Vía: ExpressNews | Por: Arelys Goncalves
A sus 32 años, Leonard Jácome ha pasado más horas de su vida entregado a la música que a cualquier otra actividad. A través del tiempo, tanta dedicación ha sido recompensada y lo ha convertido en un galardonado arpista, un maestro innovador, un multiinstrumentista, un compositor y productor, pero, especialmente, en un enamorado empedernido de la música venezolana y en un apasionado estudioso de su propia creación, la primera arpa eléctrica venezolana. Esa niña consentida que nació en 2012, luego de varios años de gestación, le ha dado tantos méritos como desafíos en su empeño por lograr su mayor sueño: “darle cabida al arpa venezolana en el mundo”.
El artista se encuentra en Londres para ofrecer un concierto y luego continuar su gira internacional. Nos cuenta como la música ha ocupado gran parte de su vida y nos habla de sus habilidades como arpista y sus proyectos.
Desde los 12 años, que lo remiten a su ciudad natal, Rubio (estado Táchira), Leonard no conoce recuerdos en los que el arpa no esté presente. Mientras otros se divertían en fiestas o jugando al futbol, a él lo que le hacía feliz era practicar con su instrumento y aprender al compás de la música llanera.
Pero no siempre fue así, confiesa. Pese a la gran devoción que siente por el arpa, Leonard cuenta que no fue amor a primera vista. A los seis años se inició en el mundo de la música de la mano de su madre quién sembró en él ese espíritu musical que ahora lo define. “A mí lo que me gustaba era el piano y el clarinete y fueron los primeros que toqué. Después, seguí con el cuatro, la guitarra, la mandolina y el bajo eléctrico, y poco a poco comprendí que me gustaba más el campo de las cuerdas”.
Andino con alma de llanero
Nacido en los Andes venezolanos, a los 10 años ya tocaba en varias agrupaciones de la región, y gracias a ese virtuosismo natural, aprendía con más facilidad cada nuevo instrumento. “Esa era mi vida, mi niñez transcurrió junto a la música venezolana”. Recuerda las veces que miraba el reloj esperando salir de la escuela para ir a tocar, pero el arpa seguía sin interesarle. “Eso es como en el amor, si no te gusta, no te gusta”, comentó entre risas.
Recuerda como anécdota que la primera vez que se sintió atraído por el sonido del instrumento fue cuando invitó a un amigo a tocar el arpa de segunda mano que había comprado la mamá de Leonard y que estaba abandonada en un rincón de la casa. “Mientras él tocaba, me di cuenta de lo fantástico que era ese instrumento y así fue que me enamoré del arpa y desde ese día no he parado de tocarla ni pararé”, acentuó.
Como en la vida de cualquier músico venezolano, Leonard ha tenido que ir afinando su carrera al ritmo de algunas experiencias no muy alentadoras, pero confiesa que la suerte siempre lo acompaña y ha tenido excelentes mentores que han abonado su carrera de experiencias fértiles y motivadoras. Recuerda con mucha nostalgia a uno de sus principales maestros, el músico venezolano William Acevedo, a quien le debe gran parte de su formación: “él me enseñó a ser multiinstrumentista y además a ser libre, a tocar con el corazón, con el alma, no por un compromiso”.
Sin embargo, ese romanticismo también lo hizo dudar muchas veces y al finalizar la escuela secundaria, la presión de quienes piensan que la música no tiene futuro lo llevó a estudiar Ingeniería. Un par de años más tarde ya se había convencido de que los equivocados eran otros, dejó la universidad y siguió preparándose en la música llanera, una de sus mayores pasiones.
Ese ambiente de “arpa, cuatro y maracas” se convirtió en el día a día de Leonard, quien a los 16 años ya participaba como solista en festivales internacionales y, al poco tiempo, había logrado varios galardones en eventos como el Festival Internacional de Villavicencio, en Colombia, en el que incluso fue reconocido como el mejor arpista en 2002.
Ha participado en otros festivales latinoamericanos y en el resto del mundo. En Venezuela ha trabajado junto a importantes agrupaciones y cantantes de renombre como Reynaldo Armas, uno de los más destacados representantes de la música criolla en Venezuela.
Arpista por intuición
Ser arpista no parece un camino sencillo según relata. Leonard ha tenido que crear su propia metodología de aprendizaje y ante la ausencia de una cátedra dedicada al arpa venezolana, su preparación ha sido a través de su intuición y talento. “Yo he aprendido en la universidad de la vida, viendo lo que hacían otros, comparando con mi técnica, preguntando”, explica Leonard. En esa universidad de la vida conoció a sus maestros virtuales, arpistas venezolanos de gran trayectoria y preparación que considera esenciales en su carrera: José Archila, Antonio Ostos, Chente Bonilla, Henry Rubio, Gustavo Sánchez, Alexis Ojeda, Carlos Orozco y Carlos Tapia dieron vida a ese manual de técnicas que han modelado la faceta musical del artista.
Cargado de entusiasmo y energía, Leonard quería mejorar sus conocimientos sin abandonar la música llanera, por lo que buscó ampliar sus fronteras en el Conservatorio Simón Bolívar. Ante la ausencia de una especialidad en arpa venezolana, se dedicó a estudiar el arpa clásica, pero los resultados no fueron los esperados. Pese a su esfuerzo, sintió que no podía desarrollar sus habilidades con la variación clásica y dejó el Conservatorio para continuar estudiando de manera empírica, como lo hizo desde sus inicios.
Sus cuerdas bajo presión
Concierto tras concierto, Leonard logró canalizar sus inquietudes como artista, destacar en la improvisación, en la innovación y ganarse el respeto de quienes reconocen las destrezas que involucran su técnica. En 2005 tomó un mayor impulso y junto al cuatrista venezolano, Jorge Glem, se animó a dar forma a un proyecto que resume su esencia, el ensamble “Leonard Jácome y sus cuerdas bajo presión”.
A través de este ensamble ha logrado imprimir su sello personal y su particular estilo en las piezas que compone, una suerte de géneros musicales venezolanos, con algunas influencias latinoamericanas como el tango y el bolero, así como de otras latitudes. Tal como nos cuenta, en 2009 lanzó su primera producción discográfica titulada “Empírico”, un trabajo cargado de originales improvisaciones y de piezas que destacan su virtuosismo musical. El éxito de esta producción lo ha llenado de grandes satisfacciones, no solo por la respuesta del público, sino también por la libertad que ha sentido al expresar la música desde su propia esencia.
Su trabajo como arpista lo ha llevado a numerosos escenarios dentro y fuera del país y le ha permitido crear una visión musical más amplia, diversa y sólida. Ha interpretado sus piezas musicales en Latinoamérica, Estados Unidos, Europa, África y Japón, país que lo ha sorprendido por el gran interés de sus músicos en el arpa venezolana.
Sin duda, sus experiencias reflejan una historia cargada de un gran repertorio de viajes, estudios de grabación, escenarios, cuerdas bajo presión y de un nutrido aprendizaje que no ha querido guardar y, por el contrario, ha preferido divulgar y compartir con otros músicos. Luego de casi 20 años de experiencia, ante la ausencia de una disciplina que enseñe el arpa venezolana, Leonard se propuso llenar ese vacío con sus destrezas profesionales y su experiencia. Gracias al apoyo del maestro José Antonio Abreu, logró uno de sus sueños, la fundación de la cátedra “Arpa venezolana” del Conservatorio de Música Simón Bolívar, dentro del reconocido Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela. A su juicio, este ha sido uno de sus logros más trascendentales que ha alcanzado por el gran aporte que representa para la música de su país.
Un arpa única
A lo largo de su carrera musical, Leonard ha ido perfeccionando y mejorando la técnica para aprovechar al máximo las cualidades del arpa. Sin embargo, también ha descubierto las limitaciones del instrumento y las posibilidades que la tecnología puede ofrecer en favor de la música. Sus viajes y participaciones en festivales internacionales le brindaron nuevas ideas sobre los cambios y las adaptaciones que podía desarrollar en un nuevo prototipo.
En 2005 creó el ensamble “Leonard Jácome y sus cuerdas bajo presión” caracterizado por unificar diferentes géneros de la música venezolana y del mundo
que no conocía del todo y tuve que cambiar mi mentalidad de arpista de música tradicional a la de un músico con un instrumento más sofisticado”, explica.
Además de estas dificultades que superó con la práctica, Leonard ha tenido que enfrentar algunas otras por la crítica de músicos más tradicionales, temerosos de que este cambio pueda tergiversar la raíz del folclor y perjudicar la cultura. Sin embargo, tal como afirma, su trabajo lejos de ser una amenaza es un aporte, “así como hay una guitarra acústica y una eléctrica, ahora en Venezuela tenemos un arpa acústica y una eléctrica”.
Para Leonard, su misión es divulgar la cultura de su país y no perjudicarla. Tras haber diseñado este modelo de arpa venezolana se siente emocionado y comprometido al mismo tiempo “por el amor que le tengo a mi país y a mi música”, dice con gran emoción y agrega: “yo siento el arpa como a un órgano más de mi cuerpo, ya es parte de mí”.
Leonard afirma que sus proyectos no se agotan con esta arpa eléctrica, su vida estará consagrada a llevar la música y el arpa venezolana por todo el mundo, no solo en conciertos, “mi sueño es que así como en Venezuela hay cátedras de violín, clarinete o piano, en las principales universidades del mundo exista la de arpa venezolana”.
Concierto en Londres
Luego de participar en el Festival Internacional de Arpa en Gales, Leonard se encuentra en Londres para presentar por primera vez su arpa eléctrica. El 16 y 17 de junio fueron organizados dos seminarios en la casa Miranda para los amantes de la música tradicional venezolana y el jueves 26 de junio Leonard realizará un concierto gratuito en el Bolívar Hall, a las 7 y 30 de la noche, en el que estará como invitado el cantante y cuatrista del llano colombiano, José Castañeda.
El concierto trasladará a los asistentes a la música tradicional venezolana en su forma más pura y técnicas más tradicionales y luego descubrirá los avances que se han logrado con la sofisticación del instrumento y que ahora están a disposición de la música venezolana y del mundo. “El pasado, el presente y el futuro del arpa venezolana estarán allí esa noche”, asegura Leonard.
Después del concierto, Leonard Jácome continuará su gira en Rusia, España y Austria en donde participará en el Schagerl Brass Festival entre el 9 al 12 de Julio, para luego ir a Chipre y Australia en donde presentará su ensamble en el Congreso mundial de arpa.(Más información sobre su gira y conciertos en leonardjacome.com)