Más de 7000 espectadores aplaudieron de pie a los músicos venezolanos que hicieron un intenso trabajo musical y educativo, durante estos últimos días, en la ciudad californiana
Prensa FundaMusical Bolívar – Mppsggp
Para las orquestas de El Sistema un tour es mucho más que conciertos y ensayos. Entre concierto y concierto hay clases magistrales, talleres, seminarios, conferencias, entre otros compromisos. Desde el jueves, 24 de septiembre, el paso de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar por Berkeley, donde viven miles de estudiantes de la Universidad de California, ha sido justo una carrera por sembrar el mensaje de El Sistema: entender la música, también, como un camino para la acción social. Y en la próxima parada, Los Ángeles, además de hacer las nueve sinfonías de Beethoven, también habrá una intensa jornada educativa.
Los músicos venezolanos inauguraron el ciclo Berkeley Radical, un programa que pretende mostrar las intersecciones entre la educación y las artes, como señaló el director ejecutivo y artístico del Cal Performance (institución que se encarga de la producción de eventos artísticos de la Universidad de California), Matías Tarnopolsky. Por esto, no habían pasado ni 12 horas desde que bajaron del avión cuando ya el Ensamble 7/4 estaba en una escuela para hacer una jornada artística, pero sobre todo pedagógica, dirigida a niños de escuelas primarias. Como son inquietos, entre esta y otra actividad, quisieron tocar en una plaza de la universidad y por primera vez en Berkeley sonó música venezolana tocada por trompetistas que vienen desde Barquisimeto y Acarigua.
Mientras tanto, los músicos de la Bolívar y el maestro Gustavo Dudamel, Embajadores Nacionales de Unicef, se preparaban para interpretar la Séptima y la Octava Sinfonía de Beethoven, en el Zellerbach Hall, donde fueron aplaudidos de pie. “Los músicos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar fueron los primeros invitados a Berkeley Radical porque, además de ser grandes y excepcionales artistas, su filosofía, la de El Sistema, está completamente conectada con nuestro concepto de promover el arte en todas las generaciones presentes y futuras para hacer una sociedad más sana y avanzada”, señaló Tarnopolsky. “Cuando tienes a gente joven haciendo música, el futuro no está más adelante; el futuro es este momento”, complementó el maestro Dudamel en un video que se transmitió en una de las conferencias.
El viernes, 25 de septiembre de 2015, 7000 espectadores (sin contar los que se sentaron en las zonas verdes, afuera del recinto) colmaron las sillas y gradas del Teatro Griego para escuchar la Novena Sinfonía, de Beethoven, en la que actuó como solista la soprano venezolana Mariana Ortiz, que fue invitada por el maestro Dudamel no sólo para hacer este concierto, sino las funciones de la Novena que se harán en Los Ángeles. Junto a ella cantaron como solistas J’nai Bridges (mezzosoprano), Joshua Guerrero (tenor) y Soloman Howard (barítono). A ellos se unieron las voces del Coro de Cámara de la Universidad de California, el Coro de Niños del Pacífico, y el Coro de Niñas de San Francisco. Muchos de los coralistas se sintieron muy agradecidos por la oportunidad de hacer su primer concierto con un director y una orquesta consagrados.
El sábado fue un día entero para compartir con la comunidad de Berkeley. En la mañana hubo un concierto familiar. Muchos niños escucharon por primera vez una obra de Beethoven. Lo hicieron con una orquesta que justamente comenzó a tocar las obras de este compositor hace 20 años cuando también los músicos que la integran eran unos niños. Joshua Dos Santos condujo a la orquesta a través de los pasajes enérgicos e impresionantes de obras como la Obertura Egmont o la Tercera Sinfonía. Algunos de los pequeños daban saltos al compás de la música. Allí comenzó una relación entre la música del compositor alemán y los niños que, si se sigue promoviendo, podría ser para toda la vida.
Los músicos de la Bolívar hicieron un Side by Side (concierto conjunto) entre con los niños un programa local inspirado en El Sistema, denominado Enriching lives trough music, que busca incluir familias de las zonas con menos recursos de los alrededores de San Francisco.
Mientras, en otro espacio de la Universidad de California, Alejandro Carreño, concertino de la OSSBV, participaba en un conversatorio para hablar sobre lo que significa en la vida de una persona crecer en una orquesta, que, como él describió, se convierte en una segunda familia en la que hay cabida para el esfuerzo individual y el trabajo en equipo.
Cada una de estas actividades forma parte del trabajo de expansión de la filosofía y el modelo pedagógico del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo ente rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular de la Presidencia y Seguimiento de Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.