Rafael Frühbeck de Burgos vivió su segunda juventud como titular de la Sinfónica Nacional de Dinamarca entre 2012 y 2014
Vía: cultura.elpais.com | PABLO L. RODRÍGUEZ
El director de orquesta Rafael Frühbeck de Burgos (Burgos, 1933-Pamplona, 2014) vivió su segunda juventud como titular de la Sinfónica Nacional de Dinamarca entre 2012 y 2014. Una guinda para una carrera fulgurante. La inició en España en 1958, la cubrió de puestos internacionales a partir de 1966 y la impulsó con una incesante labor como director invitado por medio mundo.
Pero a Frühbeck no le acompañó la discografía. Se recuerdan todavía algunos registros suyos para EMI/Warner Classics, como Carmina Burana, de Orff (1965); Elias, de Mendelssohn (1968), o Carmen, de Bizet (1970). Pero no completó ningún ciclo sinfónico. Ni de Beethoven para Collins con la London Symphony, ni de Brahms con la Dresdner Philharmonie para Genuin.
“Es la música la que da la fuerza”, tenía por lema el maestro. Y lo llevó hasta sus últimas consecuencias. La normal decadencia física provocada por el cáncer tiene aquí un efecto inverso, no sólo en un Rodrigo exuberante o un Berlioz fogoso, sino especialmente en un Strauss catártico, que dirigió cuatro meses antes de su muerte. Pero es Beethoven el portador de su legado. Frühbeck dirige todas las sinfonías con gesto austero y preciso. Abunda en tempi moderados con gran solidez constructiva. Sus interpretaciones combinan fuerza interior, riqueza tímbrica y un fluir misterioso. Tienen un enfoque tradicional, pero con ese vapor retórico que queda para siempre en el recuerdo. A destacar la Quinta y la Pastoral.
Beethoven. Sinfonías 1-9. Rafael Frühbeck de Burgos. Danish National Symphony Orchestra. Dacapo Records