Vía: El Nuevo Herald.com | Daniel Fernández
La Miami Symphony (MISO), con su director Eduardo Marturet, “tiró la casa por la ventana” con un espectacular concierto de apertura de temporada en el Knight Concert Hall del Arsht Center el sábado. Es de alegrarse que este grupo musical que enorgullece la ciudad logró una considerable asistencia que casi colmaba el teatro. Posiblemente contribuyó no poco a este éxito el que la MISO celebra su 25to aniversario. En sus palabras al público, Marturet recordó al fundador del grupo, el visionario e inolvidable Manuel Ochoa, su esposa Sofía y a todos los que han hecho posible que este grupo crezca en más de un sentido.
Abrió la noche Two Readings of Waldo, de Marturet, estreno mundial inspirado en los cuadros constructivistas de Waldo Balart, quien se encontraba en el teatro y a quien le rindió homenaje. La ejecución de la aplaudida obra se completaba con la proyección en una pantalla al fondo de un vídeo de Fernando Duprat elaborado a partir de cuadros de Balart.
Una andanada de aplausos acogió al pianista Andreas Boyde, que sería la estrella del Concierto para piano y orquesta no. 5, de Beethoven. Boyde ofreció una versión espectacular de esta obra, sobre todo, por su apasionada entrega del primer movimiento: Allegro. El acople con la orquesta fue irreprochable, especialmente en la delicada transición del segundo movimiento al tercero donde el suspense de los pianissimi debe dar paso a la irrupción de la orquesta. Ante la ovación de pie al final, el solista ofreció un contradictorio encore después de semejante exaltación, la Wiegenlied, de Brahms.
La segunda parte de la noche era también una obra muy conocida del público, el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo, con Angel Romero a la guitarra. Tanto el solista como la orquesta, que han tocado esta pieza numerosas veces en Miami, lucieron su total empatía entre sí y con la obra, y no faltó, lógicamente, la ovación final que premiara el distinguido trabajo. Complaciente, Romero entregó como encore la famosa (y difícil) Fantasía, de su padre, el legendario Celedonio. Verdadera obra para virtuosos, Romero la interpretó impecablemente y con todo el amor que le hace ser su legítimo heredero. Cuando ya se retiraba, regresó al centro del escenario para recordar emotivamente al público: “Mi padre nació en Cienfuegos, Cuba”, sin duda porque sabe que en el público había muchos cubanos.
Finalmente, en un despliegue de virtuosismo, cerró el inusualmente largo concierto con las Danzas sinfónicas de West Side Story, de Bernstein, que puso nuevamente a aplaudir incluso durante la obra, especialmente al concluir el Mambo, en la que los músicos también doblaron como cantantes al repetir la palabra que identifica ese ritmo. Ante la ovación final, Marturet y la orquesta que cumple sus 25 años, repitieron el Mambo. Felicidades!
El próximo concierto de la Miami Symphony, ‘Golden Sounds from Hollywood’, será los días 14 y 15 de diciembre, en el Wertheim de FIU y en el New World Center de Miami Beach, respectivamente. (305) 275-5666, www.themiso.org