Prensa FundaMusical Bolívar
Al aire libre, en el Parque Sempione, en Milán. Mientras la Sinfónica Juvenil de Caracas subía al escenario del Teatro Continuo di Burri, el día caía y la luna comenzaba a brillar. Alrededor, el público se había acomodado en la grama y aplaudía la entrada de los músicos. Familias, deportistas, parejas, jóvenes, niños, abuelitos, grupos de amigos, paseantes, se acercaron a ver el concierto que ofreció esta agrupación del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
La Sinfónica Juvenil de Caracas dio su último concierto en Milán para un público distendido y agradecido. Los muchachos contagiaron con su alegría y desparpajo. El repertorio, como el de otras agrupaciones de El Sistema que han participado en esta residencia artística, mezcló composiciones europeas con piezas latinoamericanas y venezolanas. La función comenzó con la interpretación de La fuerza del destino, de Verdi, bajo la batuta del maestro Dietrich Paredes. Le siguió Semsemayá, de Revueltas. Paredes entregó la batuta a Jesús Uzcátegui que, seguidamente, dirigió el Danzón Nº 2, de Márquez, y la Marcha eslava, de Tchaikovsky. Paredes regresó al podio del director y condujo la Obertura festiva, de Shostakóvich. Los muchachos fueron aplaudidos y celebrados al final de cada pieza.
El Continuo di Burri era pura alegría y el público quería más. Algunas banderas de Venezuela aparecieron entre el público. La SJC regaló dos bises: el Mambo, de Berstein, y el Alma llanera, que hizo que la letra corriera como un rumor entre el público: grupos de venezolanos residentes en Milán se acercaron al parque para escuchar a los jóvenes músicos.
Al final del concierto, muchos de ellos se tomaron fotos con los muchachos de la SJC. Todavía con la adrenalina del concierto, algunos comentaban sus impresiones. “Es indescriptible lo que se siente al escuchar el Alma llanera fuera del país. Y más en este ambiente, con tantos venezolanos en el público. Estoy muy agradecida con la orquesta”. Otro señor, decía en voz alta, “en estos muchachos veo el futuro no sólo del país sino del mundo”. Mientras, un grupo de italianos resaltaba la energía de la orquesta: “es increíble la alegría y el entusiasmo de estos muchachos, es absolutamente contagioso”.
Con este concierto a cielo abierto, la Sinfónica Juvenil de Caracas cerró su participación en la residencia artística que protagonizan en la ciudad de Milán las agrupaciones del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo ente rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio de Poder Popular para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.