Bajo la dirección de Dietrich Paredes y junto con la Orquesta Sinfónica de Caracas (OSC), David Ascanio interpretará el Concierto para piano y orquesta N° 2, de Frederic Chopin
FundaMusical Bolívar – Mppdpsgg
Orquesta Sinfónica de Caracas, Fotografía Carlos Vargas Ovalle @carlosvargasovalle
La cita será este jueves 20 de octubre, a las 4:00 p.m., en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música (La Sede).
La Sinfonía N° 3 en mi bemol Mayor, de Robert Schumann, brillará este jueves a través de las cuerdas, fagotes, trompetas y clarinetes de la OSC. Esta obra, estrenada en 1851, es la última composición sinfónica del autor y está inspirada en el Rin. Sus cinco movimientos transmiten frescura, expresividad romántica y riqueza de matices.
Otras de las piezas que tocará la Orquesta Sinfónica de Caracas es la Obertura Coriolano, de Ludwig van Beethoven. Se trata de una historia que muestra el lado humano del general romano Coriolano, quien al ser desterrado de Roma, decide destruirla. En un destello de sabiduría y a punto de llevar a cabo su cometido, abandona su plan y se quita la vida.
La Sala Simón Bolívar se convertirá en un olimpo de seducción durante el Concierto para piano y orquesta N°2, de Frederic Chopin, que será interpretado por el virtuoso David Ascanio. El maestro explicó que esta obra tiene la particularidad de que el piano está presente todo el tiempo y fue hecha a la manera de los conciertos barrocos. “Es muy difícil de acompañar por su peculiar sintaxis y articulación, lo que se convierte en un reto para el director”.
Esta pieza fue escrita por Chopin, cuando tenía 19 años de edad, como una declaración de amor que se convirtió en tragedia al no ser correspondido. La caracterizan acentos dramáticos que van desde movimientos suaves, amplios, líricos e íntimos, en los que sobresale la cuerda. El pianista brillará a través de una interpretación desenfadada.
Ascanio destacó que este concierto tiene una connotación especial para él porque Chopin es considerado como el poeta del piano y además se lo enseñó el maestro José Antonio Abreu. “Lo dedico a mi mentor, porque ha sido para mí, no sólo un maestro de piano, sino de música, de arte y de la vida”.