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El creador de bandas sonoras como ‘Irma la dulce’ o ‘Bésame, tonto’ compuso en una clave jazzística inusual en hollywood
www.diariodesevilla.es | Por CARLOS COLÓN
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La poderosa música de los arrolladores títulos de crédito de Conspiración de silencio(Sturges, 1955) era suya. Las elegantes, brillantes e inteligentes orquestaciones de La bella de Moscú (Mamoulian, 1957), Gigi (Minnelli, 1958) y My Fair Lady (Cukor, 1964) eran suyas. Las bandas sonoras de El fuego y la palabra (Brooks, 1960), Los cuatro jinetes del Apocalipsis (Minnelli, 1962) o Irma la dulce y Bésame, tonto (Wilder, 1963 y 1964) eran suyas. Era André Previn, el gran pianista, director de orquesta y compositor fallecido este jueves a los 89 años.
Aunque los compositores que trabajan para el cine deben demostrar una adaptabilidad de contorsionista y un conocimiento profundo de todos los estilos, no deja de asombrar que se moviera con tanta seguridad en los duros dramas raciales o psicológicos del cine moderno americano, componiendo en una clave contemporánea o jazzística infrecuente en Hollywood, o en los sofisticados musicales de Cole Porter o Frederick Loewe.
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Como asombroso es que triunfara a la vez -derrotando prejuicios y fronteras- en la música clásica, el jazz y la música de cine como compositor, pianista y director de orquesta. Nadie lo ha logrado. Hay una explicación: André Previn y su familia, judíos alemanes huidos del nazismo, fueron acogidos en Los Ángeles por su tío abuelo Charles Previn, compositor en los estudios Universal, y se formó a la vez en la música clásica -piano, composición y dirección- y en el jazz.
Arthur Freed lo fichó en 1948 para el departamento musical de la Metro, donde trabajó junto a los más grandes orquestadores de Hollywood como Conrad Salinger o Johnny Green, iniciando a finales de los 50 su carrera independiente. Desde 1957 comenzó a grabar discos de jazz con Benny Carter, Barney Kessel, Shelly Manne, Shorty Rogers, Dizzy Gillespie o Ella Fitzgerald. Y en 1968 sucedió a Sir John Barbirolli como director titular de la Houston Symphony Orchestra, siendo posteriormente titular de la Pittsburgh Symphony, la London Symphony y la Royal Philarmonic. Nadie ha acumulado tantos éxitos y premios como pianista, director, orquestador y compositor en los tres mundos del clásico, el jazz y el cine. Con tiempo para todo, estuvo casado cinco veces (su tercera mujer fue la actriz Mia Farrow y la quinta la violinista Anne-Sophie Mutter), consiguió ocho Grammy y junto a John Williams y Alfred Newman fue el compositor más veces nominado al Oscar, que obtuvo en cuatro ocasiones.
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