[et_pb_section fb_built=”1″ _builder_version=”4.2.2″][et_pb_row column_structure=”1_3,2_3″ _builder_version=”4.2.2″][et_pb_column type=”1_3″ _builder_version=”4.2.2″][et_pb_blurb image=”https://www.venezuelasinfonica.com/wp-content/uploads/2017/08/Rpalmitesta.png” _builder_version=”4.2.2″]
Por Roberto Palmitesta | @RPalmitesta
[/et_pb_blurb][et_pb_image src=”https://www.venezuelasinfonica.com/wp-content/uploads/2020/04/Benelli-Mosell.jpg” _builder_version=”4.2.2″][/et_pb_image][/et_pb_column][et_pb_column type=”2_3″ _builder_version=”4.2.2″][et_pb_text _builder_version=”4.2.2″ text_orientation=”justified”]
La joven pianista toscana Vanessa Benelli Mosell rindió un homenaje discográfico al gran compositor francés Claude Debussy con esta producción discográfica, lanzada en 2017 a través del sello Decca. Contiene un repertorio que combina dos obras pertenecientes al primer período y al segundo período: la Suite Bergamasque (1890) con la famosa “Claire del Lune” y los 12 Preludios del primer libro (1910), compuesto en lo que se llama el “estilo maduro”, según el librillo de apoyo del disco.
Es realmente fascinante como esta hermosa pianista italiana entiende con gran simbiosis la música de Debussy y por ello sabe interpretarla con gran precisión. No resulta sencillo porque es música de contrastes, hay momentos introspectivos de mucha calma y emotividad, que viajan a través de diversas atmósferas sonoras, pero que son irrumpidos por clímax de velocidad, virtuosismo y grandilocuencia, pero Vanessa Benelli Mosell en este álbum tuvo la justa medida para cada nota.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”4.2.2″][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.2.2″][et_pb_text _builder_version=”4.2.2″ text_orientation=”justified”]
Todo el disco es un deleite y sacó a colación la Suite bergamasque de Debussy, que quizá sea la más conocida por el público porque contiene la celebérrima Clair de lune (Claro de luna) que ha servido de escenario para tantas películas, obras de teatro y hasta jingles comerciales, y es que sin duda es una de las más aclamadas composiciones para piano. Desde el Preludio notamos a Benelli muy cómoda y sin verla el oyente se da cuenta que disfrutaba cada pulsada de las teclas. A lo largo de toda la suite tuvo dominio de los drásticos cambios dinámicos, así como de las múltiples intensidades sonoras que siempre suponen un reto. Su Claro de luna quedó registrado en este disco de manera hermosa, con una nitidez asombrosa y un matiz expresivo que pocos pianistas tienen, porque muchos tocan las notas, pero no todos saben darle la emotividad y el feeling que representan.
Benelli lució técnicamente intachable en todo el disco, piezas como La cathédrale engloutie, Des pas sur la neige o Les collines d’Anacapri sonaron brillantes, plasmando el gran lenguaje descriptico del compositor, logrando que el oyente haga un recorrido en su imaginación. En TODO momento, durante las dos obras que representan 16 piezas (tracks) mostró un madurado dominio de la articulación y del ritmo, otorgando el cariz expresivo adecuado a casa pasaje y solo cuando era necesario, pero al mismo tiempo, lo más bonito es que más que tratar de imitar o de expresar al 100% el sentir de Debussy, ella supo darle su propia interpretación, inspirada en sus sentimientos.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]