En los espectáculos tumultuosos, los aplausos de los asistentes enseguida tienden a sincronizarse, un fenómeno que aparece y desaparece repetidas veces durante la ovación.
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Un estudio publicado en la revista Nature del pasado mes de febrero por un equipo de físicos rumanos intenta explicar el porqué de este curioso fenómeno. Los físicos han descubierto que la sincronización es fruto del deseo de la audiencia de expresar el entusiasmo, intentando aumentar el nivel de ruido en la sala. Sin embargo, las mediciones indican que, aunque la coordinación incrementa la fuerza de la señal en el momento de los aplausos, la intensidad media de sonido en la sala es menor. Esto se debe a que durante la sincronización disminuye el número de aplausos por minuto.