Escrito por Prensa FundaMusical Bolívar
El también violinista, arreglista y compositor de El Sistema, fue el único latinoamericano en el II Concurso Internacional de Dirección Orquestal “Serguei Luchwvichi”, realizado en Moldavia.
El escritor inglés, Samuel Johnson, decía que “las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la perseverancia”. Frase que sin duda embarga el triunfo que acaba de obtener el violinista, compositor, arreglista y director Peyber Medina, al alzarse con el tercer lugar de dos concursos internacionales, en Moldavia y Rumania, en la primera ocasión que decide competir en el renglón de la dirección orquestal, y un reto mayor, fuera de casa.
Medina, con una formación ciento por ciento venezolana, gracias al Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, logró conquistar, el pasado mes de agosto, al jurado del II Concurso Internacional de Dirección Orquestal “Serguei Luchevichi”, que se realizó en Chisinau, Moldavia, y donde Medina fue el único participante latinoamericano. La española María del Mar Muñoz Varo obtuvo el “Gran Premio”, mientras que el ucraniano Iván Cerednicenko se alzó con el primer lugar, y la japonesa Naoko Sakai se llevó el segundo puesto. El venezolano se enfrentó, además de dos rondas preliminares, a dirigir, en la celebración del Día de la República Moldava, una obra de un compositor natal, y tuvo solo un día para estudiarla.
Pero el también violinista de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, no se conformó con ganar en la República de Moldavia, sino que se trasladó a Rumania para probarse una vez más a sí mismo, donde logró un premio para Venezuela. Entre 15 participantes, entre ellos dos argentinos, Medina se subió al podio, condujo a la orquesta residente del Teatro de Ópera de Constanza, y dirigió el primer movimiento de la Sinfonía Nº 3 “Heroica”, de Ludwig van Beethoven, así como el cuarto movimiento de la Sinfonía Nº 5, de Pyotr Ilyich Tchaikovsky. Se trató de la segunda edición del concurso internacional de dirección que lleva a cabo este teatro rumano.
“Primera vez que voy a un concurso. Apliqué a tres concursos en Europa, pero decidí ir a estos dos por razones de tiempo y costo. No fue fácil; competí con directores de larga trayectoria en sus países, que además impartían clases de dirección. En cambio, yo me he dedicado a mi carrera de violinista, aunque la faceta que más me apasiona es la dirección”, cuenta quien ahora después de haberse medido en unas contiendas como éstas, ha decidido dedicarse a dirigir “de aquí en adelante”.
La trayectoria del músico
Peyber Medina inició sus estudios musicales a los 8 años de edad, en Coro, estado Falcón. “Como todos los niños de El Sistema, mi mamá me llevó y, aunque a los 11 quise salirme, ella no me dejó”, expresa quien luego se convirtió en concertino de la Orquesta Sinfónica de Falcón. A los 25 se mudó a Caracas y comenzó a formar parte de las filas de los violines de La Simón Bolívar. Ya en su ciudad natal, había demostrado el interés por la dirección, gracias al ejemplo del entonces director de su orquesta, el maestro César Iván Lara. Tiempo después, asistiría a las clases del maestro coreano Sung Kwak, y a todos los cursos que realizó el fundador de su casa de estudios, José Antonio Abreu, su gran mentor.
Pero no solo la ejecución instrumental y la dirección han llamado su atención, sino también la composición. “Inicié escribiendo, luego me dediqué a hacer arreglos y después fue que comencé a componer”, cuenta el falconiano, luego de recordar su primera obra Suite para dos trompetas y banda, la cual fue compuesta a petición de su compañero trompetista, Francisco “Pacho” Flores. El recorrido musical de Medina no podría definirse mejor que con el calificativo: “multifacético”.