Texto y fotos: Jesús Alcívar
En la tarde de ayer, el maestro David Ascanio (piano) y la maestra Edith Peña (piano), se presentaron junto a la Sinfónica Juvenil “Teresa Carreño” de Venezuela, bajo la conducción de maestro Manuel López-Gómez; en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, concierto enmarcado dentro del Festival “El Piano y los Períodos de la Música”.
Las gimnastas Michelle Sánchez y Grisbel López, realizaron una actuación a las afueras de la Sala Simón Bolívar (en los espacios abiertos del piso 1), como antesala al concierto, denominada: “Presencia de Sergei Rachmaninov”. Performance que fue muy bien llevado por las integrantes de la Federación Venezolana de Gimnastas, y que atrapó a más de uno, cautivado por las habilidades demostradas por las chicas.
Ya dentro de “La Simón Bolívar”, se dio inicio al concierto, con “Ch’io mi scordi di te?” – “Non temer, amato bene” Recitativo y rondó para soprano, acompañamiento de orquesta y piano obbligato, de Wolfgang Amadeus Mozart, en la voz de la soprano venezolana Karina Ochoalcalá, acompañada por el maestro David Ascanio. Obra compuesta originalmente en 1786 (con una música y texto diferentes) para Nancy Storace (de la que se presume, Mozart se había enamorado), por su concierto de despedida de Viena; consta de dos secciones: el Recitativo en Sol menor, y el Rondó en Mi b Mayor. La obra no se representaba en el país, desde hace más de 30 años, siendo escuchada la última ocasión, en voz de la gran Fedora Alemán.
La obra que daría continuidad a la cita musical, sería el Concierto No.21 para Piano y Orquesta (en Do Mayor) del mismo compositor de la obra anterior, cuyo nombre completo era Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart. Concierto similar al K.466 por su inventiva estructural y la utilización de las mismas fuerzas orquestales, pero diferente en su impacto dramático. La melodía romántica del movimiento central en Fa Mayor, surge de un modo operístico que invita a soñar, y fue hermosamente desarrollada por el maestro Ascanio, contrastando las distintas atmósferas de la obra en la que -solista y orquesta- parecen perseguirse.
Luigi Sciamanna (actor) junto a Brixio Bell/Nadeschda Makagonow (bailarines) con libreto/dirección de Antonio Constante, pondrían la pauta teatral, con el performance: “Presencia de George Gershwin” como abreboca a las siguientes dos obras. “Summertime” (de la ópera Porgy and Bess) con la soprano Ochoalcalá y el maestro Ascanio, quienes colocaron al público en sintonía con el jazz, gracias al piano en una progresión de acordes similar al blues, y un enfoque vocal diferente (de la soprano) que radicó en lo agudo, delicado, y en el juego silábico de los cambios de nota. “Rhapsody in blue” (para piano y orquesta), en la cual el maestro David dejó en claro el carácter solista del piano sin romper con el ambiente de blues afroamericano que va marcando la orquesta. Ambas obras fueron aplaudidas y elogiadas por el emocionado público, que percibió de manera particular, cómo era posible tomar material escrito en un idioma popular y someterlo a métodos clásicos, produciendo resultados convincentes; ah claro¡¡¡ , gracias a aquel compositor de canciones de Broadway… “GG”.
Luego de un descanso, los músicos de la Juvenil Teresa Carreño, junto al maestro Manuel López-Gómez (recientemente incorporado a la Dirección Artística del Proyecto Batuta/Colombia), salieron al escenario para acompañar a la Solista Edith Peña, quien interpretaría el Concierto No. 2 para Piano y Orquesta (en Do menor) de Rachmaninov. Los primeros acordes de la obra resultan inolvidables, y la solista demostró su extraordinario dominio del instrumento, con una interpretación magistral que evidenció la riqueza temática del concierto, con tonalidades eslavas e incomparables líneas melódicas. El público acogió con una lluvia de aplausos la intervención de la Maestra Edith, la cual cerró el concierto con un bis, del mismo compositor.