El músico celebra que se haya organizado de nuevo el evento, aunque le gustaría que hubiera más oportunidades de mostrar el género
HUMBERTO SÁNCHEZ AMAYA | el-nacional.com
Cuando Gerry Weil abre la puerta de su casa, se escucha al fondo un piano, pero tocado de forma precavida, poco arriesgada. No es el virtuosismo grabado en un disco o el ejecutado por un profesional.
Al entrar a la sala que tiene para ensayos se ve a uno de los alumnos del músico, que desde las 8:00 am atiende a jóvenes y adultos ansiosos por aprender y perfeccionar técnicas.
Para llegar hay que subir los tres pisos del edificio que tiene el ascensor dañado. Si alguien lo llama para avisarle que está en la puerta principal, Weil le dice que espere a que alguien abra, pues no puede bajar y subir a cada rato. Son al menos 10 clases por día.
Aun se recupera de una operación en la que le colocaron una prótesis en la cadera, desgastada por más de 30 años de prácticas de kárate, la otra pasión del pianista.
“Me atrevo a decir que mi religión es la música. La divinidad me habla a través de ella y le da un sentido a la vida. Me hace feliz, pero también encontré la paz interior a través del kárate, que volveré a practicar”, dice el artista, de 75 años de edad, que sí lamenta no poder surfear otra vez.
A diferencia del arte marcial que lo beneficia, tiene prohibido buscar olas en su tabla. “No puedo, pero me gustaría que mi funeral fuera como el de los surfistas, que lancen mis cenizas al mar”.
Weil es el encargado de inaugurar mañana, a las 7:00 pm, El Hatillo Jazz Festival con un concierto gratuito en el Anfiteatro El Hatillo. Estará con su quinteto, integrado actualmente por el trompetista Noel Mijares, el contrabajista Freddy Adrián, el percusionista Carlos “Nené” Quintero y el baterista Simón Hernández.
Interpretarán piezas clásicas del repertorio como “Brisas del Ávila” y “Wiener Schnitzel”, un tema sobre el cual bromea. “Como es difícil de pronunciar, lo rebautizamos ‘Viene el niche”, expresa divertido.
También habrá estrenos, como “Los cinco reikis” y lo que compuso para el documental Verde salvaje, que se estrenó este año y que lo inspiró para escribir “El rap de las tortugas”.
“Escucha esto”, le señala a la alumna que a un lado sigue las indicaciones de una partitura. “Verde natura/ verde salvaje/ verde primavera/ verde las hojas del rosal/ verde la tortuga verde/ Tortuga ninja/ tortuga marina/ tortuga del mar y la tierra/ tortuga sin nombre”, dice parte del tema que interpretará mañana y que compuso junto con Ramsés Meneses, alias McKlopedia, con quien Weil realizó a mediados de 2012 El mensaje, un espectáculo en el que fusionó jazz, rock, funk y hip hop.
No habrá pista en esa parte. La banda marcará el beat. “En vez de presentar la música del documental y contar la historia, que sería aburrido, arrancaremos con el rap, de una”.
Fuga de talentos. Celebra que se vuelva a realizar el evento de jazz en El Hatillo, que no se llevaba a cabo desde 2008. “Hacen falta más. Necesitamos espectáculos que nos iluminen la mente y el espíritu, que nos hagan encontrar el camino de regreso a la paz interior. La música está más allá de los problemas sociales y económicos”.
Se siente tranquilo porque considera que hay generación de relevo, aunque emigre. “Hay nuevos músicos, muy bien preparados en parte por la labor de las orquestas de José Antonio Abreu. Hay muchos chamos que prometen, a pesar de que se han ido varios talentos. Ha habido una fuga masiva”.
El compositor se refiere a casos como el de Gonzalo Teppa, con quien se presentó varias veces, que ahora vive en Estados Unidos. Su lugar lo tomó Freddy Adrián, que obtuvo recientemente el primer premio en la categoría de jazz de la Convención Europea de Contrabajistas.
Entiende las razones para irse, pero es partidario de quedarse. “Soy jazzista profesional, lo que es decir mucho acá, donde es difícil vivir del género. Lo he logrado por mis clases, mis grabaciones y composiciones. Se me cumplió el sueño de niño, ser músico de jazz. Entiendo los motivos para irse, pero hay que luchar por el país”, afirma.
Invitados internacionales
En El Hatillo Jazz Festival, que se realizará desde mañana hasta el domingo, participarán más de 20 artistas en los locales del casco histórico, el anfiteatro y la plaza Bolívar.
Los invitados internacionales son el argentino Oscar Moyano y el francés Samy Thiebault, quienes vienen de presentarse en elFestival Internacional de Jazz de Barquisimeto.
Moyano, flautista y saxofonista, viene con el cuarteto que integra con el pianista Gustavo Molinari, el baterista Gustavo González y el contrabajista Pedro Carignan. Su turno será el sábado a las 6:00 pm en la plaza Bolívar.
En ese mismo lugar, pero el domingo a las 7:00 pm, el saxofonista francés Thiebault se presentará con el bajista Sylvain Romano, el baterista Philippe Soirat y el pianista Adrien Chicot. Las presentaciones en la plaza son gratuitas.