Por: Agencia Venezolana de Noticias (AVN)
17 Feb. 2015.- Hace tres años, el venezolano Ron Álvarez asumió el reto de impulsar el estudio de la música clásica en el orfanato La casa de los niños de Uummannaq, ubicado en el poblado del mismo nombre, en Groenlandia, isla perteneciente al Reino de Dinamarca.
Formado en el Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela desde su infancia, Álvarez llegó a ser director de los núcleos en su natal Guarenas y en Guatire, estado Miranda, hasta que decidió partir, con 26 años de edad, a un viaje repleto de nuevas experiencias.
“Para llegar a Groenlandia son seis aviones, un helicóptero y un trineo, estamos hablando de un lugar a 700 kilómetros del ártico y primero, nunca había visto la nieve, ya había estado ya en Alemania y en otros países pero nunca en invierno, así que cuando llego a un país a menos 30 bajo cero donde tienes que viajar hasta por hielo congelado, llegué a pensar que estaba un poquito loco”, comentó durante una entrevista transmitida este lunes por Telesur.
Álvarez cuenta que comenzó dando talleres musicales de violín a niños de un orfanato que habían pasado por situaciones familiares difíciles y estaban acostumbrados a tocar en solitario. Sin embargo, pese a eso y a la barrera del idioma, consiguió agrupar a 13 estudiantes.
Cuando volvió a Venezuela, tres meses después, el joven se reunió con el fundador del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, José Antonio Abreu, quien según cuenta, fue quien le hizo entender la responsabilidad de su obra fuera de las fronteras venezolanas.
“Estaba emocionado de que estuviera representando a mi país en ese momento, pero no sabía exactamente cuál era la magnitud de lo que estaba haciendo. Cuando regreso a Venezuela después de los tres meses y hablo con el maestro José Antonio Abreu y le explico sobre el proyecto en Groenlandia, él me dijo que tenía que regresar, crear la orquesta allá arriba y que fuera la orquesta más alta del mundo”, narró.
Actualmente, la orquesta tiene más de 60 niños y Álvarez trabaja en expandir la idea de un sistema como el venezolano en toda Groenlandia y profundizar en la formación de jóvenes con principios y valores.
“Para mí la música es un canal de servicio, es un canal que permite ayudar y transformar no solamente a los niños y a los adolescentes sino también a los adultos y a todas las personas que quieran abrirse a aprender, a través de la música, muchos valores”, expresa con orgullo.
Explicó que su propósito es aportar un granito de arena a que de las comunidades surjan mejores ciudadanos que utilicen la música para mantenerse alejados de los vicios y que de ese modo haya todo un cambio social en el mundo, a partir de la cultura.
“El maestro (Abreu) siempre dice que las orquestas y los coros son como una semilla que deben sembrarse y esa semilla hay que regarla, si logramos sembrar esa semilla en todas partes del mundo, imagínate cómo lograríamos eliminar esa parte de la contaminación y cuando hablo de contaminación me refiero al vicio, a la droga, a la visión mal canalizada de las cosas y a todo los que está alejado de los valores que pueden promover y ayudar a un niño a ser una gran persona”, manifestó.
Proyectos para el 2015
Álvarez enumeró diversos proyectos que tiene previsto llevar a cabo para este 2015, entre los que destacan la grabación de la tercera temporada de la serie televisiva Niños en la Cumbre, que protagonizarán niños venezolanos y cinco jóvenes esquimales, quienes vivirán una travesía durante una expedición que los llevará al Salto Ángel y a las cumbres de Groenlandia.
Luego de eso prevé dar clases en Inglaterra, Dinamarca y estará en un festival de canto en Suecia, además de apoyar diferentes programas culturales a nivel mundial inspirados en el Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
“Todos los sueños son posibles siempre y cuando tú vayas tras ellos, porque sino se quedan solamente en el aire”, agregó.