Leonard Bernstein fue uno de los directores y compositores más influyentes del siglo XX. Con su carisma, versatilidad y capacidad comunicativa, Bernstein alcanzó un estatus de leyenda en el mundo de la música clásica.
Sin embargo, incluso los talentos más venerados tienen sus detractores y rivales artísticos. A lo largo de su carrera, Bernstein protagonizó sonados desencuentros con otros titanes de la música durante sus colaboraciones.
Uno de sus grandes anhelos fue grabar con la Filarmónica de Viena, algo que pudo concretar cuando dejó CBS para firmar con Deutsche Grammophon. Pero no todas estas colaboraciones vienesas resultaron bien: su controvertida versión de “El caballero de la rosa” de Strauss no convenció ni al propio Bernstein.
Otro caso sonado fue su grabación de las “Variaciones Enigma” de Elgar con la Sinfónica de la BBC. Bernstein se permitió criticar a los directores británicos como intérpretes de Elgar, pero su versión no gustó en absoluto en Gran Bretaña.
Uno de los episodios más conocidos fue su polémica interpretación del Concierto para piano n.o 1 de Brahms junto a Glenn Gould. El célebre pianista canadiense optó por unos tempi extremadamente lentos que sorprendieron a Bernstein.
Se rumoreaba entre bambalinas que Bernstein desconfiaba de las reales capacidades técnicas de Gould y temía que esas lentitudes se debieran a sus limitaciones virtuosísticas. Sin embargo, en público ambos siempre se profesaron gran admiración mutua.
Otro sonado incidente ocurrió durante la grabación del Concierto para piano de Schumann con el pianista Murray Perahia. Éste quedó tan disconforme con las excesivamente lentas tempi elegidas por Bernstein, así como con el acusado sentimentalismo que impuso en su interpretación, que Perahia finalmente impidió que el disco saliera al mercado.
Incluso llegó a ofrecerse a pagar los 50.000 dólares que había costado la grabación con tal de que no se publicara, dado lo insatisfecho que había quedado con el resultado final.
Asimismo, menos conocida es la cancelación del ambicioso proyecto para grabar los 5 Conciertos para piano de Beethoven que iba a protagonizar Bernstein junto a Daniel Barenboim y la Filarmónica de Viena para Deutsche Grammophon.
Sin embargo, tras los primeros contactos y reuniones, ambos titanes musicales decidieron de común acuerdo que no congeniaban bien en cuanto a concepción musical, y finalmente abortaron la colaboración.
Todos estos episodios ponen de relieve que, incluso entre los talentos más sublimes y excelsos, pueden darse recelos, rivalidades y falta de sintonía artística. Las divergencias en la forma de abordar e interpretar la música son inevitables cuando chocan dos personalidades y visiones contrapuestas.
Pero al mismo tiempo, estos incidentes demuestran la firmeza en los principios musicales e integridad artística de Bernstein, quien siempre antepuso su particular concepción de las obras por encima de cualquier otro tipo de consideración.