Vía: www.distoniafocaldelmusico.com | Por Álvaro Nájera) |
Soy Álvaro Nájera, guitarrista y compositor, tengo treinta y cinco años de edad, comencé mis estudios formales de guitarra a los ocho, y todo mi entrenamiento se dirigió al concertismo, no sólo porque es el área de mi mayor interés, sino porque ninguno de mis maestros me dijo que la música como carrera es más amplia que aquello (como músico de estudio, la musicología, el magisterio, la composición, etc). Toda mi vida esperé graduarme de la preparatoria para continuar mis estudios universitarios de guitarra. Pero en el último año de la preparatoria, noté, tal y como lo expuso Jorge Fernández, que mi mano derecha no pertenecía del todo a mi cuerpo, era como la mano de alguien más. No necesito exponer mucho respecto al síntoma o progresión dado que estoy seguro que desafortunadamente muchos en este foro ya las conocen, sólo diré que mis dedos anular y meñique derechos se contraían involuntariamente ante el más mínimo esfuerzo técnico y que cada vez se volvió más y más difícil extenderlos.
¡Estuve devastado! Ver cómo poco a poco el repertorio que por tantos años había estado desarrollando desaparecía de mis manos, cómo la claridad y control de arpegios, trémolo y escalas me abandonaba fue no sólo físicamente terrible sino también psicológicamente catastrófico. La condición llegó a ser tal que al cabo de unos meses dejé de hacer lo extraordinario –como tocar guitarra– sino además hacer las tareas ordinarias de las manos como sujetar el teléfono, tomar los cubiertos, etc. A estas alturas tuve que dejar los recitales y conciertos, y de la desesperación por primera vez me vi en la necesidad de abrazar el apostolado magisterial.
Acudí con varios médicos entre ellos, ortopedistas, especialistas en medicina del deporte, rehabilitadores, incluso traté con acupuntura y medicina homeopática…y ¡caramba! Es sorprendente cuánto desconocimiento se tiene del tema entre los profesionales de la salud. Algo que incide mucho en la prolongación de esta condición de la cual hablamos, es que muchas ocasiones se enmascara con diagnósticos erróneos, en otras veces la aproximación es desacertada puesto que los profesionales, si bien conocen el funcionamiento del cuerpo humano, desconocen la labor de la mano del músico, que dista mucho de la funcionalidad en el empleo de actividades cotidianas a las que están acostumbrados. No necesito decirles que invertí mucho dinero, tiempo, y esfuerzo en mi investigación y tratamiento sin que obtuviera relevantes resultados, hasta hace poco. La realidad era la misma, es decir, no podía volver a tocar en concierto, ni al nivel al cual estaba yo acostumbrado. Obviamente tuve que dejar de lado mi propósito de estudiar en la universidad guitarra, pero estaba yo decidido a encontrar la solución para este “desconocido” problema.
Algo que encontré fue que hasta el siglo pasado no se habían documentado casos de distonía entre guitarristas. También encontré que esta condición particular es más común entre pianistas que en guitarristas. Así que mi investigación me llevó a tratar muy de cerca las técnicas y formas de vida de nuestros hermanos los pianistas. Investigué además en diversas instancias por medio de instituciones médicas públicas a auxiliares administrativos y el resultado fue el que ya se estarán imaginando, no hay reportes de distonía entre personas que usan por tiempo prolongado el teclado –en comparación con otros malestares como el síndrome del túnel carpiano, tendinitis, etc-. En este punto de mi viacrucis, estudié videos de guitarristas del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Encontré varios guitarristas que padecieron la distonia focal aún sin saber el nombre de su padecimiento, y aun así ahí estaban disfrutando de una vida de conciertos, si no plena, estaban en el centro de la atención mostrando sus virtudes (Véanse últimos vídeos de Sabicas en youtube, donde claramente se aprecia el flexionamiento de sus dedos anular y meñique en sus escalas, que compensó mediante el empleo de un ataque diverso en la técnica del “picado” (apoyado)). Otros casos son el del guitarrista y compositor Manolo Parra, a quien personalmente consulté al respecto y como muchos, él optó por re-digitar las piezas, y utilizar formas alternas de ataque. Sin embargo, noté que él podía hacer sus rasgueos flamencos sin problema alguno, lo que me llevó a notar que la condición de la distonia tiene que ver con los músculos flexores de la mano más que los extensores. David Leisner fue uno de los guitarristas a quien mi investigación me llevó y es uno de los casos documentados de alguien que ha podido volver plenamente al concertismo luego de andar este viacrucis. Su aproximación a esta condición mereció por mi parte, y por parte de todos Ustedes y nosotros, particular atención. La propiocepción es un eje total de su aproximación –David Leisner-. Sin embargo, mi investigación y padecimiento me llevó a la conclusión que si bien es una solución adecuada, no agota todos los enfoques de esta condición. Muchos guitarristas recomendaban ejercitadores mecánicos que comprometían seriamente los músculos flexores de la mano, pero aun así los resultados que reportaban no eran los esperados para alguien que busca volver al escenario.
Hasta este momento contaba con varios puntos de partida para una solución que no sólo nos permitiera hacer lo ordinario sino volver a lo extraordinario en la carrera que hemos emprendido:
a) si es una condición que dio por tocar guitarra, debe quitarse sin tener que tocarla
b) la condición tiene que ver mayormente con los músculos flexores que con los extensores
c) el propioceptismo es un camino verdadero en la atención de la condición, pero no agota todas las ópticas
d) ciertamente y como lo definen algunos médicos, es una condición neuromuscular que ocurre por el movimiento repetitivo y constante de músculos pequeños que no están diseñados para soportar el trauma –al cual el rigor técnico del repertorio de concurso nos expone-
e) los médicos no pueden ayudarnos completamente por desconocer la función de la mano del músico, así que ellos son y serán nuestros socios en este tratamiento.
EL CAMINO DEL GUERRERO
1.- ELECTROMIOGRAFÍA
Antes de proseguir en la CURA a la condición, les pido que agoten lo siguiente en caso que no lo hayan hecho ya. La distonia es una condición neuromuscular, sin embargo, si existe alguna situación anatómica que interfiera en el movimiento de su mano, merece y debe ser atendido primero. En este tema, nuestro mejor aliado es el estudio llamado “electromiografía”. Varias veces me sometí a dicho estudio. Midieron con una aguja cada dos centímetros mis nervios (radial, carpal y cubital de ambos brazos) y encontraron los médicos que el impulso nervioso se retrasaba a la altura del codo en el brazo izquierdo, y a la altura de la muñeca en mi brazo derecho. Tal circunstancia podría estar afectando la movilidad de los dedos meñiques y anulares. Tomé la decisión que muchos guitarristas y músicos no tomarían, pero sabía yo que estaba abriendo brecha en un camino desconocido y que no muchos artistas comprometerían sus vidas y carreras por encontrar la solución, pero yo estaba determinado a hacerlo, para mí no había opción, si había algo que me permitiera volver al concierto tenía que intentarlo. Me sometí a una operación bilateral de descompresión de nervios cubitales a la altura de los codos. La operación la realizó un cirujano plástico (pues tal profesional tuvo mayor sensibilidad a la función de las manos de un músico, además que él había sido mi alumno de guitarra y se interesó en sobremanera en el tema).
Luego de las operaciones, no simultáneas, el adormecimiento y entumecimiento que había venido yo sintiendo en las partes externas de mis manos desapareció…sin embargo la contracción involuntaria continuaba. Si Ustedes ya están seguros que no hay alguna condición anatómica que comprometa la movilidad o sensibilidad de sus manos pueden continuar al siguiente punto. Si no, paren de leer, atiendan este respecto, y vuelvan con sus resultados.
2.- PROPIOCEPCIÓN
El siguiente paso, fue poner en práctica los principios del propioceptismo. No es otra cosa que “escucharte a ti mismo”. Esto requirió un cambio radical en mi forma de tocar y prácticamente en toda mi filosofía musical e instrumental que culminó en la definición de mi estilo que llamo “Kairos”. En primer lugar, nuestros maestros, quienes no tuvieron distonia focal, nos enseñaron que la guitarra, la flauta, el piano etc. es el instrumento. Esto no es un camino verdadero y tarde o temprano llevará a la condición en la cual nos encontramos. Descubrí que nosotros somos el instrumento y antes de escuchar las notas que producimos en sea cual sea nuestro instrumento, debemos y tenemos que escuchar el “sonido” de nuestro cuerpo (David Leisner). Esto lleva a practicar todo lo que tocamos de manera lenta, pausada y sin esfuerzo para identificar en qué punto y circunstancias técnicas se encuentra el detonante o momento preciso en que nuestros flexores dejan de obedecernos. Esto requiere mucha atención, dedicación, concentración y determinación…nada con lo que no hayamos lidiado antes, por eso somos músicos. La cuestión más importante a considerar en este punto es que no sólo existen factores técnicos que disparan la flexión descompensada, sino también factores psicológicos y emocionales, los músculos y la neuro-recepción responde a todo eso. Esto es un punto que se siente más de lo que podría explicar por lo que deberán realizar este auto escaneo por sí mismos y de manera específica no sólo desde la perspectiva del rigor técnico sino físico y emocional, en lo cual ayuda el propio carácter de la pieza.
He tenido algunos alumnos que presentaron principios de distonia luego de este análisis y afortunadamente pudimos juntos revertir el proceso. La propiocepción es suficiente cuando se está en las primeras etapas de la distonia, pero no cuando se tiene un grado avanzado o “crónico” de esta condición. En pocas palabras, todo parte en escuchar a nuestro cuerpo antes que nuestro instrumento. En la mayoría de los casos encontré que la aplicación de estrés sobre el músculo flexor es una tónica en el empeoramiento de esta condición, por lo que en este examen recomiendo mucho cambiar la tensión de nuestras cuerdas por baja o normal.
3.- “HIGIENE POSTURAL”
Cuando descubrimos los detonantes internos, ambientales y técnicos, podemos pasar al siguiente paso. Si la distonia no es muy avanzada, bastan medidas de “higiene postural” para compensar y revertir el progreso de la condición. No quiero decir que re-digitemos todo nuestro repertorio o como a mí me lo sugirió un médico, tocar en el sentido opuesto (a lo zurdo), sino alertarnos de nuestro propio “armazón corporal” y explotar las capacidades que en lo personal nos brinda (Filosofía Bruce Lee).
Así por ejemplo, si mis dedos son muy largos y toco en mi mano derecha la técnica del “inside”, al apoyar mis dedos quedan muy extendidos en relación a los nudillos (verbigracia la mano derecha de Vicente Amigo al tocar escalas), lo natural sería bajar los nudillos en la misma dirección de nuestra postura, cambiar la guitarra a pierna izquierda en su caso, y atacar la cuerda “desde abajo” tal cual lo hace un boxeador en sus uppercuts, desde abajo, con la cabeza hacia enfrente. Es en este punto en el que he dicho a mis alumnos que “no teman dar golpes bajos”, consiste en atacar la cuerda sin apoyar, y desde abajo, no forzando al anular a extenderse sino aprovechar su propia flexión (voluntaria o no en dado momento) y reducir la resistencia del ataque al bajar los nudillos minimizando al máximo la tensión.
Los ejercicios de mano derecha (120 estudios de mano derecha de Giuliani que pueden encontrarse en el libro Pumping Nylon de Scott Tenan) son básicos para recuperar nuestra mano. Por lo que al menos deberán hacerse 20 minutos o una hora diariamente –por eso se llaman “estudios diarios” (particularmente el grupos 1 y 5). Cualquier ejercicio que trabaje la coordinación e independencia de los dedos anular y meñique con la fórmula que hemos comentado será suficiente si la distonia no es muy avanzada. En este respecto desarrollé una forma distinta de trabajar los ejercicios que favorecen mucho los músculos flexores y extensores de la mano derecha.
4.- INYECCIONES DE BOTOX
La actitud mental es esencial mientras transitamos el camino hacia la recuperación de nuestras manos. Yo estaba seguro que volvería a tocar, no sabía cómo, ni cuando, pero sabía que era posible, sabía que sólo era cuestión de tiempo…y también lo es para todos Ustedes, de esto pueden estar todos seguros. Así que en este estado mental y de voluntad, mi investigación me llevó a Madrid.
Conocí un neuro-fisiólogo quien al comentarle los síntomas de la distonia no mostró la mayor sorpresa sino que dijo saber que guitarristas madrileños resolvían esa situación con un “pinchazo” de Botox en una determinada parte del brazo comprometido. Acudí con varios guitarristas flamencos y pude desmentir uno de los mitos respecto a esta condición: no se cura o revierte haciendo ejercicios de técnicas flamencas como varios guitarristas recomiendan en muchos videos en la red, pues en tal puesto, ningún guitarrista flamenco desarrollaría distonia focal. En segundo lugar, pude constatar el manejo de los síntomas por parte de no muchos guitarristas orientales. Efectivamente lo resolvían con una inyección de dicha toxina, pero el alivio era solo temporal, algunos decían poder tocar sin problemas poco más de un mes y otros menos.
Este es un recurso que dejo abierto en el foro para quien lo quiera intentar. Cuando yo lo traje a mi médico, el cirujano plástico, no pude intentarlo dado que para este momento, mi condición comenzó a mejorar con ejercicios alternos que desarrollamos y otras “dietas posturales”. El médico era del parecer que la inyección no debía aplicarse en los músculos extensores sino en los flexores (se me dijo en Madrid que el punto de Botox se pone en el músculo que se mueve en nuestro brazo en la parte cercana al codo cuando movemos nuestros dedos con la palma hacia abajo). Pero si se aplica en mayor cantidad a la necesaria o en otros músculos, la condición empeorará y no podrá hacerse algo al respecto por el tiempo que dure la toxina -aproximadamente dos o tres meses en el cuerpo-.
Esta es una oportunidad magnífica para protocolizar dicho tratamiento en quienes deseen intentarlo. Consúltenlo con su médico y por el bien de todos los músicos, compartan sus resultados en este blog mediante una bitácora pormenorizada de la dosis, ubicación de la aplicación, y evolución del medicamento en relación con los ejercicios o técnicas que les habilitó o deshabilitó la botulina, tiempos de evolución, etc.
Jorge Fernández mencionó que su condición oscila, a veces mejora y otras veces empeora; este vaivén es normal y común entre los guitarristas que encontré, y lejos de verlo como una desventaja o motivo de frustración, quiero invitar a todos a quienes esto llegue, que lo vea como una gran oportunidad de desarrollar cada vez más y mejores tratamientos en la recuperación de nuestras manos. Estoy seguro que entre todos encontraremos muchos y variados métodos para llevar esto a cabo. Estoy seguro que el camino mediante el cual obtuve mis milagrosos resultados no puede ser el único, porque cada cuerpo es distinto. Su blog también me mostró que la condición de la que hablamos no es un síndrome como algunos especialistas quisieron tratarla, sino que es más una atrofia por trauma, de otro modo no tendríamos oscilaciones.
Durante un período de inactividad de los conciertos, el año pasado comencé a desarrollar una forma de aliviar los síntomas de la distonia, no sé aún si sea o no un camino verdadero, pero lo que quiero decir es que afortunadamente puedo cumplir con mis presentaciones al punto que no pude concluir mi investigación. Esta diversa forma consiste en aumentar la fuerza de los músculos de los hombros, los codos, las muñecas, etc. y partí de los comentarios de David Leisner respecto a la funcionalidad de los dedos en relación a la postura. Por eso también digo a mis alumnos que los dedos comienzan en el cuello. Pero los resultados que obtuve fueron variados e insuficientes para presentarlos en esta ocasión como otra alternativa de solución. Pero en cuanto obtenga algo concluyente lo compartiré de inmediato. Me basta decir para concluir este apartado que no sé si las inyecciones de Botox puedan o no favorecer temporalmente los síntomas que hemos venido presentando, solo que la puerta está abierta para quienes deseen experimentar y realizar una gran aportación a nuestra investigación.
5.- XTENSOR GLOVE
Antes de pretender aplicar el botox en mi brazo derecho, el médico, a quien había explicado la función, movimiento e importancia de la mano del músico, sugirió una serie de ejercicios que a diferencia de los que yo encontré relativos al “higiene postural”, se realizan sin guitarra. Si no funcionaban, entonces usaríamos el Botox.
Me tomaría mucho tiempo describir cada uno de estos ejercicios en esta ocasión, sin embargo puedo decirles que la mecánica de los mismos puede encerrarse en aquella que un aparato que vi en una revista mostraba a sus usuarios para tratar el “codo de tenista” o mejorar el handicap de golfistas. Este aparato de llama “XTENSOR GLOVE” de Clinicallyfit.com.
Una vez que practicaron el propioceptismo, y que realizan los estudios de mano derecha, pueden combinarlo con este increíble guante.
Cuando vi este producto, me di cuenta que su sistema de resistencias y ligas, proveía a la mano una gran manera de optimizar la fuerza de los músculos extensores. Ordené uno y fue precisamente este el parteaguas en el tratamiento, mantenimiento y aseguramiento de vuelta al escenario. Realicé todos y cada uno de los ejercicios que Scott –su inventor- sugirió en diversos videos, pero además, complementé los mismos con otros que desarrollé a partir de las técnicas que usamos en la guitarra y en los Hannon para el piano. Me di cuenta que al combinar el uso de este producto con los ejercicios de “higiene postural” podía durar semanas con una condición óptima para tocar; técnicas como el trémolo, el rasgueo, el apoyado, zapateado y otras, fluían sin la menor preocupación a estas alturas.
Gracias a este producto puede dejar todos los ejercicios que desarrollamos mi médico y yo y que hicieron innecesaria la aplicación de Botox, y es con lo que a la fecha me he conservado en condición para el concierto. Cada vez que tengo semanas libres de recitales o presentaciones relevantes, intento nuevas formas de optimizar los resultados, pero siempre vuelvo al XTENSOR que durante años para mí ha probado ser la tónica en el regreso a los conciertos y en la recuperación de nuestras manos. Por eso recomiendo este producto a mis alumnos, a guitarristas y amigos sin vacilación. En una ocasión llamé para hacer un pedido de ligas a la compañía del producto y fui atendido por el inventor del guante. El señor Scott había sido rehabilitador en Nueva York y bueno, tiene una gran y vasta experiencia en el tema, si no de la distonia, sí en la materia de rehabilitación y ha mostrado interés genuino en la investigación para la cura de la distonia focal. Pueden acudir a él y de cuando en cuando es a quien acudo para compartir los ejercicios que he encontrado más útiles. ¡La retroalimentación es increíble!
Les invito a ordenar su guante y a usarlo DIARIAMENTE. Cuando lo ordenen, manifiesten que yo lo recomiendo, que son guitarristas y que están interesados en la investigación de este tema. Yo no recibo nada a cambio sino que todos volvamos a nuestra vida y a nuestros conciertos con toda la libertad con que deberíamos. Les recomiendo ordenar las ligas azules más que las grises, pues no obstante y que su resistencia es mucho mayor, duran más. Pero si gustan empezar “desde abajo”, solo asegúrense de pedir suficientes ligas grises para asegurar constancia en el entrenamiento. Les dejo el vínculo del producto: http://clinicallyfit.com/xtensor/the-xtensor
En una ocasión posterior me encantaría compartir con Ustedes los ejercicios que me permitieron volver al escenario. Me tomaría mucho hacerlo por este medio, pero no tengo ningún inconveniente en mostrarlos. Comenzar con los sugeridos por Scott es un excelente camino y definitivamente influyen para nuestro bien en la recuperación de nuestras manos.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA
- La actitud mental y ambiental es crucial en el camino hacia nuestra sanación. Sean pacientes, mantengan la fe y la esperanza. Yo les aseguro y les prometo que su curación, regreso al escenario si lo desean, y el retorno de la guitarra y/o piano a sus manos. ES UN HECHO, ya es suyo, es sólo cuestión de tiempo. Yo se los garantizo, yo soy un paciente que tras ocho años de investigación encontró no un camino de regreso, sino en verdad, aún un camino más excelente que el que llevaba y el cual estoy seguro que todos descubrirán.
- Tener ciclos de mejoría y retroceso son oportunidades brillantes y valiosas para optimizar su entrenamiento, utilicen estas brechas para depurar sus formas de trabajo. De ahora en adelante y para siempre, sólo tomen su guitarra (o su “arma”) con un propósito en mente. A partir de ahora terminó el tiempo en el que tomábamos nuestra guitarra para “cascarear”. Sean selectivos, también pasó el tiempo en el que podíamos estudiar diez o doce horas diarias (como yo lo hace por años que no hizo otra cosa que lastimarme…entre muchas otras cosas geniales). Si no tienen algo que decir con la guitarra, no la tomen. Si no tienen en mente un propósito claro, específico y definido al estar frente a su “instrumento”, no lo tomen. Si van a trabajar en coordinación, hágalo, si trabajará repertorio, hágalo; sea lo que sea que haga, ya no holgazanearemos, por decirlo de algún modo.
- No niegue la condición de sus manos. Acepte su nueva forma de vida. La forma de vida de un guitarrista (y músico en general) la comparo con la de un duelista; es bueno conocer las ventajas y desventajas que determinadas armas –técnicas-presentan en ciertos y variados campos o escenario y piezas, pero de nada sirve si al ser retados (por alguien o algo) no nos batimos. La forma de vida del duelista es conocer los principios de su actividad y familiarizarse con todas ellas. De igual forma nuestra forma de vida requiere no sólo esta familiaridad con las formas y principios de nuestro arte, sino los personales y propios en relación a nuestra condición. No se trata de no volver a tener síntomas de distonia, los cuales pueden y desaparecerán por tiempos prolongados, sino cómo los resolveremos en caso que vuelvan a presentarse.
- Escuchen siempre a su cuerpo. Recuerden que son Ustedes el instrumento y no la guitarra. La guitarra es el amplificador del mismo modo que cualquier objeto puede serlo. Cuiden su instrumento, nútranlo y desarróllenlo.
- Hay una tendencia de las personas a creer que si los síntomas de una enfermedad vuelven, entonces no estamos curados. Ese no es un camino verdadero porque carece de racionalidad. En ese supuesto de pensamiento las personas jamás se curan de resfriado dado que los síntomas recurren una y otra vez a lo largo de años, sin embargo dicen que “ya salieron del resfriado”. La distonia es curable. Los síntomas desaparecerán por completo, pero así como sucede con los resfriados, es necesario cuidarse y no dar lugar a que vuelva. Los ejercicios y forma de vida que he escrito en “El camino del guerrero” equivalen a los cuidados que seguimos para no “resfriarnos” en la guitarra.
- Algo que se ha dejado de largo en el manejo de esta condición es el severo impacto emocional y psicológico que queda una vez que han superado esta condición. Les aseguro, porque lo he vivido y lo prometo, que cuando puedan tocar de nuevo todo el repertorio que habían dejado de tocar y vuelvan a sus manos las piezas que por tanto tiempo había parecido estaban contra ustedes, el impacto emocional merecerá particular atención. No pueden estar siempre tocando con miedo. Y para esto también hay un camino, un camino más excelente. Tomen tiempo para reflexionar en este particular.