Hoy finaliza, con un concierto dedicado a Piotr Ilich Tchaikovsky, el ciclo “Grandes biografías musicales”. La propuesta ofrece un acercamiento a la apasionada vida del ruso, figura clave del Romanticismo.
La vida atormentada, una muerte enigmática y una mente que resplandecía de sonidos. El compositor que hoy se sube a la Nave Universitaria nos trae en su música el más alto ‘romanticismo’.
Esta noche, a las 20.30, finaliza “Grandes biografías musicales”, el ciclo que durante septiembre nos propuso repasar la vida de cuatro genios de la música académica, desde un formato didáctico e interactivo.
La Orquesta Sinfónica de la UNCuyo, bajo la batuta original del venezolano Rodolfo Saglimbeni, que vino a darle a esta temporada aires frescos de rebeldía y actualidad, presenta “Tchaikovsky, pasión y vida por la música”, un tributo al compositor ruso, máximo representante del Romanticismo tardío.
El genio que los mendocinos conocerán hoy, sin embargo, no es ese compositor edulcorado de “El cascanueces”, “La bella durmiente” y “El lago de los cisnes”; esos ballets cuyas melodías pegadizas suenan por igual en películas de Disney y Los Simpsons. El Tchaikovsky que esta noche nos mostrará Saglimbeni será el hombre de carne y hueso, atravesado por la tensión de la fama y la depresión, que lo afiebró reiteradamente a lo largo de su vida.
El programa, que recorrerá parte de su obra entramándola con puntos de su biografía, contará con la narración de Jorge Tixeira y la participación de Gustavo Richter en el piano. Se escucharán, de esta forma, la introducción de “La bella durmiente”, la suite de “El lago de los cisnes”, el tercer movimiento de la Sinfonía N°4, las “Variaciones imperiales” de la Suite N°3, el célebre “Vals de las flores” (de “El cascanueces”) y la obertura-fantasía “Romeo y Julieta”.
A lo largo del ciclo, la Orquesta Sinfónica de la Uncuyo ya propició el encuentro del público con Bach, con Mozart (que tuvo localidades agotadas) y con Beethoven. Además, Saglimbeni ya expresó su intención de dar vida, en la próxima temporada, a un nuevo ciclo con otros protagonistas, para continuar con el acercamiento de la música clásica al gran público.
Fragmentos de una vida
Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893) fue un compositor muy prolífico, que incursionó en varios géneros musicales, como el sinfónico, la ópera, el ballet, la música de cámara y la canción.
Pese a ganarse la admiración de muchos de sus contemporáneos, que le valieron desde un Honoris Causa en Cambridge hasta una pensión vitalicia otorgada por el mismo zar Alejandro III, tuvo que soportar las constantes desaprobaciones (incluso denigrantes) de la crítica y de otros músicos, que consideraban a su música vulgar y vacía.
En lo personal, sufrió reiteradas crisis, depresiones y un fracaso matrimonial. Sus altibajos emocionales llegaron al límite, luego de que rompiera relación con Nadezhda von Meck, la empresaria acaudalada que fue su mecenas durante 13 años.
Uno de los puntos más debatidos sobre su vida es su homosexualidad. Hay investigadores que encuentran indicios de ella, por ejemplo, en su correspondencia privada. Sin embargo, lo que provoca más discusiones son las causas de su prematura muerte, a los 53 años.
Tradicionalmente atribuída al cólera, muchos estudiosos prefieren dar crédito a la hipótesis de un suicidio, cuyos motivos también causan otra serie de explicaciones que alimentan el mito.
Ficha
Ciclo “Grandes Biografías Musicales”. Concierto IV: “Tchaikovsky, pasión y vida por la música”
Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo, dirigida por Rodolfo Saglimbeni. Cronista narrador: Jorge Tixeira. Piano: Gustavo Richter.
Programa: Obertura de “La bella durmiente”, Fantasía “Romeo y Julieta”, Suite de “El lago de los cisnes”, tercer movimiento de la Sinfonía N°4, “Variaciones imperiales” de la Suite N°2 y el “Vals de las flores”, de “El cascanueces”.