Vía: El Universal | 104 Aniversraio | YANETH FERNÁNDEZ
Jamás se vio como cantante de ópera. De hecho, buena parte de su vida, la dedicó al estudio del violín, instrumento que domina a la perfección gracias a su paso por el Sistema de orquestas y luego por la Orquesta Sinfónica de Venezuela.
“Si no te gusta la ópera, no puedes verte como una cantante de ópera. Ahora, cuando veo mi nombre en los carteles, me pregunto: ‘¿Quién lo iba a decir?'”, así cambió el mundo de la falconiana Ana Lucrecia García, soprano verdiana.
Cuando ya creía que tenía todo resuelto con su trabajo en la Orquesta Sinfónica de Venezuela, la Orquesta Típica Nacional, la Orquesta de Cámara de la UPEL, en las clases de violín del colegio Emil Friedman, la vida la sorprendió y descubrió su pasión por la lírica.
Las primeras clases las tomó con Marisol Gil, luego de forma permanente con Rosita del Castillo. No obstante, fue el maestro Angelo Pagliuca quien la descubrió y le dio la oportunidad de participar en el concierto Tutto Verdi con la Orquesta Sinfónica de Venezuela. Para García, eso se tradujo en tomar en serio el canto. “Yo era violinista, y no se me daba nada mal, pero sentí que podía llegarle a la gente con el canto”. Y así fue. Perfeccionó su voz en Venezuela antes de ir a la Escuela Superior Reina Sofía de Madrid. Luego, entró en contacto con el maestro Vincenzo Spatula, “quien me ha hecho la cantante que soy”. La Scala de Milán, Atenas, La Arena de Verona, Frankfurt… la han recibido a casa llena.