Ciudad de México
Hoy, cuando nos encontramos al saxofón convertido en uno de los pilares fundamentales de la música popular, no se nos ocurre pensar que en sus orígenes fue objeto de burlas y críticas, y que su inventor tuvo que superar muchos obstáculos hasta lograr convencer a los músicos y al público sobre las cualidades de su creación.
El saxofón es un instrumento relativamente joven. Fue inventado alrededor de 1840 por Adolphe Sax, hijo de un fabricante de instrumentos musicales, nacido en Bélgica. El joven aprendió a tocar el clarinete, y convencido de que este instrumento tenía imperfecciones, se dedicó a tratar de remediarlas. Quería lograr una mejor calidad de sonido y resolver algunos de sus problemas acústicos. Después de mucha experimentación, finalmente logró lo que deseaba: un instrumento nuevo, distinto y perfeccionado, algo que hoy conocemos como el saxofón. El innovador resultado de sus ideas provocó que sus colegas se burlaran de él y calificaran su invento como “Un instrumento monstruoso… Una creación como la del doctor Frankenstein hecha con partes de los cuerpos de otros instrumentos”. El saxofón fue rechazado por las orquestas de concierto y quedó relegado a ser utilizado solamente en las bandas militares.
En los primeros años era el propio Sax quien tocaba el instrumento. En 1841 el saxofón se tocó por primera vez en público. El francés Héctor Berlioz escribió en 1844 la primera obra conocida para saxofón: el sexteto Canto Sagrado. Fue hasta finales del siglo XIX cuando el saxofón comenzó a incorporarse a las partituras de la música de concierto. Hoy se conocen unas dos mil obras del género en las que tiene presencia, aunque nunca ha logrado ser un miembro permanente en la dotación de las orquestas sinfónicas.
Muchos ubican por error al saxofón dentro de la familia de los instrumentos de metal. El saxofón pertenece a la familia de las maderas, como la flauta, el clarinete, el fagot o el oboe. En el saxofón el ejecutante genera el sonido a partir de una lengüeta de madera que hace vibrar entre sus labios, por ello se le agrupa entre las maderas. Aunque el saxofón es hoy uno de los instrumentos básicos del jazz, muy pocos jazzistas lo tocaban antes de 1920. Fue hasta mediados de aquella década cuando comenzó a ser aceptado como un nuevo vehículo para el desarrollo comercial del jazz.
En los años cincuenta, el saxofón se incorporó al rock and roll. Bill Haley y otros grupos pioneros usaron el saxofón como parte del nuevo sonido. En los sesenta, bandas como Chicago, Blood, Sweat & Tears o Earth, Wind and Fire agregaron metales y maderas a la formación tradicional de guitarras, bajo y batería. Incluso los Rolling Stones, en sus grabaciones y conciertos, siempre presentan con ellos al saxofonista Bobby Keys.
El sax se ha integrado ya a los estilos más populares. El rock, el pop, lo tropical y lo grupero lo han elevado a un sitio privilegiado de preferencia. Así, el invento de Adolphe Sax —que fue objeto de burla y desprecio— se ha transformado, como un “patito feo”, en otra gran estrella del firmamento musical.