El poema sinfónico Mediodía en el Llano es una de las obras más emblemáticas del maestro Antonio Estévez. En ella refleja, una vez más, la empatía por su tierra natal.
Prensa FundaMusical Bolívar
Este domingo, 30 de octubre, a las 4:00 pm, en la Sala Simón Bolívar del Cnaspm, sonará en manos de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Chacao, como parte de la conmemoración del centenario del nacimiento del compositor guariqueño, considerado uno de los máximos representantes del nacionalismo musical venezolano
Cuando se habla de la música sinfónica venezolana, el maestro Antonio Estévez es un referente casi obligatorio. Una de las obras nacionalistas más importantes del siglo XX, galardonada con el Premio Nacional de Música, fue escrita por este insigne músico guariqueño: la Cantata criolla. Basada en el poema de Alberto Arvelo Torrealba “Florentino y el Diablo”, esta pieza es solo una de las joyas musicales de Estévez, autor de un amplio catálogo de composiciones. Entre ellas, su ópera prima para orquesta: la Suite llanera, de la que se extrae Mediodía en el llano, poema sinfónico que será interpretado este domingo por la Orquesta Sinfónica de Chacao.
Doce años antes de escribir su obra capital, Estévez compuso en 1942 la Suite Llanera, por solicitud de Vicente Emilio Sojo, quien fue su maestro de Composición cuando apenas era estudiante del sexto año. Esta obra fue estructurada por Estévez en tres partes: Amanecer, Mediodía y Atardecer, con el fin de representar, de manera impresionista, los tres estados del día en el llano. Allí, describe el paisaje plano, desolado e infinito característico de la llanura venezolana. Con esta suite, Estévez hizo su estreno como director de orquesta.
Raúl Aquiles Delgado Estévez, sobrino del compositor, comenta que, poco después del estreno de esta obra y en el proceso de revisión para mejorarla, Estévez decidió eliminar y destruir las partituras de dos de los movimientos: Amanecer y Atardecer; ya que se sentía muy involucrado y atraído por el Mediodía. La suite fue interpretada completa sólo dos veces: la primera en el estreno y la segunda en un programa radial en los Estados Unidos.
“Aunque me parece el más árido, es también muy venezolano. Venezolano en un sentido muy amplio, ya que nunca habíamos escuchado música sinfónica venezolana; no teníamos modelos al respecto, excepto algunas cosas del propio Sojo”, fueron las palabras del compositor luego de convertir la suite en un poema sinfónico.
Aunque la suite de la que se extrae Mediodía en el llano fue escrita por Estévez durante su juventud, en ella demostró la madurez y el nivel que tenía desde temprana edad. Su experiencia como compositor la había obtenido creando obras para coro, sin embargo, sin tener mayores estudios formales de composición orquestal, Estévez había leído numerosos tratados franceses e italianos sobre el aria, por lo que, sin dudarlo, decidió escribir su primera composición para orquesta.
La llanura invade la Sala Simón Bolívar
El domingo 30 de octubre, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Chacao será la encargada de interpretar el poema sinfónico Mediodía en el llano, bajo la dirección de Luis Castro, en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música. La obra del maestro Antonio Estévez forma parte del programa que sonará a partir de las 4:00 pm y que contará con obras como Antelación e imitación fugaz, de Gonzalo Castellanos, la Suite Reisado do pastoreio, de Oscar Lorenzo Fernández; Huapango, de José Pablo Moncayo; y Concierto en la llanura, de Juan Vicente Torrealba.
Luis Castro, director invitado para este concierto, se siente orgulloso de poder conducir la obra de Estévez. “La ejecución de esta pieza, a pesar de ser una de sus composiciones más tempranas, es de las más complejas de nuestro repertorio sinfónico, en vista de su delicadeza y carácter. Ha sido un reto que hemos asumido con la mayor seriedad y disposición en todo momento”, explicó Castro.
Para el director, la paciencia y la serenidad son cualidades importantes para transmitir a los oyentes cada paisaje de la obra. “Creo que la orquestación, sencilla en cuanto a la instrumentación pero muy efectiva en cuanto a su combinación, permitió que el maestro Estévez ilustrara, brillantemente y en formato sinfónico, ese momento del día en el llano venezolano”.