El malagueño Daniel Casares, que en mayo gira por la provincia con la OFM y el Concierto de Aranjuez, reclama más atención institucional a esta disciplina, «nuestra cultura»
Vía: www.diariosur.es | Regina Sotorrío
Advierte de que es una deducción «muy personal», pero Daniel Casares cree que el maestro Rodrigo concibió el ‘Concierto de Aranjuez’ para que lo tocara un flamenco. «Es la obra clásica más afín a nosotros», asegura el guitarrista malagueño. De hecho, cuando él aborda el primer movimiento le viene a la mente una bulería y acelera el ritmo. Y el segundo, con el fraseo más internacional de una guitarra española, bien podría ser una minera o una taranta «por su interpretación más libre».
Se siente más cómodo así, pensándolo en clave jonda: «Aunque no varío ni una nota y me rijo por la partitura de Rodrigo, lo toco desde un punto de vista y una técnica flamenca, porque eso es lo que soy». Y así lo hará en los tres conciertos que el próximo mayo ofrecerá por la provincia junto a la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM)y bajo la batuta de Arturo Díez Boscovich. Estará en la capital, en Estepona y Mijas en una gira que incluirá en la segunda parte ‘La luna de Alejandra’, una composición sinfónica del propio Casares con arreglos de José Miguel Évora, que ya estrenó la orquesta malagueña en 2014.
El ‘Concierto de Aranjuez’ «es una garantía», una marca que «funciona» en cualquier escenario que se interprete. La prueba es que los recitales de Málaga y Estepona están a un paso del ‘sold out’ a falta de un mes. Pero no es lo normal. «Llenar un teatro con una guitarra cuesta la misma vida», admite. Y no culpa al público: «Él, como yo cuando soy público, va a lo que conoce». Daniel Casares apunta más arriba: «Eso es responsabilidad de la gente que maneja los hilos culturales de nuestro país. La guitarra no tiene culpa de que haya tanto ignorante por ahí suelto». Lamenta que la seis cuerdas no tengan el sitio «que merecen» en el país que «representan». «En Japón, Alemania o Nueva York, España es una guitarra, no una gaita, un piano o una flauta», añade. El propio Obama quería escucharle tocar en su fallida visita a Sevilla. Sin embargo, aquí «no se le da cancha», no llega al espectador porque no tiene espacio en radios ni en televisiones, ni ayudas para «incentivar» al público con «nuestra cultura».
Él, mientras tanto, se multiplica entre proyectos propios y de otros para desarrollar su profesión, muchos de ellos fuera de España. Sin ir más lejos, acaba de llegar de actuar en Portugal con Dulce Pontes, a quien acompaña en su gira. El 1 de julio se subirá con ella al Teatro Cervantes de Málaga. Después le espera Latinoamérica en un tour de un mes con conciertos junto a la voz del fado y en solitario.
‘Palo Santo’
Cuando está solo con la guitarra se permite «el lujo de hacer lo que quiera», de mezclar repertorio de antes y de ahora. Y lo último, tras los temas de su disco homenaje a Picasso ‘Picassares’, se llama ‘Palo Santo’. El malagueño estrenó el 3 de abril en el Maestranza de Sevilla este proyecto con más de 200 músicos en el escenario entre la Orquesta Sinfónica de Triana y la Banda de cornetas y tambores Tres Caídas de Triana. A la voz, Rocío Márquez y al baile, La Lupi, como artistas invitadas.
Palo Santo’ nace de la «admiración» de Daniel Casares por la figura de Jesús y recrea momentos de su vida a través de la música flamenca. Puede que en momentos como Semana Santa cobre «más sentido», pero el músico asegura que es atemporal y universal. «Todos en nuestra vida hemos celebrado un nacimiento, nos hemos enamorado, hemos sufrido un castigo y hemos renacido de alguna manera», detalla. PaloSanto es el nombre de la madera que se usa para la construcción de guitarras y a través de ella (de la madera de la cruz, de la madera del instrumento, de la del árbol…) se cuenta esta historia, guionizada por Miguel Ángel Márquez, del dúo musical Antílopez.
Tras su estreno llegaron las primeras llamadas de programadores internacionales para incluirlo en sus agendas de 2018. Pero Daniel Casares lo tiene claro:«El siguiente paso de ‘PaloSanto’ tiene que ser Málaga».