Prensa FundaMusical Bolívar
Christophe Talmont lleva casi cuatro años viviendo en Venezuela, trabajando con orquestas venezolanas, y sonríe tanto cuando se sube al escenario para ensayar con la Orquesta y Coro Barroco Simón Bolívar que es inevitable preguntarse, o preguntarle, a qué se debe la amplia sonrisa. Talmont dirigirá por primera vez esta orquesta que, a su vez, estará acompañada por primera vez por un coro barroco. El concierto será este viernes, a las 4:00 pm, en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, ubicado en Quebrada Honda (a una cuadra de la estación Colegio de Ingenieros del Metro de Caracas). La sonrisa se justifica en esta conversación.
En su amplia carrera, Talmont ha sido director de orquesta, maestro de coro, clarinetista y pedagogo. Este músico polifacético y fascinado por el estilo barroco demuestra su plena satisfacción por lo que le sucede esta semana, pues fue invitado por Manuel Hernández y Boris Paredes, directores de la Orquesta Barroca Simón Bolívar a llevar la batuta del concierto de esta semana. “Es un placer particular porque es la primera vez que puedo hacer música barroca aquí, a pesar de que vivo en el país desde hace tres años y medio. Desde el primer día fue un placer estar con esta orquesta, muy joven, pero que ya tiene mucha calidad, y tienen algo agradable que es disciplina interna”.
El surgimiento de la Orquesta Barroca Simón Bolívar surgió por iniciativa de los propios músicos, respaldados por el maestro Abreu. Esta dinámica de voluntad de los músicos que ocurrió en Venezuela no dista mucho de cómo surgieron las orquestas barrocas en Europa, sobre todo con respecto a las orquestas tradicionales. “En Europa este proceso también fue voluntario. Los músicos querían salir del mundo tradicional: era una manera de romper con la tradición y tener otro tipo de relación de trabajo”.
Talmont explica que dentro de este tipo de orquestas, especializadas en un estilo, cada músico puede proponer un pensamiento, realizar alguna reflexión musical; existe la flexibilidad que no se encuentra tanto dentro de la orquesta tradicional. “El trabajo es distinto y existe la voluntad”, agregó.
La minuciosidad con la que todos los músicos trabajaron estas semanas se plasmará en las obras de Johann Friedrich Fasch, Nicola Porpora y Georg Friedrich Händel. El director relató que está sorprendido por la calidad del coro. La unión de la Cátedra de Interpretación Barroca de la Escuela Nacional de Música Antigua de Venezuela e integrantes de la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar produjo el sonido correcto para asumir Dixit Dominus, la exigente obra Händel.
“Fue un inmenso placer trabajar cada día con el coro. El programa es hermoso, con tres piezas totalmente distintas pero de la misma época. Todo en este tipo de música es delicado, es otro tipo de sonoridad. La obra de Häendel es sumamente virtuosa, exigente para todos los coros del planeta, difícil. Este programa que la orquesta asume por primera vez con un coro, idea del Maestro Abreu, es un desafío sublime que vamos a lograr”, afirmó.
Miembros de estas dos agrupaciones relataron que los ensayos son enriquecedores y manifestaron que la delicadeza con la que trabaja el maestro Talmont envuelve todo el ensayo.
Sobre llevar la batuta, Talmont responde: “Dirigir no es imponer, es compartir; la música se fabrica entre nosotros mismos. Se comparte con alguien que tiene la responsabilidad de tener un concepto, una visión, que debe llevar a construir juntos la música”.