigir en vivo la partitura completa de uno de los musicales clásicos de Hollywood, Amor sin Barreras (West Side Story), creada por el legendario Leonard Bernstein.
En conversación exclusiva con 24 HORAS desde Francia, donde recientemente se presentó con gran éxito dirigiendo la Filarmónica de París, De la Parra reveló su gusto por el cine, la música creada para la pantalla grande y los retos que tiene que vivir cualquiera que esté dispuesto a dedicarse a su profesión.
“Desde chiquita, fue el primer musical que vi en televisión, porque mis papás me pusieron la película y me marcó completamente. Quedé impresionada por la música, primero que nada, pues es una obra fenomenal del gran Leonard Bernstein; pero también por los bailes, la coreografía, las canciones. La verdad es que me encantaba y la veía una y otra vez, típico de los niños a los que, cuando les gusta algo, lo vuelven a ver una y otra vez. Así me pasó a mí con Amor sin Barreras”, señaló De la Parra, nacida de padres mexicanos en Nueva York el 31 de octubre de 1980.
“Al crecer y aprender música, cuando entré a estudiar ya seriamente dirección de orquesta y demás, fui creciendo con la música de Bernstein y admirándolo en su faceta de director. Así me fui dando cuenta de la clase de obra maestra que es y eso sólo hizo que continuara mi amor por esta pieza”, agregó.
Curiosamente, Alondra revela que en realidad no es muy fan de las películas musicales, pero Amor sin Barreras es especial.
“No soy gran fan de los musicales, la verdad. Pero de éste en particular me parece que es básicamente una ópera, es otra historia. La orquestación, la fineza rítmica, el cómo usa la música de las diferentes culturas en la partitura… en fin, es una obra gigante”, señaló.
Un proyecto largamente acariciado
Llevar a cabo un proyecto como el que presentará De la Parra en el Auditorio Nacional no es cosa fácil, pues tuvo que buscar permisos y todo lo necesario durante varios meses.
“Hace como año y medio, un amigo vio que se había presentado Amor sin Barreras en Londres en este formato, de proyectar la película original con la orquesta en vivo, y me dijo que había sido una experiencia espectacular, que lo tenía que hacer. Así que me puse a investigar cómo se hace, quién tiene los derechos, cómo lo puedo llevar a México… Es una producción que me he echado yo sola”, asegura la directora, quien después del Auditorio se presentará el 19 de julio en Suiza, en el Verbier Festival Music.
“Encontré a la familia Bernstein y les pedí los derechos, pero tuve que pasar por una serie de pruebas durante más de seis meses para que me los aprobaran, pues te piden que hayas dirigido música de Bernstein, que hayas hecho música de películas. Incluso el hijo de Bernstein fue a uno de mis conciertos y al final me dijeron: “sí, por supuesto, te la damos para México”. De ahí fui a hablar con el Auditorio Nacional, y a Gerardo Estrada le encantó la idea porque él también es fan de Amor Sin Barreras y aquí estamos. Ha sido un esfuerzo enorme de más de un año de trabajo y todo para una sola presentación, pero la verdad es que estoy muy emocionada”, explicó.
Para la directora, la música para el cine es importante, sobre todo por el impacto que ésta puede tener en la percepción del filme, e incluso en su repertorio incluye temas escritos por compositores fílmicos, como Luis Bacalov, John Corigliano, Lalo Schifrin y John Williams.
“Creo que hay de todo. La música para cine es muy importante porque hace o deshace una película. Me ha pasado muchas veces que veo un filme que está muy bien, pero la música no y eso te la descompone por completo. Y a la inversa, he visto películas mediocres con un gran score, que te emocionan y no sabes bien por qué, cuando en realidad es la música la que te lleva a ese estado. Creo que es súper importante, y me encanta, me entretiene. Pero insisto, hay de todo”, sentenció.
“Cuando se me han presentado las oportunidades de dirigir a la orquesta en vivo y proyectando una película simultáneamente, no me han interesado gran cosa porque siempre pensé que tenía que ser algo así, que musicalmente fuera un gran reto y algo de gran calidad y que fuera tan emocionante”, agregó.
No a las comparaciones
Sin embargo, aunque reconoce que hay gran calidad en muchos trabajos hechos para el cine, no compara a los grandes compositores de este medio con los maestros de la música clásica.
“No he visto tantos grandes compositores para cine como me gustaría ver, y no compararía de ninguna manera con personajes como Shostakovich, Stravinsky, Mozart, Brahms o Beethoven. Hay grandes como John Corigliano, que me parece maravilloso, y obviamente Bernstein. No quiero despreciar a nadie, pero hay pocas obras del calibre de Amor sin Barreras. Creo que hay grandes partituras para cine, pero no toda la música para el cine merece un concierto”, argumentó, al tiempo que dio un ejemplo de cómo la música para la pantalla grande puede elevar un filme.
“Por ejemplo, la música para Birdman es espectacular, es una gran idea, gran interpretación que me impresionó. Eso me parece que estuvo súper bien hecho, pero no puedes comparar eso con una orquestación. Ese es un muy buen ejemplo de cómo la música ayuda mucho a una película que también es muy buena”.
Una profesión complicada
Respecto a si ha tenido problemas por ser mujer y mexicana, la maestra De la Parra fue enfática y declaró que su trabajo es tan difícil como el de cualquier otro director, sea hombre o mujer.
“Es una profesión muy difícil, porque requiere de muchísimo estudio, rigor, disciplina, de crecer en muchos aspectos, tienes que aprender a comunicarte, a analizar una partitura de principio a fin, a comunicar con la orquesta tus ideas… requiere de muchos “sombreros” que te tienes que poner y desarrollar. Es un reto que nunca acaba, porque además eres el líder, y como tal tienes que entender cómo manejar un grupo. Es una profesión muy compleja, para cualquiera que lo intente y lo desee”, comentó.
“El ser mujer o ser mexicana nunca ha jugado un rol principal para mí, porque siempre he pensado más en cómo voy a hacer las cosas. Por ejemplo, en este momento tengo las dos partituras de Amor sin Barreras sobre mi escritorio, y son enormes. Pienso cómo le voy a hacer para sincronizar este pasaje, me tengo que aprender aquello… entonces no tengo tiempo para andar pensando si lo hace una mujer o una mexicana.
“Obviamente hay personas que piensan diferente, hay muchos necios, pero también hay gente que aprecia lo que no hace. Y esa gente, que en verdad sabe de lo que habla, es para mí la que realmente vale la pena”.
Finalmente, De la Parra elogió el trabajo de los directores latinos que han sobresalido en los últimos años, como el venezolano Gustavo Dudamel, y reveló que tiene dos discos nuevos a punto de ser lanzados a la venta, tras el éxito de sus dos primeras placas, Mi Alma Mexicana y Travieso Carmesí.
“Gustavo es gran amigo mío, lo admiro muchísimo. Ha abierto un camino muy grande para los latinos con su presencia, su carisma y el alcance que ha tenido. Es talentosísimo. Creo que para todos los latinos es un gran representante y alguien que está abriendo una brecha muy grande.
“Y en cuando a grabaciones, tengo dos discos que están ‘en el horno’. Uno que está a punto de salir y que grabé con la Orquesta de la Radio de Berlín, con obras de Stravinsky. Ese va a salir ese año y ya estamos en las últimas etapas de postproducción y diseño.
“Y el que acabo de grabar con la Orquesta Tonkünstler, que saldrá en unos meses. Curiosamente ese lo grabé con un compositor alemán, Enjott Schneider, quien se dedica más a hacer música para cine y ha sido muy exitoso escribiendo para películas en Alemania. Aquí grabamos parte de sus suites de música para cine y otras obras”, concluyó.