La obra del argentino Osvaldo Golijov recurre a la música tradicional de Brasil, Cuba, Venezuela y Argentina, y a intérpretes de América y Europa.
Vía: www.inba.gob.mx |
En su programa 13 de la temporada 2017, la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) hizo el estreno en México de La Pasión según San Marcos, del compositor argentino Osvaldo Golijov, una obra complicada e interesante, por su carácter multiétnico y contemporáneo, escrita en el año 2000.
Este estreno en México se llevó a cabo el viernes 23 y el domingo 25 de junio, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Contó con la dirección del maestro Carlos Miguel Prieto y la participación del Coro de Madrigalistas y de Solistas Ensamble del Instituto Nacional de Bellas Artes, con supertitulaje de Francisco Méndez Padilla.
Carlos Miguel Prieto, director artístico de la OSN, consideró que se trata de “una obra que llama mucho la atención, igual que cuando se fue estrenó hace diez años en Estados Unidos”.
Pero también tomó parte la soprano Samia Ibrahim, la cantante de jazz y blues Biella Da Costa, el pianista Gonzalo Grau, el guitarrista Aquiles Báez y el contrabajista David Peña, todos ellos de Venezuela; el cantante y bailarín cubano Reynaldo González Fernández; el intérprete de capoeira y ejecutante de berimbau Deraldo Ferreira, y el percusionista Marcus Santos, ambos de Brasil; el especialista en tambores batá Mikael Ringquist, de Suecia, y el acordeonista estadounidense Michael Ward-Bergeman.
La composición es considerada compleja porque para su interpretación se requiere una orquesta sinfónica, un coro de por lo menos 60 voces, solistas cantantes, percusionistas, un pianista, un intérprete de tambores africanos, otro de berimbau, un acordeón, guitarras y hasta un ejecutante de capoeira.
Y es interesante porque recurre a ritmos y tradiciones populares de los pueblos africanos y latinoamericanos (Brasil, Cuba, Venezuela y Argentina), a la tradición judía y a los cantos litúrgicos, con intérpretes de América y Europa, sin dejar de lado lo clásico con referencias a Igor Stravinski.
El compositor argentino Osvaldo Golijov escribió La Pasión según San Marcos en el año 2000 y es una de sus composiciones más conocidas. Se caracteriza por combinar varios estilos musicales latinos y africanos.
La obra fue comisionada por Helmuth Rilling, de la Internationale Bachakademie de Stuttgart, en 1996, para conmemorar el 250 aniversario luctuoso de Johann Sebastian Bach. Se concibió inicialmente para rendir homenaje a La Pasión según San Mateo, de Bach, como parte del proyecto llamado Pasión 2000.
Para su confección, el autor tardó dos años mientras estudiaba el Nuevo Testamento y la tradición católica. Cuando Golijov la presentó en los ensayos, Rilling le preguntó si “era una Pasión”, porque estaba muy sorprendido por el resultado.
Según el propio Golijov, imaginó La Pasión según San Marcos como una obra que Bach habría escrito si hubiese sido latinoamericano y vivido en la actualidad. Por ello, recurrió a los ritos y a la música de Brasil, Cuba, Venezuela y Argentina, abarcando desde la influencia africana en este continente, la música de Astor Piazzolla y rasgos de Stravinski, hasta elementos asociados a la tradición judía –de la que proviene el autor–, con reminiscencias de su canto litúrgico y de la música klezmer.
La Pasión según San Marcos está ambientada en varios eventos bíblicos y la vida de Jesús relatados por Marcos en el Nuevo Testamento. De varias maneras dibuja paralelos con íconos de la historia latinoamericana y resalta las similitudes entre la vida de Jesús y el Che Guevara (traición y veneración) y algunos sacerdotes argentinos durante los tiempos de la dictadura.
La obra se estrenó en el Liederhalle de Stuttgart el 5 de septiembre de 2000 y fue aplaudida de pie a lo largo de 25 minutos. El estreno en Estados Unidos tuvo lugar en el Symphony Hall de Boston con los mismos artistas, excepto la Orquesta Sinfónica de Boston bajo la batuta de Robert Spano. Fue dedicada a María Guinand y a la Schola Cantorum de Venezuela.
Osvaldo Golijov es un compositor argentino ganador de un Grammy; ha recibido encargos de instituciones y conjuntos importantes de Estados Unidos y Europa y, entre otros, recibió los premios MacArthur Fellowship y Vilcek Prize.
Por muchos años enseñó en Tanglewood (donde fue profesor adjunto de Oliver Knussen), dirigió talleres en Carnegie Hall y, en el verano, enseña en Sundance Composers Lab.
Entre sus colaboraciones destacan las realizadas con St. Lawrence String Quartet y Kronos Quartet; con la soprano Dawn Upshaw, el chelista Yo-Yo Ma y Alisa Weilerstein; con la Filarmónica de Los Ángeles, las orquestas sinfónicas de Atlanta, Boston y Chicago, así como el Silk Road Ensemble; el dramaturgo David Henry Hwang, y los directores Francis Ford Coppola y Peter Sellars.