Prensa FundaMusical Bolívar
Los niños de Up Beat NY, del Sur de Bronx, compartieron escenario con los pequeños de la Orquesta Infantil del Núcleo de San Agustín y también con miembros de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela
41 niños de Up Beat NY, un proyecto musical y social inspirado en el modelo del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cumplieron un sueño: compartir escenario con músicos venezolanos y ser dirigidos por el maestro Gustavo Dudamel. Así, el 4 de julio de 2015, en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, hubo música para compartir, para sembrar valores de solidaridad, de unión; hubo música como sinónimo de esperanza.
Los pequeños músicos del Sur del Bronx tocaron junto a los músicos de la Orquesta Infantil del Núcleo San Agustín. No había espacio para las diferencias, sólo para lo que une, para el encuentro. Entre atril y atril, hubo rostros sonrientes, desde la primera hasta la última nota. De no ser por la diferencia en el color de las chaquetas, no se habría podido identificar de dónde era cada niño, pues la mayoría de los chicos estadounidenses proceden de familias latinas.
El maestro Gustavo Dudamel movió toda su agenda, comprometida con una serie de ensayos y conciertos en Bogotá, sólo para estar ese día en el podio, para dirigir un concierto que también simbolizaba que El Sistema se ha convertido en un ejemplo para el mundo. Dirigió de memoria obras que él mismo tocó cuando era un niño: Toreadores de Bizet, el TeDeum, de Charpentier, entre otras. Alzó su batuta con el carisma de siempre para que los pequeños tocaran Oye como va, de Tito Puente, con un arreglo de uno de los fundadores de Up Beat NY, Richard Miller; también Venezuela , de Herrera y Armenteros, y el Alma llanera, que el público coreó con orgullo.
Al final del concierto, tanto Miller, como Liza Austria, otra de las fundadoras de este proyecto en el Bronx, subieron al escenario y recibieron la medalla de la bandera tricolor con el lema Tocar, Canta y Luchar, que también es su lema, en otro idioma, en otras tierras, con otra gente, pero con el mismo objetivo.