Vía El Universal | Por ANA MARÍA HERNÁNDEZ G
Versátil como buen venezolano y optimista como buen oriental: la voz de Germán Segura era capaz de abordar el Amonasro de la ópera “Aida” de Verdi y el “Curruchá” de Juan Bautista Plaza, con toda la facilidad del mundo. Sin embargo, su vitalidad mermó hasta apagarse la noche del lunes en su ciudad natal, Cumaná; coincidiendo con la fecha de su natalicio.
Un despacho de AVN reseña que falleció mientras se encontraba recluido en el hospital de la capital sucrense.
Al parecer, Segura venía padeciendo una enfermedad en la región abdominal desde hace algún tiempo. De hecho, el año pasado se sometió a una cirugía.
El cantante estudió en la Escuela de Música “Prudencio Esaa” de Caracas y en el Conservatorio “Santa Cecilia” de Roma. Debutó con el rol de Figaro de “El Barbero de Sevilla” de Rossini en Génova; y sus logros artísticos lo llevaron a diversos países.
Entre los galardones que obtuvo por su desempeño artístico se encuentran el Primer Premio en el Giacomo Lauri Volpi Latina y el Tercer Premio en Tito Schipa en Lecce, ambos en Italia. También fue finalista en el concurso Belvedere, Austria. En 1985, se le adjudicó la Medalla de Oro en el Concurso Internacional Ettore Bastianini en Siena, Italia.
Igualmente, recibió la mención Cantante Lírico del Año 1995 por la Casa del Artista, y fue condecorado con las órdenes Antonio José de Sucre y José Antonio Anzoátegui, Medalla de Oro en su Primera Clase.
En Venezuela participó en las frecuentes temporadas de ópera, galas y actividades especiales, como “Navidad entre Amigos”, y fue dirigido por maestros de la talla de Carlos Riazuelo, Alfredo Rugeles, Rodolfo Saglimbeni, Eduardo Marturet, Pablo Castellanos, Theo Alcántara, entre otros.
En 1993 fundó la Compañía Ópera de Oriente con la cual produjo importantes títulos en la región oriental, y fundó la Academia de Música “Germán Segura”. En Cumaná presidió el Teatro Luis Mariano Rivera.
El formato del espectáculo multimedia también fue escenario para Segura, como “Verdi, pasión y libertad” en 2001.
En diciembre de 2014, recibió “un inesperado reconocimiento por parte de la Fundación Orquestas Juveniles Infantiles Antonio José de Sucre” –según escribió en su muro de Facebook-, con la presentación de la “Novena Sinfonía” de Beethoven en la Iglesia de Santa Inés en Cumaná, bajo la dirección de Eleazar Yeguez, por lo cual culminó su comentario agradeciendo “por tan bello gesto, y a todos los integrantes del Coro y Orquesta por su afecto. Bravo a todos!”
Por su trabajo artístico, recibió críticas positivas, como “probado barítono”, según escribió Javier Sansón en El Universal, en 1999. En 2002 fue uno de los cantantes con el que se inauguró la Concha Acústica del Teatro Municipal, donde cantó la Romanza de “Andrea Chernier” de Giordano, junto a la Sinfónica Municipal de Caracas, dirigida por Riazuelo.
Para el momento de su deceso, Segura se estaba preparando para grabar un disco en Cumaná.