El intendente-director artístico del Palau de les Arts de Valencia, Davide Livermore, ha recibido la Orden de la Estrella en su grado de oficial que otorga la Embajada de Italia en España, como reconocimiento a su visión innovadora de la ópera y su obsesión por convertir el arte en un elemento de reflexión.
En un acto celebrado en la Embajada, Livermore ha agradecido la distinción y ha expresado su voluntad de buscar la raíz revolucionaria de la ópera, porque -según ha dicho- una de las funciones del teatro debe ser hacer pensar a las personas y que estas no se queden “en el jacuzzi de las ideas”.
En un discurso, el intendente de Les Arts se ha referido a la producción estrenada anoche en la Ópera de Roma de El barbero de Sevilla, de Rossini, de la que ha sido el responsable de la dirección escénica.
Livermore ha comentado que esta obra, estrenada hace ahora 200 años, supuso una revolución, pero que ahora, con el montaje creado en Roma, el público no ha sabido comprender la subversión del orden que supuso en su día El barbero de Sevilla.
En esta producción, Davide Livermore ha presentado al barbero como un ratón que termina cortando la cabeza de los dictadores que han existido en los últimos 200 años, entre ellos el propio Mussolini.
“El público no quiere pensar, prefiere estar en el jacuzzi de las ideas, pero mi responsabilidad es que la gente aprenda a pensar”, ha afirmado hoy.
“La sociedad corre el riesgo de olvidar la belleza. Italia se ha convertido casi en un museo del Alzheimer”, ha dicho tras las críticas a su versión de la ópera rossiniana.
Previamente, el embajador de Italia en España, Prieto Sebastiani, ha repasado la trayectoria artística de Livermore que le ha hecho acreedor a esta distinción honorífica, destinada a aquellas personas que han contribuido a fomentar la relaciones culturales entre Italia y otros países, en este caso España.
En su discurso de concesión de la Estrella de Italia, Sebastiani ha resaltado la visión innovadora de la ópera introducida por Livermore, para el que, según ha dicho, asistir al teatro “debe convertirse en un compromiso social”.