El integrante de C4 Trío está en el norte y fue seleccionado entre 300 candidatos para ser uno de los músicos de la Estación Grand Central del subterráneo de esa ciudad.
Por Ana María Hernández Guerra | ESPECIAL PARA VENEZUELA SINFÓNICA | @amhg_periodista
Puede ser que suene el merengue “Me fui para Nueva York, en busca de unos centavos…”, pero lo cierto es que Jorge Glem no está viviendo precisamente como un pachá. Tampoco lava platos para decir que es platero: el integrante de C4 Trío está mostrando las posibilidades del instrumento nacional en la Gran Manzana, y les dice a sus colegas músicos de allá que no solamente es el ingrediente esencial de la música tradicional venezolana, sino que combina a la perfección con el jazz, funk y hasta con los mariachis.
El pasado jueves 18 de mayo, Glem fue seleccionado en el concurso Music Under New York entre 300 aspirantes que estuvieron durante seis horas, para participar como músico en la Estación Grand Central de Nueva York, uno de las vitrinas musicales más importantes de esa ciudad: por allí pasa todo el mundo, en especial los productores que andan en la búsqueda de un buen talento. Y eso es lo que el solista cumanés precisamente quiere.
-¿Cómo se enteró de esta convocatoria para participar en el subterráneo de Nueva York?
-Yo me vine a Nueva York hace casi un año, que lo cumplo ahora en junio, y vi esto, que me parece súper chévere. Cuando me monto en el metro veo músicos muy buenos allí, y me daba nota, pensaba “qué fino sería poder sentarme en el metro, y tocar”; con la cantidad de gente que pasa por acá, artistas, músicos, productores, promotores de festivales, y todos están en el metro. Averigüé qué se podía hacer, si hay que tener licencia, enviamos la solicitud, videos y a los tres meses me llamaron a las audiciones que fueron esta semana.
“Quedamos setenta. Hicimos una audición con un jurado chévere, gente importante, y bueno cada uno tuvo cinco minutos, actuamos con un amplificador de pila, como si fuera en el metro. No me han avisado todavía el resultado. Esto es muy bueno, porque gran parte del jurado son personas de festivales, que toman en cuenta los talento”, agrega, y enfatiza: “Eso no echa a perder la carrera de que estoy haciendo acá en Nueva York”.
-¿Cuántos seleccionarán de los 70 que quedaron?
-No sé cuántos, pero sé que no son muchos –en una información referida al concurso señalan que escogerán “dos docenas de músicos”-, ya tienen bastantes músicos.
-¿Si queda finalmente, qué hará, cuál será el repertorio?
-Mi idea es hacer música venezolana y de cualquier parte del mundo pero con el cuatro. Puedo hacer una pieza clásica, jazz, funk y tradicional venezolana.
-¿Qué otros beneficios vienen con esta selección y participación?
-Es cuestión de selección para festivales importantes en la ciudad. Aquí toman en cuenta el nivel de los músicos, el trabajo que se desarrolla, y no hay discriminación del lugar donde se toca, y es algo que tenemos que aprender los venezolanos. No importa donde uno toca, sino el nivel. Por ejemplo, una de las personas del jurado es la directora de un grupo que estuvo nominado al Grammy, y me invitaron para tocar, es un grupo de mariachi de mujeres, se llama Mariachi Flor de Toluache.
-¿Había tocado antes música de mariachi en el cuatro?
-Solo con unos panas mariachis en Cumaná, y más nada. Pero la música mexicana tiene una tradición bien grande y unos ritmos complejos. Esta es una ventana chévere, muestra de las muchas cosas que están pasando aquí.
-¿Qué está haciendo en Nueva York desde hace un año?
-Estoy muy contento porque estoy tocando con gente de otros géneros, y esa era mi idea cuando decidí venirme acá. En esta ciudad convergen muchos ritmos y géneros, por ejemplo he estado tocando con un pianista de Israel, Gadi Lehavi, y toqué con Sam Reider, acordeonista, es de acá y toca con el grupo del Lincoln Center, son supervirtuosos, tocamos y a mitad del tema hago joropo con estribillo, les enseño el Velorio de Cruz de Mayo y esas cosas. Vamos a tocar en el Drom, el 1 de junio, algo parecido a lo que hicimos en Guataca, con música venezolana, yo estaré con el cuatro, Linda Briceño con la trompeta, contrabajo (Gabriel Vivas), violín (Alex Hargreaves), guitarra (Grant Gordy) –y también participarán Sam Reider (piano y acordeón) y Eddie Barbash (saxofón)-, es un concierto organizado por Guataca New York. Lo otro que me tiene contento es que voy a tocar durante una semana con el trompetista trinitario Etienne Charles.
-¿Cómo perciben el cuatro venezolano en Nueva York?
-Es un instrumento versátil, y lo más importante es que se vea al cuatro como un instrumento universal, que nace en Venezuela y con el que se toca en el 90 por ciento de la música tradicional venezolana, pero que es tan versátil como un piano, un violín, la flauta. Se pueden aprender muchísimos géneros, tocar mucha música y mezclarla con la música venezolana. Es un poco como el trabajo que hicimos con Desorden Público y C4 Trío, la idea es juntarlo todo. He estado tocando funk, jazz, sesiones jam de jazz y toco cuatro con ellos, he tocando salsa con los panas, y aparte, también la música irlandesa que me encanta. Nueva York es el sitio perfecto y en cada género que toco me emociono porque es un sonido nuevo para ese género y que suena super chévere. En el mundo están tratando de buscar sonidos nuevos y cosas nuevas, y el cuatro es perfecto.
-De pronto relacionan el cuatro con el ukelele.
-Totalmente. He compartido con un par de intérpretes del ukelele, pero ven que el cuatro es más rítmico y profundo, y cuando lo agarran, se sorprenden de que pueden tocan lo mismo pero con un sonido más grande, enorme. Lo chévere es que como tienen los acordes del ukelele, se hacen igual en el cuatro, pero hay que trabajar más la mano derecha. Mi sueño es ver a Paul McCartney o a Sting con un cuatro en la mano. Uno no sabe en qué momento tienes al lado a Sting en Nueva York, y eso puede pasar.
-Si está en Nueva York ¿cómo quedan los proyectos con C4 Trío?
-Ahorita los muchachos vienen y vamos a hacer gira por Panamá, Miami. Allí tenemos un concierto el 8 de julio con el “Pollo” (Brito) e Ilan Chester. También vamos a Canadá, y luego una gira a Europa bien extensa, en julio y agosto. Pero seguimos juntos, aunque estemos separados y estamos buscando la manera de acercarnos más.
-En eso ayuda la tecnología.
-Por supuesto, estamos grabando un disco nuevo. Yo grabo desde acá. Ahí tenemos composiciones de nosotros y un par de invitados que están bien chéveres, uno es internacional. Nos falta grabar una cositas más, y esperando para mezclar. Yo estoy orgullosísimo de ser venezolano y de tocar la música venezolana acá en Nueva York. En mi vida había visto eso, de que a pesar del trabajo de difusión de tanto maestro del cuatro, todavía no se conoce tanto.