Por: Chema García Martínez Madrid | Vía: ccaa.elpais.com
Hay un jazz que deslumbra y otro que alumbra. El de Mostly Other People do the Killing alumbra y deslumbra al mismo tiempo. Comenzando por el nombre del grupo (traducible como Mayormente son otros los que asesinan): “La cita procede de Leon Theramin, el inventor del instrumento que lleva su nombre”, manifiesta el contrabajista y miembro fundador del grupo, Moppa Elliott. “Una banda debe llevar un nombre que sea memorable, y el nuestro indudablemente lo es”. Se espera que su actuación de esta tarde en el Auditorio Nacional también lo sea.
La infancia del estadounidense Matthews Thomas Elliott se teje con recuerdos de su Scranton natal, en el estado de Pensilvania, donde escuchaba a Sam Jones, Ray Brown, Charles Mingus, Paul Chambers… “Pero también a contrabajistas más avanzados como Barry Guy, Barre Phillips y Mark Dresser”. En 1998, Elliott conoció al trompetista Peter Evans en el Oberlin Conservatory of Music, donde ambos estudiaban. Cinco años más tarde fundaron la primera banda de la historia dedicada a la interpretación de “estándares del jazz deconstruidos”, junto con el saxofonista John Irabagon y el baterista Kevin Shea: “En realidad, no tocamos solo estándares, de hecho, la mayoría de la música que interpretamos es mía, pero toda, la que es mía y la que no, está deconstruida”.
Desinhibidos tanto dentro como fuera del escenario, MOPDTK se ganaron el calificativo de “banda terrorista de bebop” que les adjudicó un medio de comunicación en sus comienzos. “Es un nombre sensacionalista perfectamente apropiado para una banda como la nuestra. En esencia,‘terrorista’ significa hacer algo potencialmente traumático que modifica el modo de pensar de un grupo de personas sobre el mundo. Porque no todos los terroristas somos malas personas”. Otra cosa son las apariencias. A primera vista, MOPDTK podría pasar por un grupo pop. Sin embargo, su jazz camina en la dirección de la imprescindible renovación de forma y contenidos. Cultivan lo que algún crítico bautizó como “una ensalada musical compuesta de free + punk + Schoenberg”. “Los estilos, como los géneros, son modos de pensar que remiten a periodos de tiempo, escuelas de pensamiento y gustos culturales específicos. Lo interesante viene cuando se los coloca en un contexto nuevo, cuando los sonidos que nos son familiares son recontextualizados para sonar de una forma distinta e irónica”, asegura Elliot.
Sus dos últimos discos, Red Hot y Slippery Rock, están dedicados a la música de los años veinte y primeros treinta y el smooth jazz de los setenta y ochenta, respectivamente. En el evangelio de MOPDTK, asegura Elliott, solo están excluidos los dogmas y las ideas preconcebidas.