El Sistema y la Embajada de la República Popular China celebraron la llegada del Año Nuevo Chino con un concierto en el que se interpretaron obras tradicionales del repertorio del país asiático en manos de la Sinfónica Simón Bolívar, el maestro Lihua Tan y las solistas Jiang Kemei y Gong Shuang
Yonathan Villarreal / Prensa FundaMusical BolÍvar
La tradicional celebración del Año Nuevo Chino, conocido también como Festival de Primavera, llegó a la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música. El pasado viernes 27 de enero, el maestro Tan Lihua dirigió la Sinfónica Simón Bolívar (SSB) y a las solistas Jiang Kemei y Gong Shuang. Fue un concierto organizado conjuntamente por la Embajada de la República Popular China y el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, como parte de las actividades que la oficina que representa al país asiático ha preparado para festejar la efeméride en nuestro país.
Lihua, director musical y principal de la Orquesta Sinfónica de Beijing, es uno de los más notables y reconocidos maestros de China, y el responsable de haber establecido en su ciudad una de las celebraciones más populares del Año Nuevo de su país. El maestro asiático vino a Venezuela para dirigir a la SSB y festejar en Caracas la fecha que marca el comienzo de un nuevo ciclo.
El concierto contó en su programa con obras tradicionales chinas. La celebración comenzó con la Obertura Festival de Primavera del compositor Li Huanzhi. Esta es una pieza orquestal escrita entre los años 1955 y 1956, en la que se describe la celebración del Año Nuevo Chino de los campesinos en la región de Shanbei. La melodía de esta obra es muy conocida en China Continental y es interpretada en muchas ocasiones para festejar. Además, es parte de muchos libros escolares de música.
Luego de la interpretación de la Obertura, apareció en el escenario Jiang Kemei para interpretar el solo de la obra Hua-Bang-zi para banhu y orquesta. El banhu es un tipo de violín chino, también llamado banghu o qinhu, que surgió hace casi 300 años con las óperas folclóricas en las regiones del norte de China. Este particular instrumento se caracteriza por emitir un sonido muy alto con gran claridad sonora y se utiliza para interpretar melodías emocionantes y agudas. Es uno de los instrumentos indispensables para la interpretación solista, las óperas y las danzas folclóricas y étnicas de ese país.
La noche profunda para jinghu y orquesta, poema sinfónico extraído de la Ópera de Pekín, cerró la virtuosa y aplaudida participación de Kemei. En la pieza musical se resalta la vistosidad del jinghu, instrumento principal que acompaña la Ópera de Pekín y que sobresale por su claridad sonora. Este es también un violín chino de dos cuerdas que data del año 1785 y que ha sido catalogado como el espíritu de la Ópera de Pekín.
Llegó el turno de la soprano Gong Shuang, quien interpretó la canción tradicional Camino al cielo, escrita por la cantante tibetana Han Hong. Esta pieza narra la historia del ferrocarril de Qinghai a Tíbet, que los tibetanos esperaron por muchos años. En el pasado, a los habitantes de esta región se les hizo muy difícil obtener recursos como medicinas y comida, y trasladarse a otros lugares de China podría tomarles hasta tres meses. Este ferrocarril fue el primero en conectar la Región Autónoma de Tíbet con el resto de China.
La joven soprano, quien forma parte de la nueva generación de cantantes chinos, dijo sentirse muy contenta de poder cantar con la Sinfónica Simón Bolívar. “Es una de las orquestas más famosas del mundo y todos sus músicos son muy profesionales”. Shuang además contó que la canción que interpretó representa el amor por su país.
Luego tres canciones tradicionales chinas el programa continuó con Danza Reba, dirigida por el joven venezolano Rodolfo Barráez, quien fue el preparador del montaje, y a quien el maestro Tan Lihua le cedió la batuta para cerrar la primera parte del concierto.
El embajador la República Popular China, Zhao Bentang, contó que este concierto es una de las actividades principales en el marco de la celebración del Festival de Primavera. “La interpretación musical es una manera de acercarse a los pueblos con un lenguaje especial, que hace más fácil comprenderse y asimilarse culturalmente. Hemos notado que a los espectadores les ha gustado la primera parte del concierto y creo que la segunda les va a gustar aún más. Será todo un éxito que contribuirá a las relaciones bilaterales entre los dos países”.
Bentang afirmó que la Fiesta de la Primavera es la más importante para la nación china, cuya celebración es una demostración completa de las tradiciones populares y costumbres multiétnicas del país. “Representa no solo los sentimientos de los chinos dentro y fuera de su país, sino también las emociones comunes de los pueblos de todo el mundo como las reuniones familiares, la armonía, felicidad y la buena suerte”.
El programa concluyó con la Sinfonía N° 4 en Fa menor, Op. 36, del compositor ruso Pyotr Ilyich Tchaikovsky, bajo la dirección del maestro Lihua. Los aplausos del público hicieron que los músicos interpretaran cuatro bises, entre ellos, el Alma llanera dirigida por Barraez, para cerrar la celebración musical de la tradicional festividad china.