La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, dirigida por Alfredo Rugeles, presentó el XII Festival de Percusión en 2022 en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música. El concierto incluyó el estreno mundial de la “Suite para vibráfono y orquesta” compuesta por el percusionista y compositor venezolano Alfredo Naranjo.
La Suite está compuesta por tres movimientos: “Suite-Andante”, “Nuestro secreto” y “Mi socio”. El primer movimiento, “Suite-Andante”, combina elementos del jazz con la música académica y muestra la preparación de Naranjo en términos de composición. El segundo movimiento, “Nuestro secreto”, fue compuesto para su hijo recién nacido y el tercer movimiento, “Mi socio”, está dedicado a un gran amigo y colega de Naranjo.
La orquestación fue realizada por José Alejandro García, un destacado percusionista de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y del Sistema de Orquestas Juveniles de Venezuela. La obra se destacó por la interpretación de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, integrada por jóvenes músicos venezolanos, quienes responden naturalmente tanto a la música académica como a la música popular debido a la formación del sistema musical venezolano.
El concierto fue interpretado por el mismo Alfredo Naranjo en el vibráfono, un instrumento relativamente joven que ha evolucionado significativamente en términos de interpretación y destreza técnica. Además, el repertorio de conciertos para vibráfono y orquesta es limitado, por lo que la presentación de esta obra se consideró una importante contribución a la música contemporánea.
Háblenos sobre la composición ¿qué lo inspiró?
Son tres composiciones de mi autoría. La primera es la “Suite-Andante”. La segunda es “Nuestro secreto” y el tercer movimiento es “Mi socio”. Una suite compuesta para grupo que la orquestó José Alejandro García, quien es un gran percusionista, muy brillante, de el Sistema de Orquestas y que integra la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar.
El tríptico basado en tres procesos importantes de mi vida: La “Suite-Andante” número uno en términos de composición, integra elementos del orden académico conjuntamente con el jazz, fue un movimiento en el cual me concentré, para desarrollar allí elementos que he estudiado y que sirvieron de preparación a una respuesta a muchos años en mi carrera y en el área de mi inquietud artística y existencial que es la composición.
El segundo movimiento es “Nuestro secreto” y ese es un tema que yo escribí pensando en mi hijo cuando nació, en el momento en que la escribí, él estaba en su cuna, durmiendo, ahora tiene 25 años, yo veía su respiración e iba tocando acordes hasta que conformé la pieza.
El tercer movimiento es “Mi socio” dedicado a un gran amigo mío que ha influenciado de forma muy importante en mi carrera musical.
¿Qué importancia tiene para usted que la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar haya estrenado su obra?
Bueno, imagínate, tocado por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar con la generación de los músicos más jóvenes, dirigida por Alfredo Rugeles. Yo soy un miembro de El sistema, no fundador. Soy como de la tercera generación, me formé allí y he tenido una relación muy estrecha desde lo musical, desde mi participación en la orquesta como percusionista, y como docente.
Después en una segunda etapa en todos los festivales de percusión, de manera que estoy relacionado estrechamente, me unen vínculos afectivos. Nos unen lazos con toda esa obra que inició el maestro José Antonio Abreu. Tocar ese concierto con la Bolívar ha sido de las de la experiencias más grata que he tenido en los últimos años.
¿Qué tan comunes son las composiciones para marimba o vibráfono en la música sinfónica?
El vibráfono es un instrumento muy joven, no tiene más de 100 años, pero ha evolucionado de forma impresionante en su desarrollo en la interpretación y destreza técnica, de forma que no hay muchos conciertos para vibráfono y orquesta. Para marimba si los hay, es mucho más extenso el repertorio. Estamos en el marco de obras que son inéditas y que, por supuesto, queremos interpretarlas para hacerlas del conocimiento público a través de mucha exposición. Y el plan es proyectarla y tocarla en Latinoamérica, tocar la pieza con las diferentes sinfónicas también de nuestro país.
¿Ha escrito otras obras de carácter sinfónico?
Con respecto a la composición en el orden sinfónico, esta es la primera experiencia que tengo y la orquestación, como te dije, es de de José Alejandro García. Me encantaría, por supuesto, hacer algunas intervenciones y adentrarme un poco más en ese mundo de la composición y la orquesta, pero hasta ahora he tenido en ese campo poca experiencia.
Se aprecia una conexión especial con los músicos, incluso antes de finalizar la obra, ¿que motiva tal empatía?
La relación con los músicos de la orquesta es maravillosa, porque en principio entendemos que que los músicos sinfónicos, tienen una formación que es de orden académica pero que por supuesto responden de manera natural a la música popular. Por razones varias, por ser caribeños, por ser venezolanos, por tener el mar ahí en frente, a pocos kilómetros de Caracas, por todo el realismo mágico en nuestro continente. Por otra parte, nosotros somos entes que queremos llevar un mensaje de felicidad y eso se transmite y los músicos y el público quedan, -afortunadamente para nosotros-, muy agradados y su sonrisa les brota de manera natural.
Cual es el futuro de la obra, ¿proyecta presentarla nuevamente?
Con respecto a la obra, por supuesto la tenemos dentro de la agenda de trabajo, volver a tener esta experiencia de interpretar esta composición. Digamos ya ampliando las posibilidades, primero en Venezuela con las diferentes orquestas de Caracas y del interior del país, y posteriormente tratar de lograr alguna concertación con orquestas de orden internacional.
Ese es el plan que tenemos y por supuesto está dentro de nuestra agenda y nuestras prioridades, porque la experiencia es realmente de un nivel muy refinado, muy alto, muy profundo en términos artísticos, musicales.
