Vía: DW.de | Escrito por: María Santacecilia | Editora: Emilia Rojas
Si sometiéramos a la gente de la calle al reto de tararear el inicio de una obra de música clásica, muchas personas recordarían seguramente el comienzo de la Quinta Sinfonía de Beethoven. Su inicio atrapa la atención.
Vuelve “Beethoven Reloaded”, la serie de Deutsche Welle que contrasta el ciclo sinfónico del compositor de Bonn con obras de otros compositores. La octava entrega de la serie lleva por título “Un poderoso símbolo”. Ese es el contenido principal de nuestro programa de hoy, que completaremos con un fragmento del Don Giovanni de Mozart.
Parte de la cultura popular de Occidente
El potente inicio de la Quinta Sinfonía de Beethoven es uno de los fragmentos que han pasado a formar parte de la cultura popular de Occidente. Además de atrapar la atención del oyente, sirve para dotar a la obra de una coherencia inaudita hasta entonces, acercándola a las grandes piezas sinfónicas de carácter cíclico de la segunda mitad del siglo XIX. El escritor E.T.A. Hoffmann apuntaba en las páginas de la Allgemeine musikalische Zeitung en 1810 el carácter romántico de la Quinta, estrenada dos años antes bajo la dirección del propio compositor: “(…) el alma del oyente sensible quedará atrapada profunda e inefablemente por un prolongado sentimiento, un poderoso anhelo que permanece hasta el último acorde. En realidad, no podrá despegarse del maravilloso universo en el que el dolor y la alegría le han rodeado en forma de música. Aparte de la construcción interna, la instrumentación y otros elementos, la estrecha relación entre los temas aislados produce una sensación de unicidad que provoca en el alma del oyente un solo estado de ánimo.”
Beethoven en el devenir histórico de Alemania
Existe la leyenda de que Bismarck buscaba coraje bélico en el ciclo sinfónico beethoveniano y que incluso la escucha de la Quinta fue el detonante definitivo para firmar la declaración de guerra contra Austria. La música del compositor de Bonn se había popularizado durante el último tercio del XIX, coincidiendo con el centenario del nacimiento del músico. La familia imperial adquirió en la época una enorme colección de cartas y partituras de Beethoven y el director Hans von Bülow divulgó su ciclo sinfónico en conciertos en los que realizaba comentarios explicativos sobre por qué esta música despertaba el espíritu del pueblo. Por parte del círculo wagneriano surgió incluso la idea de proclamar fiesta nacional el día del nacimiento del músico.
Durante la Primera Guerra Mundial, la figura de Beethoven como héroe y símbolo de la supuesta superioridad alemana creció, pero no fue sino durante los años de Hitler en el poder cuando arreció la utilización del compositor y su obra con fines propagandísticos. Cuando estalló la guerra, continuaron los esfuerzos nazis por convertir a Beethoven en el germano en el que inspirarse: el compositor era el “anunciador de un destino” (Schicksalskünder).
Al margen de las apropiaciones y los significados que se le han otorgado a lo largo de su historia, la obra es el fruto honesto de un gran músico que supo percibir y reflejar en forma de sonidos como nadie tanto sus propios conflictos como los de su tiempo.
De un símbolo a un mito
Un mito más que un símbolo es el Don Juan. Completamos el programa con un fragmento de la célebre ópera mozartiana Don Giovanni. El conquistador sevillano es capaz incluso de parar una boda que está a punto de celebrarse para tratar de seducir a la novia. Al principio, esta trata de resistirse, pero después sucumbe a los encantos del incorregible mujeriego. Lógicamente, el despechado novio y sus amigos persiguen a Don Giovanni. La única que lo defiende es Donna Elvira, examante que, a pesar de haber sido traicionada, sigue amando al disoluto seductor.