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La palabra iconoclasta es muy antigua y muy sonora. Hoy en día la usamos para describir a las personas que rompen con lo establecido, sobre todo en asuntos de arte.
Guión en verso de Aquiles Nazoa
Música de El Taller de Los Juglares
La operita tendrá las siguientes funciones de pre-estreno:
-Domingo 17/09, 11:00am,
Academia de Artes Enarmonía, Centro Comercial La Tahona, Mezzanina, Entrada Libre
-Lunes 18/09, 8:00pm,
Auditorio del Centro Cultural BOD
(como parte del protocolo inaugural del Congreso de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, Concierto Privado)
-Sábado 30/09, 4:00pm,
Casa Vieja de la Hacienda La Trinidad, Entrada Libre
-Domingo 1/10, 11:30am,
Casa Vieja de la Hacienda La Trinidad, Entrada Libre
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Con La Caperucita criolla, Aquiles Nazoa demostró ser todo un iconoclasta, atreviéndose a contar el cuento de Caperucita de forma muy original y contestataria, además de muy venezolana. A lo largo de estos últimos meses nuestra querida Sala Thespis ha sido testigo del nacimiento de una pieza muy singular, la operita para la infancia LA CAPERUCITA CRIOLLA, con textos de Aquiles Nazoa y música de El Taller de los Juglares.
Se trata de una obra que apela a la infinita imaginación del niño (tan devaluada por la vida contemporánea) y que se pliega a la valiosísima tradición de composición académica destinada a la infancia que con tanta fe y extraordinarios resultados instaurara Vicente Emilio Sojo entre sus discípulos desde mediados de los años cuarenta del siglo pasado. La razón de escribirla no fue retar lo establecido por mera bravuconería… más bien tiene que ver con ofrecerle al niño una obra que cree firmemente en su inteligencia, sensibilidad, pureza e ilimitada imaginación.
El resultado es una obra que, ciertamente, re-define la creación musical destinada a la infancia del siglo XXI. Toma muy a pecho las imperecederas palabras de Eugenio Montejo (Todavía no comprendemos que escribir para los niños es algo perfectamente serio) y lleva al venezolano, independientemente de su edad, a un encuentro cercano con su tradición, su idiosincrasia, su humor, su gentilicio, inclusive con su contemporaneidad.
Bien, el telón está por levantarse, y a partir de ese momento estaremos en una aldea por la que un lobo pasea con su segunda intención, como dijo el poeta.
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