El estreno de la ópera El barbero de Sevilla el 20 de febrero de 1816, considerada una de las óperas más famosas de Gioachino Rossini fue un verdadero desastre. La obra, basada en la comedia de Beaumarchais, fue recibida con abucheos y protestas por parte del público en el Teatro Argentina de Roma.
Las razones de este fracaso fueron diversas. En primer lugar, la obra competía directamente con otra ópera muy popular en ese momento, Il Turco in Italia, del compositor paisano de Rossini, Valentino Fioravanti. Esto generó una rivalidad entre ambos compositores y sus respectivas obras.
Además, la producción de El barbero de Sevilla fue problemática desde el principio. Hubo problemas en los ensayos y la dirección de escena fue caótica. El elenco tampoco estuvo a la altura, con actuaciones deslucidas y fallos en la interpretación musical.
La trama gira en torno a cómo el ingenioso Fígaro ayuda al Conde Almaviva a conseguir el amor de Rosina, sorteando los obstáculos que pone el tutor Bartolo. Rossini compuso esta ópera buffa (cómica) con apenas tres semanas de trabajo cuando tenía 23 años.
El estreno del Barbero de Sevilla
El debut en el Teatro Argentina de Roma fue accidentado. Primero, el actor que interpretaba a Almaviva rompió por accidente una guitarra escénica, lo que despertó murmullos de desaprobación. Luego, una soprano sufrió un desmayo en plena función.
Pero el momento más surrealista fue cuando un gato negro se paseó por el escenario durante un dueto amoroso, bajó al foso y comenzó a maullar ruidosamente cubriendo las voces de los cantantes.
Estos percances enfurecieron al público romano, que empezó a abuchear y silbar la ópera. Aunque la obra acabó triunfando en las siguientes funciones, el desastroso debut pudo haber comprometido su futura fama de no ser por la genialidad de la partitura de Rossini, que permitió superar el recuerdo de aquella noche nefasta.
El público, que esperaba una ópera a la altura de las anteriores obras de Rossini, quedó decepcionado. Los abucheos y las protestas no se hicieron esperar, y la obra fue retirada del repertorio después de solo tres representaciones.
Hoy El Barbero de Sevilla es pieza fundamental del repertorio operístico, pero su premier estuvo a punto de echar a perder una obra maestra por una concatenación de desafortunados incidentes con unos protagonistas inesperados: un gato negro y una guitarras rota.