A lo largo de su historia musical Venezuela ha producido una gran cantidad de pianistas de elite mundial, comenzando con la gran Teresa Carreño quien sentó las bases de una arraigada tradición.
Por Roberto C. Palmitesta R.
Son muchos los ejecutantes del instrumento que han llevado la vanguardia en diferentes géneros musicales. Pero también existen quienes tienen la capacidad de tocar distintos estilos con gran fluidez y a su vez con la capacidad de componer obras propias que conjugan diversas fusiones con un toque contemporáneo, sin duda, uno de los principales exponentes de esta corriente moderna es Baden Goyo.
Comenzó su educación musical a la edad de 9 años, en la Escuela de Música Lino Gallardo. En el año 2007, conoce al pianista venezolano William Cabrera, con quien comienza su formación musical en el ámbito de la música popular y quien luego lo refiere en el 2009 con el gran maestro Gerry Weil, quien lo sumergió en el apasionante mundo del Jazz.
El maestro Gerry Weil pasaría a ser una de sus principales influencias y referentes, pero a finales de 2009, comienza a formar parte del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela a través del Conservatorio de Música Simón Bolívar, ingresando nada menos que a la Simón Bolívar Big Band Jazz desde comienzos del año 2010 y donde desempeñó el puesto de pianista principal hasta enero de 2014.
Siempre le gustó la música sinfónica y afirma que le gustaría tener más contacto con este mundo, del cual provienen algunos de sus compositores favoritos. Gracias a una beca de excelencia ingresó a la prestigiosa The New School for Jazz and Contemporary Music de Nueva York, ciudad en la que reside actualmente.
Ha compartido escenario con grandes figuras del jazz y la música tradicional venezolana como Pablo Gil, Alfredo Naranjo, Aquiles Báez, Eddy Marcano, Jorge Glem, Manuel Rangel, Hana Kobayashi, Linda Briceño, Gerald “Chipi” Chacón, Eric Chacón, Edward Ramírez, Jorge Torres, Vladimir Quintero y Juanma Trujillo. También son conocidas sus habilidades para escribir música y en apenas su primera etapa como compositor logró que una de sus canciones sea interpretada por el astro Rubén Blades, que formará parte del repertorio de un disco de la cantante venezolana MV Caldera.
Baden Goyo conversó con Venezuela Sinfónica para contar cómo ha sido su interacción con la música sinfónica, revela cuál es el secreto de su versatilidad con el piano, adelanta algunos detalles de su próxima producción discográfica además de ofrecer interesantes opiniones sobre la movida pianística venezolana.
¿Cuáles son las técnicas o formas de estudio que has desarrollado para poder obtener tanta versatilidad como pianista?
Creo que cuando uno se propone tocar un determinado tipo de música o género la manera para abordarlo debería seguir más o menos la misma metodología, la cual consiste esencialmente en sumergirse en el género. Esto implica escucharlo, investigar sus raíces, identificar los principales exponentes o al menos esos que a ti te mueven y cuando esto esté claro dedicarse a buscar en el instrumento esas sonoridades, tratar de emular la calidad de esos sonidos, de capturar la esencia. Son procesos muy largos en los que creo (los músicos) nos mantenemos en una constante búsqueda.
¿Has tenido la oportunidad de tocar con una orquesta sinfónica?
La verdad en pocas oportunidades. Sin embargo en el 2014, tuve la oportunidad de hacer un concierto con la Orquesta Sinfónica Teresa Carreño junto al Cuarteto acústico del maestro Eddy Marcano, en el cual se tocó la Fuga con pajarillo del Maestro Aldemaro Romero y también su Suite Onda Nueva, para la cual fui invitado a tocar de solista. Fue una experiencia maravillosa. Creo que es un formato musical que mueve una energía tremenda, probablemente por la gran cantidad de músicos en escena que están participando simultáneamente, algo a lo que no estamos muy acostumbrados siendo que en la música popular y el jazz se trabaja con mayor frecuencia en formatos musicales más íntimos.
¿Cuál es el reto que representa tocar con una orquesta sinfónica?
En mi experiencia el mayor reto es saber integrar elementos musicales que son abordados de una manera distinta en el jazz o los géneros populares. En un formato sinfónico existen una gran cantidad de timbres, colores y texturas y en algunos casos el piano no está tocando todo el tiempo como por ejemplo ocurriría en un Trio de Jazz. De manera que integrar el silencio es una parte fundamental y estar muy atento de todas las secciones y marcas del director. Por otro lado, en las obras de carácter sinfónico las partes suelen estar meticulosamente escritas para todos los instrumentos por razones de orquestación, de modo que tocar con una orquesta sinfónica también requiere un sólido manejo técnico del instrumento así como una buena lectura musical.
Dentro del campo sinfónico ¿Quiénes son los compositores que han generado mayor influencia en tu carrera?
Mendelssohn, Vivaldi, Mahler, Rachmaninoff, Stravinski, Ravel, Samuel Barber, entre otros. Todos ellos son sin duda grandes compositores han definen etapas en la historia de la música e incluso algunos de ellos (Ravel y Stravinski) ya venían sentando las bases de la armonía moderna y la música contemporánea, aun cuando en su tiempo estas sonoridades no fueron totalmente aceptadas o simplemente incomprendidas.
¿Cómo ves las diferencias entre tocar música sinfónica con el jazz?
Yo diría que la diferencia esencial radica en la manera en como el ejecutante se aproxima a la música en ambos mundos: La tradición de la música clásica es por excelencia escrita por una gran cantidad de motivos que van desde la antigüedad misma de este género y los recursos existentes para el tiempo desde de su desarrollo, y también por razones conceptuales, que básicamente estriban en preservar el trabajo de los autores clásicos tratando de mantener así su esencia y lograr su correcta interpretación. Creo que en el jazz y la música popular en general la tradición es de carácter más bien auditivo y el papel escrito no es más que una referencia en la que el ejecutante se basa, pero en la cual siempre están bienvenidas las innovaciones y variaciones de una manera espontánea (casi necesaria). Siendo así, en los géneros populares existe entonces mucho espacio para la improvisación y es este quizás uno de los elementos que precisamente ha caracterizado y guiado la evolución de estas tradiciones. De manera que al momento de aproximarnos a cualquiera de las dos tendencias, lo que creo importante es conocer y comprender un poco la historia y enfoque de cada una de estas tradiciones, con la finalidad de aproximarse a la música con respeto y conocimiento de sus bases conceptuales.
Si tuvieras que seleccionar una obra sinfónica ¿cuál escogerías para un concierto o recital?
Probablemente escogería alguno de los conciertos para piano y orquesta de Chopin. Quizás el No.1 Op.11 es uno de mis favoritos, reuniendo como siempre una gran expresividad a través de sus melodías románticas y pasajes virtuosos. Tal como piensa mi maestro Gerry, Chopin ha sido uno de los mejores escritores para el piano en toda la historia de la música, haciendo uso de los recursos y sonidos del instrumento de una manera única.
¿Cuáles consideras que son los conciertos para piano más difíciles de ejecutar?
Creo que el concierto para piano No.3 Op.30 de Rachmaninoff es una de las obras más complicadas y exigentes que se han escrito para el instrumento. En general las obras sinfónicas de este compositor son famosas por su alto nivel de dificultad para el ejecutante.
¿Cuáles son tus planes futuros más inmediatos en lo que a conciertos y grabaciones se refiere?
Ahora mismo estoy preparando el repertorio de mis composiciones originales con músicos de Nueva York y algunos venezolanos que han trabajado conmigo desde hace algún tiempo. El objetivo es entrar en espacios culturales que me permitan difundir la cultura y la música venezolana plasmada en mis composiciones, pero con un toque de jazz y sonoridades modernas conocidas para el público de neoyorquino.
¿Qué nos puedes adelantar sobre tu primera producción discográfica?
Este disco reúne mis primeras composiciones y es el reflejo de toda una etapa de exploración y desarrollo que viví en Venezuela acompañado por mis dos hermanos musicales Freddy Adrián y Daniel Prim. Todos los temas son de mi autoría con excepción de uno de ellos que es de Joel Martínez y el tema de Frank Quintero La dama de la ciudad, para el cual hice un arreglo bastante diferente.
Gerry Weil y Eddy Marcano ¿tus padres musicales?
Así es podría decirse que sí. Eddy para mí ha sido como un padre musical, un gran mentor y amigo, especialmente en cuanto al acercamiento que tengo con la música venezolana. Desde 2013 Eddy deposito su confianza en mí para acompañarlo en el piano en varias de sus proyectos musicales. Gerry Weil es otro de esos grandes maestros que me han enseñado mucho más que música. Para mi Gerry es un maestro de vida y de él atesoro muchas de las grandes lecciones de humildad y paciencia. En lo musical, su metodología pragmática de la enseñanza influyó mucho en mi manera de abordar el estudio del piano. De él me quedó también esa apertura para apreciar las propuestas musicales desde un punto de vista muy amplio.
Desde la época de Teresa Carreño Venezuela le ha dado al mundo un ejército de pianistas de élite en distintos géneros musicales: Silvano Monasterios, Luis Perdomo, Leo Blanco, Edward Simon, Otmaro Ruíz, Antonio Mazzei, Prisca, Eugenia Méndez, Clara Rodríguez, Gabriela Montero y Vanessa Pérez solo por nombrar algunos. ¿A qué se debe este fenómeno?
Como bien lo dices, Teresa Carreno fundó las bases de una escuela pianística muy sólida en Venezuela y a esto se le ha sumado el hecho de haber tenido en nuestro país a grandes pianistas provenientes de otras partes del mundo que se dedicaron arduamente a la enseñanza musical en Venezuela (Lina Parenti, Harriet Serr, entre otras). Especialmente en los pianistas de música popular que mencionas como Luis Perdomo, Silvano Monasterios, Otmaro Ruiz y Prisca Davila, creo que es muy oportuno mencionar también la importancia de la labor formativa del maestro Gerry Weil. En definitiva creo que todo se debe a una suma de factores relacionados con la calidad de la docencia pianística y musical que tenemos en Venezuela desde hace varias décadas.
¿Cuáles son tus mejores recuerdos de tu paso por EL Sistema a través de la Simón Bolívar Big Band Jazz?
Allí han sido formados excelentes músicos y con los programas dirigidos a otros géneros como el jazz han tenido éxito. Fueron muchos años de gran aprendizaje y desarrollo profesional. Probablemente de los recuerdos más gratos esta la gira por EEUU del año 2011, donde visitamos Nueva York y Boston, teniendo la oportunidad de presentarnos en el Dizzy Coca Cola Club del Jazz at Lincoln Center. Estando en Venezuela, recuerdo mucho las master class con figuras internacionales invitadas como Luis Perdomo, Nicolas Folmer, Ed Simon, Roman Filiu, Edward Wolf, entre otros.
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