La Orquesta Joven del Ecuador ha creado una plataforma digital “All Nations Orchestra” para seguir haciendo música y fomentar la solidaridad. Hoy participan más de 100 artistas en formación de todo el mundo.
Vía: www.dw.com |
El coronavirus ha perjudicado laboralmente a un sinnúmero de profesionales alrededor del mundo. Y, como es común, las labores fuera de las “necesidades básicas” son las que más sufren. Algo conocido para artistas y músicos, quienes se han visto especialmente afectados por esta pandemia. El distanciamiento social ha negado a músicos la posibilidad de dar conciertos y a muchos jóvenes el chance de participar de proyectos tan necesarios para continuar su formación.
¿Esperar a que se acabe la crisis? Esta no fue una opción para los jóvenes músicos de la Orquesta Joven del Ecuador, quienes decidieron, junto con su director, el brasileño Diego Carneiro, formar el innovativo proyecto que vio la luz este 12 de agosto en el marco del Día Internacional de la Juventud. “All Nations Orchestra nace de una necesidad”, aseguró Carneiro en entrevista con DW. “En especial para los músicos jóvenes de la Orquesta Joven del Ecuador, muchos de ellos refugiados e inmigrantes, los cuales han quedado, hoy aún más, en estado de vulnerabilidad”, afirmó.
El coronavirus golpea a la orquesta
El también violonchelista explicó que la muerte a causa de COVID-19 de uno de los integrantes de la orquesta en marzo afectó profundamente al resto de jóvenes, los cuales decidieron fortalecer al grupo, haciendo lo que saben hacer: música.
“Muchos músicos están dejando de ser músicos, especialmente refugiados. Y no solo venezolanos”, dijo Carneiro, quien aseguró ver de primera mano las dificultades que pasan migrantes músicos en Centroamérica. “Pensé entonces en crear una plataforma en la que podemos ‘orquestar’ nuestros sueños para hacerle frente a nuestros desafíos”, agregó. Así, inspirado por la situación y a propósito del Día Mundial de los Refugiados el 20 de junio, Carneiro decidió empezar el proyecto con la canción Iguales, del cantautor argentino Diego Torres.
Apoyo humanitario
Anteriormente, los jóvenes músicos habían decidido utilizar su organización en servicio de la sociedad y decidieron reunir y entregar alimentos. “En un principio quisimos ver la viabilidad del proyecto e hicimos durante tres a cuatro meses este apoyo humanitario. Y aunque la idea base fuese ingenua, queríamos conectar al mundo a través de la música e inspirar cambios positivos”, reveló Carneiro.
El proyecto fue tan bien recibido, que de la idea se pudo pasar rápidamente a la práctica. Tanto así que no solo generó gran interés entre los músicos de la Orquesta Joven del Ecuador, sino de muchos otros que prontamente empezaron a manifestar su interés en participar. Ahora, son músicos de más de 55 naciones que participan. La idea es llegar a los 100 países.
Inclusión a través de las diferentes músicas
La iniciativa, de carácter enteramente voluntario, tiene por objetivo generar conectividad y oportunidad a los artistas que participan y abrir las puertas a más países. La orquesta en sí debería funcionar como un ejemplo de igualdad. “La idea es sacar lo mejor de cada nación y que a través de la música podamos motivar a las personas a unirse”, dijo Carneiro en referencia a las dificultades que pueden generase igualmente entre los miembros, de diferentes nacionalidades, que componen la orquesta, como, por ejemplo, entre palestinos e israelíes.
“El nombre de orquesta es más un simbolismo”, apuntó Carneiro. El propósito no es tener una orquesta bajo el concepto clásico de la palabra, sino unir a músicos de todo tipo y vertientes que puedan aportar con sus propios instrumentos, ya sea un theremín o instrumentos tradicionales de Azerbaiyán, China o Indonesia. “La idea es encontrar un unísono, un solo idioma”, agregó el director. Además de las diferentes culturas, la orquesta incluye a jóvenes con necesidades especiales, entre los cuales hay quienes, por ejemplo, no pueden escuchar, y participan a través de lenguaje de señas.
Música en tiempos de pandemia
Todo el proceso, desde la selección de músicos, hasta los ensayos y el mismo “concierto”, se ha hecho a través de internet por medio de redes sociales. Los organizadores envían las partes musicales a cada participante, y estos practican en casa, se graban y envían el resultado. Una vez recibidas todas las grabaciones se procede hacer la edición final, todo a distancia.
Diego Carneiro sobre la música con compromiso
“All Nations Orchestra” estipula ahora lograr un mínimo de cinco videos al año, y, entre proyectos, gestionar diálogos interculturales y charlas pedagógicas con grandes maestros. El proyecto toma como base la experiencia recogida por Carneiro y la fundación Amazonart, que, desde Londres, lleva 11 años de labores sociales a través de la música. Carneiro espera que el trabajo y el intercambio entre músicos que ocurra de dicha interacción genere oportunidades concretas para los jóvenes músicos, en forma, por ejemplo, de becas -a través de instituciones o padrinos-, y así “conseguir que los músicos puedan elevarse como artistas”.
“Afinarnos como seres humanos, para afinarnos después como músicos”, es el lema del director de orquesta, que no pierde de vista que, a pesar de que las nuevas herramientas tecnológicas hacen posibles proyectos como el “All Nations Orchestra”, el componente humano es siempre el central. “No es el internet el que nos conecta, es el entendimiento”, concluye.