El bajista, integrante del grupo britanico de rock sinfónico Marillion, afirmó que “a pesar de estos 30 años de trayectoria” todavía tienen mucho que “dar, decir y demostrar”.
En diálogo telefónico con Télam, Mosley mencionó que “si bien hace poco que estuvimos por esas tierras (Argentina) y nos sentimos muy cómodos, ya estamos pensando en la próxima gira del 2015 y seguro iremos de nuevo porque contamos con un público maravilloso”.

Junto a Mosley completan la emblemática agrupación inglesa de la ciudad de Aylesbury, que comenzó su actividad en 1979, Steve Rothery en guitarra eléctrica y acústica, Mark Kelly en teclados, sampler y coros, Pete Trewavas en bajo y coros y Steve Hogarth en voz líder, guitarras, teclados y percusión.
La banda acaba de editar su nuevo álbum, “Sounds that can be made”.
-¿Cómo definirías el 2014 para Marillion?
-Es muy gratificante. El tour por Sudamérica fue uno de los mejores que hicimos de los últimos años. Cada concierto fue hermoso pero el de Argentina, inolvidable. Un teatro grande (Gran Rex), acogedor y la gente parecía estar en el mejor momento de su vida. Siempre tardamos algunos años en volver, pero ya queremos estar nuevamente allí.
-¿Cúal es tu comparación de los inicios del grupo con la actualidad?
-Las giras comenzaron en 1984 y sinceramente no pensábamos estar tanto tiempo comprometidos con la banda. Obviamente que la amábamos desde un principio, pero el simple hecho de imaginarse estar acá después de tanto tiempo, es más que conmovedor, como iniesperado.
Cada vez que estamos juntos, ya sea tocando en vivo o entrando a grabar en un estudio, sentimos una conexión que es muy difícil explicar con palabras, tendrías que estar ahí para entender a lo que me refiero. Después de 30 años seguimos siendo los mismos chicos de siempre, pero un poco más viejos y con muchas mañas (risas).
-¿Qué planes tienen para lo que resta del año?
-A pesar de que este disco recién vió la luz ya queremos zapar y empezar a escribir la nuevas canciones, pero todo a su tiempo. Vamos a estar tocando en Suecia con Transatlantic, después andaremos por festivales de verano por Inglaterra, Canadá, Alemania y nuevamente los Estados Unidos.
El año finalizará con un tour por Europa y te doy una primicia, el año que viene estaremos volviendo a Argentina, por la preciosa Sudamérica y le vamos a ofrecer algunos temas nuevos, para un público respetuoso que vive el momento.
-¿Cúal es tu opinión sobre el último disco?
-Es un gran disco, de corazón lo digo. Es muy divertido a la hora de tocarlo y a la hora de escribirlo pasamos grandes momentos, es un poco más intrincado que los anteriores y es como que nos juntamos todos a grabarlo y cada uno expuso sus ideas.
Como banda, intentamos que primero nos guste a nosotros, después si el público lo disfruta, terminamos disfrutándolo y amándolo nosotros el doble o el triple.
-¿Cómo fue el proceso de composición del álbum?
-Nuestra manera de componer puede ser muy frustrante (risas). Básicamente entramos al estudio para zapar, zapamos semanas y semanas, y quizás nada bueno sale. No nos conformamos fácilmente, por eso grabamos cada sesión en su totalidad y de repente algo hace click, y la magia sucede. Tampoco lo podemos explicar, es simplemente música.
-Eso significa que la banda sigue creciendo y mostrando algo diferente en cada disco y en el vivo.
-No queremos hacer siempre el mismo disco, hacemos lo que queremos y entregamos todo para que el producto sea lo más cercano a la perfección. Como somos un poco más viejos, nos tenemos más paciencia que las bandas jóvenes y eso permite estar unidos y creando nuevas bases, sin perder la esencia, pero siempre agregándole cosas para que suene lo más actual posible.
-Más allá de la extensa carrera ¿Hay alguna meta que todavía no pudieron lograr?
-Somos muy afortunados y hemos logrado todo lo que nos propusimos, no hay quejas (risas). La meta es seguir sacando discos, girar por el mundo y aunque parezca un clichée, regresar pronto a Sudamérica, a Argentina, que tienen una música muy interesante y es uno de los pocos territorios donde la gente siente realmente lo que hacemos y lo que amamos.
-¿Hay un Marillion antes y después de Fish?
-Creo que son momentos musicales. El sonido nunca cambió y con el paso de los años se hizo un poco más pesado. Las etapas vividas fueron y son maravillosas, pero lo importante es lo que vendrá.